Dilma profundiza su divorcio del PT y evita una ceremonia clave del partido
La presidente Dilma Rousseff con su colega chilena Michelle Bachelet. La visita en Santiago sirvió para no participar del evento del PT AFP PHOTO/ CLAUDIO REYES
“No gobierno sólo para el PT sino para 204 millones de brasileños”. La frase, pronunciada ayer por Dilma Rousseff en una conferencia de prensa en Santiago de Chile, vino después de confirmarse algo que ya se presumía: el faltazo de la presidenta brasileña en la celebración de los 36 años del Partido de los Trabajadores, el pasado viernes por la noche en Río de Janeiro. Todo indica que se materializó la separación de almas, entre la jefa de Estado y su propia agrupación.
Esa divisoria de aguas, que Rousseff se encargó de remarcar ayer, refleja la distancia que ya estaba en curso desde inicios de este año. Por ejemplo, Dilma se negó a grabar una declaración en el programa de TV que transmitió su partido a principios de la semana. Algunos ministros de la presidenta le pidieron que estuviera en el cumpleaños del PT. Sería un gesto de apoyo al ex presidente Lula da Silva que ella se mostrara a su lado. Sobre todo ahora que hay una fuerte ofensiva policial y de fiscales por investigar vida y obra de su padrino político.
En su entorno, afirmaron que las razones de la desunión se deben a las posturas de la agrupación, y del propio Lula, sobre el rumbo que tiene la economía en esta segunda gestión presidencial. De hecho, las propuestas petistas para reactivar la economía difieren en forma sustantiva del plan económico ejecutado por la presidenta. El corte de gastos, como el practicado hace apenas unos días por el ministro de Hacienda Nelson Barbosa –que eliminó de un tijeretazo 6.000 millones de dólares en partidas ya presupuestadas—no calza con el PT. Menos les gusta aún la reforma de la previsión social (jubilaciones) que promueven Rousseff y su colaborador, como forma de alinearse con las demandas de los mercados financieros, que pretenden superávit fiscal ya para este año.
No fue un dato menor en el congelamiento de relaciones entre Ejecutivo y el principal partido de la coalición, lo ocurrido con Petrobras. A mediados de semana, el Senado le dio media sanción a un proyecto de ley, presentado por el senador José Serra del Partido Socialdemócrata (PSDB), que elimina la exclusividad concedida a la petrolera estatal de todos los yacimientos de la llamada pre-sal. Esa extensa capa de crudo, que se extiende por la plataforma continental brasileña, era la “niña mimada” de la empresa pública. Inclusive, la compañía empezó a deshacerse de activos en el exterior, para juntar el dinero requerido para la exploración petrolera.