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La última pataleta del dictador fue no recibir al enviado de Biden

El desplante tiene lugar en momentos en que la congresista Norma Torres está para hacer pública la lista de funcionarios corruptos en el Triángulo Norte de Centroamérica, anuncio que, según todo parece indicar, ha ya tenido efectos como la remoción del exministro de Agricultura, Anliker

El último desplante de Bukele ha sido negarse a recibir a Ricardo Zúñiga, Enviado Especial del presidente Biden para detener los abusos de poder, la corrupción y las agresiones a la libertad de expresión en los países del Triángulo Norte de Centro-América. Este berrinche se interpreta como una postura que afecta las relaciones con nuestro principal socio comercial y la situación de los salvadoreños amparados en el TPS, los tepesianos, en Estados Unidos.

 

Esto es el último episodio de los febriles meneos del cleptodesgobernante para bloquear los intentos de la administración Biden para poner orden en la región, lo que incluye la contratación —con dineros públicos, no suyos— de cabilderos, entre ellos el del ex- embajador Shannon, para que la CICIES siga bajo control del Ejecutivo y no de entidades con credibilidad.

 

El desplante tiene lugar en momentos en que la congresista Norma Torres está para hacer pública la lista de funcionarios corruptos en el Triángulo Norte de Centro-América, anuncio que ha ya tenido efectos como la remoción del exministro de Agricultura, Anliker, quien se denunció que compró granos en el exterior a precios más altos que en plaza, perjudicando a los agricultores salvadoreños y a toda la cadena de suministros y empleo relacionada. Se dice que formalmente Anliker ha sido defenestrado, pero que tanto él como los corruptos que vayan siendo denunciados siguen vinculados al régimen.

 

El anuncio de la congresista apunta inequívocamente a los “narco-regímenes” del Triángulo Norte centroamericano, una muy fuerte calificación aplicada a los gobiernos de Honduras, de El Salvador y de Guatemala.

 

Cada robo que perpetran funcionarios vinculados a los regímenes, a los desgobiernos de la región, cae en cascada sobre la economía de cada país, amenazando en última instancia el bienestar, o la supervivencia, de los más pobres entre nosotros.

 

Entre esos desmanes está el de no dotar de equipos de efectiva protección al personal médico y sus asistentes por comprar material inadecuado, como adquirir suministros médicos a una empresa española de vehículos, las usuales circunvalaciones de los ladronazos, los saqueadores.

 

¿Hay algo más repugnante que mandar a la muerte a médicos y personal de salud para robar lo que corresponde para protegerlos como lo necesitan?

 

 

Uno de los últimos episodios en esta farsa es que para no pagar el FODES el clepto-régimen pretende montar por decreto un ente que maneje tal clase de recursos, el que sería inconstitucional de acuerdo con abogados consultados.

 

De nuevo, la movida es para embolsarse fondos propiedad de las municipalidades.

 

Bukele y su grupo de secuaces, al igual que en su momento el dictador panameño Noriega, el carnicero ugandés Idi Amín y el prófugo Funes en Nicaragua, están encerrándose en sus propias cárceles, condenándose a un aislamiento perpetuo, pues en el momento en que asomen la nariz les caen encima las fuerzas de la ley.

 

Quienes nada deben, nada temen, pero los ladrones, los vinculados al narcotráfico, los envenenadores como Putin no pueden disfrutar de la alegría de ir por el mundo, contemplar sus maravillas, caminar en los grandes bulevares parisinos, ver florecer los cerezos en Japón, visitar el Taj Mahal o simplemente salir a la calle del vecindario o reunirse con amigos en uno de los lindos pueblos de Sonsonate.

 

La pataleta era innecesaria, pues además se lleva de encuentro a tantos en este suelo, incluyendo a los nulpensantes que forman su partido, el de la “trilladas sinvergüenzadas”.

 

 

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