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Biden advierte a la OTAN de que se refuerce ante Trump: «Abandonarla sería un error estratégico de proporciones históricas»

Insólito discurso de despedida del presidente, que trata de marcarle a su sucesor el paso en política exterior

Biden: "Soy la persona mejor calificada", el presidente de EE.UU. defiende  su candidatura frente a las crecientes críticas, pero dos nuevos lapsus  debilitan su contraataque - BBC News Mundo

 

 

Joe Biden tomó la decisión inusual este lunes de despedirse de sus aliados internacionales con un llamamiento a la firmeza frente a quien le sucederá en el Despacho Oval. Todo en la rompedora presidencia de Donald Trump está resultando atípico, incluido el proceso de transición intermedia de Biden, quien aprovechó la ocasión de su despedida para reivindicar su legado y buscar encauzar una política exterior que, en manos de su predecesor y ahora sucesor, ya ha demostrado ser volátil e impredecible.

Como Trump ya advirtió que no vería con malos ojos sacar a Estados Unidos de la Alianza Atlántica, Biden advirtió este lunes del grave error que eso supondría. El presidente saliente dedicó una parte significativa de su discurso en el Departamento de Estado a destacar el valor estratégico de la OTAN, describiéndola como una piedra angular de la seguridad global y un ejemplo de la capacidad de Estados Unidos para liderar coaliciones internacionales en beneficio mutuo.

Biden enfatizó que bajo su administración, la alianza no solo se ha fortalecido con la incorporación de Suecia y Finlandia, sino que también se ha vuelto más capaz, con 23 países miembros alcanzando el compromiso de gastar el 2% de su PIB en defensa, en comparación con los nueve países que cumplían este requisito antes de su mandato. (En este mandato, España, por cierto, ha quedado relegada a la cola, entre los que menos gastan del bloque, menos de 1%).

El presidente advirtió al equipo entrante sobre la importancia de mantener el apoyo a la Alianza, destacando que cualquier debilitamiento de la OTAN no solo pondría en peligro la estabilidad europea, sino también la seguridad y los intereses estratégicos de Estados Unidos. Según Biden, «la OTAN es más fuerte que nunca, pero también enfrenta retos que exigen compromiso y liderazgo constantes. No podemos darnos el lujo de retroceder en este momento crucial de la historia». Añadió que cree que deja «a la próxima administración una OTAN más fuerte y unida, pero la fuerza de una alianza depende de nuestra voluntad de liderar. Abandonarla o debilitarla sería un error estratégico de proporciones históricas».

Alarma medioambiental

No fueron solo advertencias sobre la OTAN. Biden quiso marcarle el camino a Trump con una serie de advertencias en materia exterior que incluyeron denuncias alarmadas sobre el cambio climático. En su discurso, subrayó que este representa «la mayor amenaza existencial para la humanidad» y advirtió al equipo entrante sobre los peligros de retroceder avances en este ámbito.

El presidente destacó que su administración realizó las inversiones más significativas en energías limpias de la historia, tanto en Estados Unidos como a nivel global, impulsando proyectos que han movilizado cerca de 500.000 millones de dólares en inversiones del sector privado. Trump quiere desmantelar eso a golpe de decreto en su primer día, y va a retirar, por ejemplo, el mandato de que más de la mitad de los coches sean eléctricos en una década.

Biden expresó su preocupación por las posiciones escépticas hacia el cambio climático de algunos miembros de la Administración entrante, calificándolas como «ideas ancladas en otro siglo». Aseguró que revertir las políticas climáticas actuales no solo dañaría el medio ambiente, sino que también debilitaría la competitividad económica de Estados Unidos frente a países como China, que busca dominar las cadenas de suministro de tecnologías limpias. Paradójicamente, las regulaciones medioambientales son mucho más estrictas en Estados Unidos que en China, y según Trump y los suyos, suponen una desventaja para su país.

 

Biden expresó su preocupación por las posiciones escépticas hacia el cambio climático de algunos miembros de la Administración entrante, calificándolas como «ideas ancladas en otro siglo»

 

Biden destacó que la competencia con China definirá el futuro económico, tecnológico y geopolítico del siglo XXI. Advirtió que la próxima administración debe mantener una actitud firme para evitar que China domine sectores clave como las tecnologías limpias, la inteligencia artificial y las cadenas de suministro críticas. Subrayó que cualquier paso atrás podría otorgar a China una ventaja significativa.

«China está intentando dominar el mercado global de las tecnologías del futuro. Si retrocedemos ahora, no solo perderemos liderazgo económico, sino también nuestra capacidad para moldear las reglas internacionales», dijo. Esta declaración también fue una crítica indirecta al elegido por Trump para jefe diplomático, el senador Marco Rubio, quien ha sido uno de los mayores críticos de los abusos humanitarios chinos en el Capitolio y tiene malas relaciones con la dictadura.

Dudas sobre Ucrania

Trump siempre ha defendido que, con él en el poder, Rusia no habría invadido Ucrania, y que acabaría ese conflicto en 24 horas. Ahora va a tener la oportunidad de demostrarlo. Mientras tanto, Biden le recordó que la guerra la inició Vladímir Putin, quien prometió entrar en Kiev en cuestión de días. «Desde que comenzó esta guerra, soy el único que ha estado en el centro de Kiev, no Putin. Él nunca podría haber estado allí. Piensen en eso», dijo Biden.

El presidente saliente advirtió que el apoyo a Ucrania es esencial para mantener la estabilidad en Europa y frenar la expansión rusa. Reiteró que abandonar este compromiso podría poner en riesgo no solo a Ucrania, sino también a la seguridad global y los principios democráticos que la Alianza Atlántica.

«No podemos alejarnos de Ucrania. Lo que está en juego no es solo su soberanía, sino el equilibrio de poder global y el futuro de la democracia frente al autoritarismo», afirmó. Fue también una referencia a otro socio de Trump, el vicepresidente electo J.D. Vance, quien ha sido muy crítico con el apoyo a Ucrania, instando a la Casa Blanca a que esos fondos se destinen a ayudas para los estadounidenses.

Biden instó al equipo entrante a mantener una política equilibrada en la región, advirtiendo que cualquier enfoque extremo podría desestabilizar aún más la crisis. Hizo hincapié en la necesidad de encontrar soluciones sostenibles y apoyar tanto la seguridad de Israel como los derechos del pueblo palestino.

Dijo Biden que «el pueblo palestino merece paz y la capacidad de determinar su futuro, así como Israel merece seguridad duradera. Abandonar esta búsqueda solo prolongará el sufrimiento y la inestabilidad». Aun así, grupos propalestinos y de izquierda socialista han sido muy críticos con él por su apoyo a Israel y por seguir cediéndole armas en plena campaña en Gaza.

Biden enfatizó que las alianzas son un activo estratégico fundamental para enfrentarse a desafíos globales, desde la competencia económica hasta las amenazas militares. Advirtió que minar estas alianzas, como sucedió durante la Presidencia de Trump, debilitaría tanto a Estados Unidos como a sus socios. «Cuando América lidera, cuando trabajamos con aliados, no hay casi nada que no podamos lograr. Pero liderar significa comprometerse, no retroceder», dijo.

También instó a los diplomáticos en ejercicio a que no desistan ni dimitan de sus puestos con Trump, a pesar de que él mismo lleva meses advirtiendo de que un triunfo de Trump podría significar una deriva hacia el autoritarismo. «Hay que mantener esto en marcha», dijo.

 

 

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