El MAS boliviano se queda solo: ningún candidato de izquierda acudió a la convocatoria del presidente Luis Arce
El mandatario hizo un llamado a dos candidatos y a delegados de Evo Morales a una mesa de diálogo para conformar un bloque de unidad de cara a las elecciones. No asistió ninguno de los invitados

Ninguno de los candidatos de izquierda en Bolivia acudió a la convocatoria al diálogo que hicieron el presidente Luis Arce y los dirigentes del Movimiento Al Socialismo (MAS), con el objetivo de generar un bloque de unidad para evitar su derrota en las urnas el próximo 17 de agosto.
El presidente del partido, Grover García, lamentó la inasistencia de Andrónico Rodríguez, el aspirante de izquierda mejor posicionado en las encuestas, y Eva Copa, la actual alcaldesa de la ciudad El Alto y ex presidenta del Senado. Tampoco acudieron delegados del ex presidente Evo Morales (2006-2019) que habían sido convocados a la cita.
“Hemos estado en espera. Nosotros estamos cumpliendo la demanda, la sugerencia de muchos militantes de que deberíamos convocar a la gran unidad. Estamos cumpliendo, pero algunos faltan”, manifestó García en conferencia de prensa. Pese a la ausencia de los líderes políticos, el dirigente afirmó que esperarán “hasta la siguiente semana” para intentar un acercamiento.

Las elecciones están convocadas para el 17 de agosto pero la normativa boliviana permite la sustitución de candidatos por inhabilitación incluso en etapas finales del proceso electoral. De alcanzarse un acuerdo, se podría inscribir postulantes al Legislativo hasta el 13 de agosto.
El pedido de unidad surge luego del bajo desempeño del oficialismo en las encuestas de intención de voto. El quiebre del MAS abrió nuevas ramificaciones en la izquierda boliviana y se presentaron tres candidaturas: las de Rodríguez, Copa y Eduardo Del Castillo, el ex ministro de Gobierno (Seguridad) que fue elegido por los aliados de Arce cuando se quedaron con el control legal de la sigla. En tanto, el evismo quedó sin representación política tras no haber podido lograr acuerdos con ningún partido político vigente.
Según las encuestas de intención de voto, la oposición encabeza la preferencia electoral y Rodríguez es el mejor posicionado de la izquierda pero ocupa entre el tercer y cuarto lugar. En tanto, Copa y Del Castillo no superarían el 2% de la votación.
En ese escenario marcado por la fragmentación, el presidente Arce pidió la reunificación del bloque progresista para evitar “el retorno a un neoliberalismo despiadado”. A través de un video y un pronunciamiento difundido en redes sociales, advirtió que deben hacerlo “antes que sea tarde, la unidad ahora o la derrota mañana”. Su llamado fue ratificado por una convocatoria oficial del MAS que fue descalificada por Morales y Rodríguez.
El ex mandatario calificó el pedido como un “grito de auxilio” ante la inminente derrota del MAS y Rodríguez cuestionó que la búsqueda de unidad sea tardía. “No lo veo sincero. ¿Por qué a última hora?”, manifestó el candidato en una entrevista en el canal Red Uno.
Sin embargo, el punto álgido de la discusión parece atravesar una pugna por el liderazgo del bloque. El portavoz de Rodríguez, Carlos Solá, manifestó que la convergencia de los frentes podría ser viable solo si se reconoce la candidatura presidencial de Andrónico Rodríguez como eje articulador.
Tras el fracaso de la reunión del jueves y ante la proximidad de las elecciones, el MAS está dispuesto a ceder. “Vamos a seguir esperando, si alguien también indica que a la cabeza de alguien, no habría problema”, aceptó García.
De la hegemonía ¿a la implosión?
El MAS fue el partido hegemónico en Bolivia durante las dos últimas décadas y el más grande del país, en cantidad de militantes y presencia territorial. Tras la caída del Gobierno de Morales en 2019, retornó al poder en 2020 con el 55% de los votos a favor del binomio integrado por dos de sus colaboradores más cercanos: Arce, su ex ministro de Economía y David Choquehuanca, su ex canciller.
Los primeros roces internos se sintieron pocos meses después por falta de acuerdos sobre la incidencia del partido en la gestión de Gobierno y luego fueron escalando a una disputa abierta por el control del MAS y la candidatura oficialista para las próximas elecciones. Tras varios años de pelea, en 2024 la Justicia resolvió lo que ni el diálogo ni la presión en las calles pudieron: le entregó la sigla a los aliados de Arce y le prohibió a Morales ser candidato, poniendo límites a la reelección presidencial.
En vísperas de una nueva elección, el partido que protagonizó la política nacional por 20 años podría desaparecer si no supera el 3% de votos en las elecciones. Las encuestas de intención de voto lo muestran como una posibilidad real.