Ética y MoralPolítica

Beatriz Pineda Sansone: ¿Qué significa ser un buen gobernante?

Claves para lograr un buen Gobierno Corporativo

 

     “No te canses de hacer el bien”.

                                                                            Marco Aurelio

Ser un buen gobernante significa liderar con integridad, visión y al servicio del pueblo. No se trata solo de ejercer el poder, sino de hacerlo de manera responsable, justa y en pro del bienestar común. Un buen gobernante busca el progreso, la estabilidad y la felicidad de su pueblo, dejando un legado positivo para las futuras generaciones.

Esto implica varias dimensiones:

Ética y moral: actuar con honestidad, transparencia y sin corrupción. Respetar las leyes y promover la justicia para todos.

Capacidad y competencia: poseer los conocimientos, habilidades y experiencia necesarios para gestionar los asuntos públicos de manera eficiente.

Visión y estrategia: tener una idea clara de hacia dónde se quiere llevar al país o comunidad, y diseñar planes a largo plazo para lograrlo.

Empatía y servicio: escuchar las necesidades de la gente, comprender sus problemas y trabajar para solucionarlos, priorizando siempre el bien común sobre los intereses personales o partidistas.

Comunicación y liderazgo: inspirar confianza, comunicar de manera efectiva y movilizar a la sociedad hacia objetivos compartidos.

Resiliencia y adaptabilidad: ser capaz de enfrentar crisis, aprender de los errores y adaptarse a los cambios.

Las cualidades esenciales de un buen gobernante:

Integridad y honestidad: un gobernante debe ser intachable en su conducta, actuar con transparencia y siempre decir la verdad. La confianza de los ciudadanos es fundamental, y esta se construye sobre la base de la honestidad.

Capacidad de escucha y empatía: es crucial que un líder sepa escuchar activamente las necesidades y preocupaciones de su pueblo. La empatía le permite comprender diferentes perspectivas y tomar decisiones que beneficien a la mayoría.

Visión y planificación: un buen gobernante no solo resuelve problemas actuales, sino que también tiene una visión a largo plazo para el desarrollo y el progreso. Esto implica la capacidad de establecer metas claras y diseñar estrategias para alcanzarlas.

Justicia e imparcialidad: debe aplicar la ley y tomar decisiones sin favoritismos, garantizando que todos los ciudadanos sean tratados por igual, independientemente de su origen, posición social o afiliación política.

Determinación y resiliencia: gobernar implica enfrentar desafíos y críticas. Un buen líder debe ser firme en sus convicciones y capaz de superar obstáculos, manteniendo el rumbo incluso en momentos difíciles.

Habilidad para la comunicación: saber comunicar de manera clara y persuasiva es vital para explicar políticas, motivar a la población y generar consenso.

Conocimiento y preparación: un gobernante debe estar bien informado sobre los asuntos que afectan a su país o región, así como tener la capacidad de aprender y adaptarse a nuevas circunstancias.

Responsabilidad y rendición de cuentas: Debe asumir la responsabilidad de sus acciones y decisiones, y estar dispuesto a rendir cuentas ante los ciudadanos por su gestión.

Humildad: reconocer que no se tienen todas las respuestas y estar dispuesto a aprender de los errores.

La historia nos ha brindado numerosos ejemplos de líderes que, con sus virtudes y a pesar de sus imperfecciones, han dejado un impacto duradero y positivo. Algunos de ellos son:

Nelson Mandela (Sudáfrica): un ícono de la lucha contra la injusticia y la segregación racial (apartheid). Tras 27 años de prisión, se convirtió en el primer presidente negro de Sudáfrica, liderando la transición hacia una sociedad democrática y reconciliada. Su legado es un testimonio de perdón, resiliencia y la búsqueda incansable de la igualdad y la paz.

Mahatma Gandhi (India): lideró el movimiento por la independencia de la India del dominio británico a través de la resistencia no violenta y la desobediencia civil. Su filosofía de «Satyagraha» (fuerza de la verdad) inspiró a movimientos por los derechos civiles en todo el mundo y demostró el poder de la moralidad sobre la fuerza bruta.

