El gobierno chavista no contaba con la diligencia de la Organización Mundial de la Salud para hacer los cálculos de los fallecidos por la pandemia de covid-19 en cada país. Quizás pensaron que si no registraban los decesos podrían seguir con la mentira de que en Venezuela solo hubo cerca de 6.000 muertes por la enfermedad.
Pero la verdad es que las cifras de la OMS casi que cuadruplican las de los reportes oficialistas: murieron 22.325 venezolanos, a los que la misma organización pidió honrar. ¿Cómo llegaron a esta conclusión? Pues tomaron en cuenta la mortalidad anual del país y establecieron la diferencia, un número de fallecimientos que atribuyeron al virus, aunque no hayan sido oficialmente registrados de esa manera.
Es decir, que la orden que dio el Ministerio de Salud de que el covid no apareciera como causa de muerte en los certificados de defunción no les dio el resultado esperado, pues con la fórmula aplicada por la OMS igual se puede tener un estimado de la cifra real. Estos cálculos los hicieron con todos los países, no solo Venezuela, y se tomaron en cuenta decesos que pudieran haberse evitado de no haber colapsado el sistema de atención de muchas naciones.
Imaginemos lo que eso último significa en el caso venezolano, en donde ya de por sí el sistema de salud está en una situación deplorable y no por la pandemia. El contagio en la actualidad sigue siendo preocupante. Nunca las medidas impuestas por el gobierno para combatir el virus fueron serias o estrictas. La verdad es que la cuarentena intermitente no protegió a la población, tampoco la laxitud con la que se obligó a los ciudadanos a usar la mascarilla.
De los casos graves de covid pocos pudieron ser tratados en los hospitales y menos los enfermos que contaban con los recursos para ser atendidos en una clínica. Un drama por el que cualquier persona con sentido común sabía que las cifras de los reportes diarios eran de ese País de las Maravillas que se empeñan en vendernos, pero que confirma lo que ya hemos dicho en otras oportunidades: ¡en Venezuela nada se arregló!
Pareciera entonces que, ante la variante que sea, el venezolano va a la buena de Dios. Lo recomendable es que toda la población se vacune hasta con los refuerzos requeridos. Y no descuidar las medidas sanitarias que han debido aplicarse desde el comienzo de la pandemia.
El gobierno chavista dejó hace tiempo de garantizar la salud pública, así que nadie baje la guardia. El covid sigue ahí afuera y las circunstancias en Venezuela hacen que el peligro sea mayor.