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Colombia: El codicioso rey Juan

santos-1A Juan Manuel Santos tal vez le pareció ejemplar el circense anuncio de que ahora los Ministros van a viajar en clase económica para “darle ejemplo” a los colombianos, pero nada dice del aumento de $1’749.000, a los congresistas colombianos, que son más que dos salarios mínimos, al cual no tienen acceso miles de familias en nuestro país.

Además, Santos anuncia burlescamente, que los colombianos no tenemos nada de que preocuparnos, pues este año el IVA no subirá (léase bien, ESTE AÑO), lo que implica que muy seguramente, en medio de un partido o un reinado de belleza o cuando el país esté distraído con algún reallity show, nos clavará el alza a este impuesto.

Nuestro querido mandatario tampoco dijo que las entidades del Estado gastaron en publicidad y eventos la mínima suma de $2,3 billones entre el 2012 y enero del 2014, ni que el Gobierno gastó $1,1 billones en publicidad y eventos en periodo preelectoral (2014) y mucho menos habló del gasto de $600 millones de pesos en cortinas para la Casa de Nariño.

Santos tampoco dijo nada de su querido amigo, el exministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry y los $66 millones de pesos que se gana siendo presidente de Ecopetrol, y ni se ha pronunciado sobre la reducción en más del 50% a los impuestos de las empresas  licoreras extranjeras que dejarían en jaque a los gobiernos departamentales.

Y mientras todo esto ocurre, los impuestos suben, el costo de vida aumenta, la inflación de dispara y pagamos la gasolina a cifras que no son sostenibles en los hogares. Pero el gobierno sordo de Juan Manuel Santos prefiere apretarle el cinturón a los ciudadanos que luchar frontalmente contra la corrupción, la cual le cuesta al país cerca del 4% del PIB.

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Mejor dicho, hoy Colombia se parece más a la mítica ciudad de Nottingham, en la que el avaro y tirano rey Juan (curiosamente también se llama Juan), la quita todo el oro a sus ciudadanos dejándolos en la miseria; la diferencia es que en esa historia hay un Robin Hood y acá unos narcoterroristas sentados en La Habana y unas Bacrim asesinas.

Santos está acabando con la clase media y tal como van las cosas, para sobrevivir en Colombia va a tocar aprender a hacer fotosíntesis, la danza de la lluvia, conseguir un exprimidor de dinero y aprender a racionar la mierda porque no va a alcanzar para todo el mundo.

No se extrañen si el día de mañana perdemos la soberanía del suelo que pisamos o si el agua que tomamos está racionada por multinacionales extranjeras ¿Será que hemos fracasado como sociedad? Si no despertamos de nuestro letargo, nos podemos quedar en esta horrible pesadilla.

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