Marco Aurelio (Imperio Romano): Considerado uno de los «Cinco buenos emperadores» de Roma. Filósofo estoico, gobernó con sabiduría, justicia y moderación. Sus «Meditaciones» son un reflejo de su compromiso con el deber, la virtud y el servicio a la humanidad, incluso en tiempos de guerra y plagas. Gobernó Roma desde el 8 de marzo de 161 hasta el 17 de marzo de 180. Veía su rol no como un privilegio, sino como una pesada responsabilidad. En su obra nos dejó frases como: «No te canses de hacer el bien.»

Abraham Lincoln (Estados Unidos): Durante la Guerra Civil Americana, Lincoln lideró a la nación a través de uno de sus períodos más turbulentos. Abolió la esclavitud, preservó la unión y sentó las bases para una sociedad más justa. Su liderazgo se caracterizó por su integridad, elocuencia y determinación inquebrantable. Fue el 16º presidente de los Estados Unidos desde el 4 de marzo de 1861 hasta el 15 de abril de 1865. Fue asesinado en el cargo.

Isabel I de Inglaterra (Inglaterra): Conocida como la «Reina virgen», su reinado (1558-1603) fue una época de gran prosperidad, estabilidad y florecimiento cultural y militar para Inglaterra, conocida como la «Era isabelina». Fue una gobernante astuta, pragmática y dedicada al bienestar de su reino, logrando un equilibrio entre las facciones religiosas y políticas.

Franklin D. Roosevelt (Estados Unidos): fue el 32º presidente de los Estados Unidos desde el 4 de marzo de 1933 hasta el 12 de abril de 1945. Falleció en el cargo.

Lideró a Estados Unidos a través de la Gran depresión y la Segunda Guerra Mundial. Implementó el «New deal» para revitalizar la economía y el «arsenal de la democracia» para apoyar a los aliados. Su liderazgo se destacó por su resiliencia, optimismo y capacidad para inspirar esperanza en tiempos de crisis.

 

 

 

Mi nombre es Beatriz Pineda Sansone. Nací en la ciudad de Maracaibo, Venezuela. De niña era inquieta, llena de arrojo. Admiraba a nuestro Arturo Uslar Pietri, quien conducía el programa televisivo Valores Humanos. Su ejemplo ha sido mi norte. Gracias a mis hijas he realizado grandes aventuras a favor de los niños. Creé el Taller Literario Infantil Manzanita que devino en Fundación en 1985. Más tarde, con motivo del nacimiento de un nuevo diario en Maracaibo, fundé Azulejo, el periódico de los niños del diario La Verdad –primera etapa-. Extendí el Programa La Hora del Cuento a centros de arte, museos, universidades, colegios y McDonald’s Padilla de la ciudad con el fin de cultivar en los niños el amor por la lectura, y todas sus destrezas cognitivas, afectivas y psicomotoras.

Más tarde, en 1996, obtuve el título en Filología Hispánica con el premio Summa Cum Laude en la Universidad del Zulia. Cursé estudios de postgrado (2000-2003). Me convertí en articulista de los diarios venezolanos Economía Hoy, Panorama y El Universal.

Soy autora de: Las Memorias del Maestro Ramiro (1979); Desde otro rayo (1992). Universidad del Zulia; Los ojos de la montaña (2011). Entrelíneas Editores, España; La Hora del Cuento. Enseñar a razonar a los niños a través de la lectura de cuentos (2015). Ediciones de la Torre, España; El Principito y los Ideales. Defensa de la libertad, del amor y del razonamiento (2017). Editorial Verbum, España; La Aventura nunca imaginada de un lápiz (2018). Fundación editorial el Perro y la Rana. Venezuela; Una niña de mi edad (2019). Editorial Tandaia, España. Malika, la más pequeña de la manada (2021). Europa ediciones. Roma.

En la actualidad desarrollo una intensa labor a favor de la lectura a través de las redes sociales: @beapinpaz.escritora, los chats Aventuras Literarias y Café Lectura. 

 

Beatriz Pineda Sansone: Lo importante es la educación – América 2.1

 

 

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