Decenas de miles de personas recuerdan en Hong Kong la represión de Tiananmen
Aprovechan la ocasión para pedir la participación el próximo domingo en una protesta contra el intento del PCC de restar control a la metrópoli y facilitar las expulsiones al continente
Decenas de miles de personas se han reunido esta noche (hora local) en Hong Kong para recordar el 30 aniversario de la represión que dejó cientos si no miles de muertos en la plaza de Tiananmen, mientras que las autoridades leales al Partido Comunista Chino (PCC) intensificaban el control y la vigilancia en la capital del país.
Los organizadores de la masiva convocatoria en la antigua colonia británica han aprovechado la ocasión no sólo para rendir homenaje a las víctimas de aquella brutal arremetida sino también para pedir la participación el próximo domingo en una nueva protesta, esta vez contra el intento de los legisladores aliados del PCC de reformar la ley de extradición de la metrópoli, para facilitar las expulsiones al territorio continental, lo que ha movilizado a los prodemócratas, que piensan que esa medida pondría fin al relativo espacio de libertad que todavía mantiene la ciudad respecto al resto de China.
«Si esa ley se aprueba, no estaremos seguros nunca jamás. Hong Kong perderá su carácter único», declara Alvin Chor, un joven de 20 años, presente en la manifestación de esta noche, citado por el diario ‘South China Morning Post’. Otro de sus amigos, David Chung, reconoce que estas movilizaciones quizás sean las últimas en las que puedan «expresar de forma libre que disentimos».
Uno de los activistas pro demócratas más conocidos del enclave, Albert Ho Chun-yan, ha vinculado el recuerdo de Tiananmen y el incierto futuro que enfrenta la villa. «Tenemos que hablar en nombre de los que han sido silenciados en China o nos convertiremos en cómplices de la tiranía», señala. Después añade: «Tenemos que luchar por el futuro de Hong Kong hasta el final».
La convocatoria ha contado con personajes que asistieron a los sangrientos sucesos de 1989, como la periodista Mak Ying-ting, que ha criticado al ministro de Defensa chino, Wei Fenghe, que recientemente dijo que el ejército local hizo lo «correcto» cuando aplastó sin miramientos la revuelta de los jóvenes. «¿Fue lo correcto disparar contra civiles?», inquiere la informadora desde el escenario recibiendo un grito casi al unísono: «No».
Los asistentes también han podido ver un vídeo que envió una de las llamadas ‘Madres de Tiananmen’, un grupo que todavía sigue exigiendo justicia al liderazgo del PCC. «Han pasado 30 años desde la represión. Esa noche sangrienta, los sonidos de los disparos… siempre han permanecido en nuestras mentes», dice Zhang Xianling, cuyo hijo murió el la ofensiva de los uniformados.
La posibilidad cada vez más cierta de que Pekín refuerce su control sobre Hong Kong está propiciado una notable agitación entre los sectores pro demócratas. Otros han preferido emprender ya el exilio como hicieron en los últimos meses dos conocidos activistas locales que se han establecido en Alemania.
En Pekín, la policía ha reforzado de forma explícita el control en el mismo escenario en el que se registró el asalto de los tanques y soldados contra la concentración de estudiantes de 1989. A los periodistas extranjeros se les ha prohibido el acceso y unos curiosos grupos de personajes con paraguas han impedido que muchos fotógrafos y cámaras sacaran imágenes del lugar, una singular técnica que ya usaron las fuerzas de seguridad en el pasado.
Las páginas de medios como la CNN, Reuters o Bloomberg también han sido bloqueadas, al tiempo que la legión de censores que trabajan a las órdenes del Partido Comunista Chino intensificaban el control de las redes sociales locales.
El Gobierno local ha reaccionado con furia a las palabras del secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, que se refirió el lunes a los sucesos de 1989 calificando de «héroes» a los manifestantes.
La embajada china en EEUU ha dicho que las declaraciones de Pompeo son una «intervención grosera» en los asuntos internos de China, «una afrenta al pueblo chino y una grave violación del derecho internacional».