Vox se equivoca con ABC
Abascal cancela la entrevista electoral que iba a publicarse este domingo, molesto por una investigación del periódico sobre algunos pactos municipales establecidos con el PSOE
Vox canceló el pasado miércoles al mediodía la entrevista que este diario tenía comprometida con Santiago Abascal y que estaba programada para publicarse el próximo domingo. Según la comunicación oficial, la suspensión de la entrevista es consecuencia de una pregunta realizada por una redactora de ABC a los servicios de prensa del partido en la que se requería su versión sobre los pactos establecidos entre el Partido Socialista y Vox en una decena de municipios y que habrían facilitado la investidura de alcaldes socialistas. La periodista de ABC obró con el máximo rigor y profesionalidad y, en cumplimiento de la diligencia debida, intentó contrastar la información disponible con los responsables de la formación de Abascal antes de que se procediera a su difusión. La respuesta de Vox resultó inasumible, advirtiendo de que si esa información se hacía pública, provocaría la cancelación de la entrevista electoral con Abascal. Ante una presión tan evidente, el periódico informó por su parte de que si los datos resultaban veraces y de interés, serían publicados sin discusión, gustase o no al partido. Es el único camino que debe tener un medio de comunicación para defender en primer lugar el derecho a la información de los ciudadanos y, en segundo, término su autonomía editorial y libertad de acción frente a coacciones o imposiciones de cualquier tipo. Vox decidió de inmediato dar por cancelada definitivamente la entrevista aunque ABC optó por esperar hasta las once de la mañana de ayer, hora prevista para el encuentro informativo, por si decidían reconsiderar el veto a un periódico con 120 años de trayectoria.
No es la primera vez que Vox se equivoca en sus relaciones con la prensa y con este periódico, algo que supone un verdadero obstáculo para una fuerza política con pretensiones de gobernar y de adquirir altas responsabilidades ejecutivas. En democracia, no es el poder el que vigila a la prensa sino al revés y cuando esto no se entiende desde las altas magistraturas del Estado las consecuencias para la calidad política resultan enormes. Por desgracia, Vox no está solo en esta corriente autoritaria en relación con los medios que afecta igual a Donald Trump que a Podemos o incluso a Pedro Sánchez. Este mismo año ABC ha sufrido el veto explícito del Gobierno a la hora de cubrir viajes oficiales del presidente y en las últimas semanas la Junta Electoral ha respaldado la profesionalidad de las encuestas demoscópicas de ABC frente a las acusaciones del Partido Socialista y del propio Sánchez en diversas ocasiones.
Ningún periódico que merezca tal nombre puede negociar qué información publica a partir de criterios ajenos al interés periodístico, el derecho a la información de los ciudadanos, la autonomía editorial y el compromiso establecido con su comunidad de lectores. Dicho lo cual, la cancelación de la entrevista es una pésima decisión porque supone una discriminación a los lectores de ABC. Una discriminación por un motivo peligroso y que, además, desaprovecha la oportunidad de trasladar las propuestas y visiones de Vox ante unas trascendentales elecciones generales. ABC ha entrevistado a Abascal en numerosas ocasiones y no consta que alguna vez se haya sentido maltratado o manipulado. La reflexión que le falta a Vox requiere interiorizar que convertir a los medios de comunicación en enemigos les acerca a las ideologías y conductas más catastróficas de la historia. Deberían huir de eso, por respeto a sus votantes y a los códigos de buenas prácticas. Las puertas de ABC siguen abiertas.