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El Papa León XIV clama por la paz: «En el escenario de una tercera guerra mundial, repito: ¡nunca más la guerra!»

Unas 100.000 personas acuden a su primera oración dominical en la plaza de San Pedro

El Papa León XIV clama por la paz: «En el escenario de una tercera guerra  mundial, repito: ¡nunca más la guerra!»

 

El primer ángelus del Papa es una prueba de fuego para todos los nuevos pontífices. Esta cita, que es semanal, permite valorar su capacidad de convocatoria, sus dotes comunicativas y el tono con el que ejercerá su liderazgo. Mirando a la multitud y dirigiéndose a los poderosos, León XIV se ha mostrado tímido pero no atemorizado. Ha tenido una breve homilía estrictamente espiritual, y luego ha interpelado directamente a los líderes mundiales, comparando el momento actual con la Segunda Guerra Mundial.

A mediodía en punto, se han abierto los cortinajes rojos y León ha salido al mismo balcón desde el que se presentó el pasado jueves tras la fumata blanca. Pero esta vez estaba prácticamente solo ante los 100.000 peregrinos que le esperaban apretujados en la plaza y en las calles de alrededor. A un lado del balcón, casi al margen y un paso atrás, le escuchaba el maestro de ceremonias, Diego Ravelli. E igual que hizo tras el ‘Habemus Papam’, también esta vez el Pontífice ha solicitado la paz.

«La tragedia de la Segunda Guerra Mundial terminó hace 80 años con 60 millones de muertos. En el escenario de una tercera guerra mundial en trozos, como decía Francisco, me dirijo a los grandes del mundo repitiendo: nunca más la guerra», ha clamado el Pontífice.

El Papa ha pedido específicamente «una paz auténtica, justa y duradera» en Ucrania, «pues llevo en mi corazón el sufrimiento de este amado pueblo». «Que sean liberados los prisioneros de guerra y que regresen los niños», ha reclamado. También ha abogado por que cese «inmediatamente el fuego en Gaza», que se permite la entrada de ayuda humanitaria y que se libere a todos los rehenes. Del mismo modo, el Pontífice ha acogido con alegría el alto el fuego entre Pakistán e India. «Ojalá que con las negociaciones alcancen un acuerdo duradero», ha dicho, y ha pedido a la Virgen María, Reina de la Paz, «que nos dé el don de la paz».

Rezar cantando

En vez del ángelus ha rezado el ‘Regina Coeli’, la oración que lo sustituye en tiempo de Pascua. Por sorpresa, ha optado por cantarlo en vez de «recitarlo», quizá para seguir el consejo de san Agustín, «quien reza cantando, reza dos veces». Ha pasado de un tema a otro con sencillez y hablado con autoridad y serenidad, como si hubiera sido Papa toda la vida y no sólo desde hace menos de 72 horas. Se ha referido también al Día de la Madre, que se celebra este domingo en Italia, mandando un saludo a todas las madres. «Rezo por ellas y por las que están en el cielo», ha afirmado. Él no lo sabía, pero entre las 100.000 personas que había en la plaza le han escuchado también Marine Le Pen y Matteo Salvini, que han publicado la foto en redes sociales.

Antes de la oración, en una reflexión con hondura espiritual, ha reflexionado sobre el Evangelio que este domingo se leía en las parroquias, el del Buen Pastor, modelo de liderazgo en la Iglesia, «que conoce, ama y da la vida por sus ovejas». «Roguemos al Padre celestial el ser, los unos para los otros, cada uno según su estado, pastores ‘según su corazón’, capaces de ayudarnos mutuamente a caminar en el amor y en la verdad», ha pedido.

«Hoy tengo la alegría de rezar con ustedes y con todo el Pueblo de Dios por las vocaciones, especialmente al sacerdocio y a la vida religiosa. ¡La Iglesia los necesita! Y es importante que los jóvenes encuentren en nuestras comunidades: acogida, escucha, estímulo en su camino vocacional, y que puedan contar con modelos creíbles de entrega generosa a Dios y a sus hermanos», ha añadido. «No tengáis miedo», ha solicitado a los jóvenes con inquietudes en el corazón, haciendo eco del lema con el que Juan Pablo II les invitaba a tomar decisiones difíciles.

Entre los grupos específicos de peregrinos a los que ha saludado desde el balcón, ha mencionado a unos médicos de Granada, y a peregrinos de Torrelodones y de Valladolid.

En este primer encuentro, León ha evitado improvisaciones, ha citado a Pablo VI, a Juan Pablo II y a Francisco, y ha apostado por una vida de fe enraizada en la fe en Jesucristo. Al referirse a las guerras en el mundo, no ha citado los conflictos en Yemen, Sudán del Sur y Myanmar, como era habitual en esta plaza. Pero sí que ha mencionado con cordialidad el acuerdo entre India y Pakistán, una región que suele mirar con recelo hacia el Vaticano.

Lo cierto es que en su primer domingo vestido de blanco ha tenido poco tiempo libre. Después del ‘Regina Coeli’, se ha trasladado al Palacio Apostólico, junto al camarlengo Kevin Farrell y varios cardenales y obispos, para retirar los sellos colocados el día en que falleció el Papa. Aún no ha decidido si se trasladará allí o si continuará en su apartamento en el Santo Uffizio.

Su hermano John

Por la mañana ha visitado las grutas de la basílica de San Pedro para celebrar la Santa Misa cerca de la tumba del apóstol Pedro. Entre los asistentes estaba su hermano John, que ha viajado desde Chicago acompañado por su mujer. Estaba también el español Alejandro Moral Antón, prior general de los Agustinos. «Una de las expresiones más maravillosas del amor de Dios es el amor que derraman las madres, especialmente hacia sus hijos y nietos», ha dicho León en la homilía mirando hacia su cuñada. Luego ha invitado a «escuchar a los demás, saber tender puentes, saber escuchar para no juzgar, no cerrar puertas pensando que tenemos toda la verdad y que nadie más puede decirnos nada». «Es muy importante escuchar la voz del Señor, escucharnos a nosotros mismos, en este diálogo, y ver hacia dónde nos llama el Señor», ha añadido.

Igual que el sábado fue a Santa María la Mayor y se detuvo ante la lápida de Francisco, este domingo ha ido a rezar ante la tumba de otros de sus predecesores enterrados en San Pedro, como Pío XII, Pablo VI, Juan Pablo I y por supuesto, Benedicto XVI.

Este lunes por la mañana tiene previsto mantener un encuentro con periodistas y con colaboradores de los medios de comunicación que han cubierto tanto el funeral de Francisco como su cónclave. Muchos de ellos llevan lejos de sus familias desde que el anterior Papa entró en el hospital el 14 de febrero, y León quiere darles las gracias por la dedicación.

 

 

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