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Elecciones en Uruguay: lo que hay que saber

La delincuencia, la pobreza infantil y el envejecimiento de la población son los principales problemas que se plantean a los votantes de una de las democracias más estables de América Latina que acuden a las urnas el domingo.

José Mujica, expresidente de Uruguay, votando en un centro de votación de Montevideo, la capital del país, durante las elecciones primarias de junio. Credit…Eitan Abramovich/Agence France-Presse — Getty Images

El pequeño país sudamericano de Uruguay celebrará elecciones el domingo para elegir un nuevo presidente en un momento en que es un modelo de estabilidad política y económica en América Latina.

Los 3,4 millones de personas que componen la población uruguaya pueden discrepar en cuestiones clave, pero el civismo y el hecho de enfocarse en gran medida en la política, y no en los ataques personales, hacen que los comicios uruguayos contrasten con los de otros países, en particular los de Estados Unidos.

Debido a la limitación constitucional de mandatos, el actual presidente, Luis Lacalle Pou, de 51 años, no puede presentarse a un segundo mandato consecutivo.

Pero el resultado determinará si su coalición conservadora retiene el control de la presidencia o si una alianza política de izquierda moderada, que legalizó la marihuana e impulsó la producción de energía verde cuando gobernó por última vez entre 2005 y 2020, vuelve al poder.

Una victoria de la oposición probablemente dejaría en suspenso un posible acuerdo comercial con China. Su candidato, Yamandú Orsiha dicho que prefiere negociar con Pekín a través del Mercosur, una alianza de países sudamericanos.

Quienquiera que gane tendrá que hacer frente a los retos que plantean el envejecimiento de la población, la pobreza infantil generalizada y la preocupación por la delincuencia violenta, ya que las bandas de narcotraficantes han hecho avances en lo que tradicionalmente ha sido uno de los países más pacíficos de Sudamérica.

Si ningún candidato obtiene la mayoría de los votos, se celebrará una segunda vuelta entre los dos primeros el 24 de noviembre.

 

El candidato del partido gobernante es Álvaro Delgado, de 55 años, quien ha trabajado como veterinario rural, diputado y jefe de gabinete de Lacalle Pou.

Álvaro Delgado, a la izquierda, y su candidata a la vicepresidencia, Valeria Ripoll, han prometido que, si ganan las elecciones, apoyarán a los niños desfavorecidos con un paquete de gasto de 200 millones de dólares. Credit…Eitan Abramovich/Agence France-Presse — Getty Images

Ambos pertenecen al Partido Nacional, de centro-derecha, que forma parte de la Coalición Republicana en el gobierno. La victoria de Delgado garantizaría la continuación de un programa económico centrado en la consecución de acuerdos comerciales y la racionalización de la normativa gubernamental.

Su principal rival, Orsi, es un antiguo profesor de historia de escuela secundaria y dos veces alcalde de Canelones, un extenso distrito de ciudades costeras, fincas ganaderas y suburbios periféricos de la capital del país, Montevideo.

Orsi, de 57 años, nació en Canelones en un hogar de clase trabajadora sin electricidad. Lleva 30 años ascendiendo en las filas del Frente Amplio, una coalición política de izquierda progresista formada por comunistas, sindicalistas, socialistas democráticos y antiguos guerrilleros de izquierda, entre ellos José Mujica.

El apoyo de Mujica, una figura campechana y paternal, quien fue presidente de 2010 a 2015, ayudó a Orsi a conseguir la candidatura de la coalición.

Entre los aspirantes con posibilidades remotas se encuentra Andrés Ojeda, de 40 años, abogado, miembro del conservador Partido Colorado e invitado habitual a programas de entrevistas, quien ha intentado atraer a los votantes más jóvenes.

En un anuncio de campaña publicado en Instagram, Ojeda presume sus bíceps en un gimnasio, dice que su película favorita es 300, informa que está “pensando seriamente” en adoptar una mascota y se describe a sí mismo como “muy de Capricornio”.

Las elecciones uruguayas suelen celebrarse en torno a un término medio, con partidos de todo el espectro político que coinciden ampliamente en muchos temas.

Todos los candidatos principales insisten en mantener las políticas uruguayas favorables a las empresas —incluidos unos impuestos empresariales más bajos que los de sus vecinos—, que han ayudado al crecimiento de la economía. También apoyan la preservación del relativamente generoso sistema de Seguridad Social del país que, entre otras cosas, proporciona asistencia de salud gratuita a los pobres.

En una entrevista, Orsi dijo que la fortaleza de los partidos políticos uruguayos y la solidez del Estado del bienestar dejaban poco margen para el tipo de movimientos populistas que se han impuesto en otros países.

Orsi dijo que él y Delgado han tenido conversaciones regulares. “Aquí nos conocemos todos”, dijo, y añadió que, si ganaba, no buscaría “destruirlo todo y empezar de cero”.

Pero criticó el historial del partido gobernante en materia de delincuencia y dijo que era necesario tomar medidas urgentes para repeler a las bandas de narcotraficantes, luchar contra el blanqueo de dinero y “evitar que el Estado pierda el control de las prisiones”. Ha prometido contratar a 2000 nuevos policías.

La tasa de homicidios en Uruguay se ha disparado en los últimos años, y un tercio de la población cita la inseguridad como la principal preocupación, seguida del desempleo, el narcotráfico y la pobreza.

Orsi ha dicho que planea crear más puestos de trabajo para los jóvenes y aumentar los salarios de los trabajadores con bajos ingresos para ayudar a atajar la tasa de pobreza infantil, que se sitúa en el 25 por ciento.

Delgado también ha prometido apoyar a los niños desfavorecidos mediante un paquete de gasto de 200 millones de dólares. Su equipo de campaña no respondió a una solicitud de entrevista.

Pero ha hecho más hincapié en mejorar el crecimiento económico, finalizar el acuerdo comercial con China y llevar a cabo una “descontaminación burocrática” despidiendo a 15.000 empleados públicos y sustituyendo sus funciones por servicios en línea.

Orsi ha liderado sistemáticamente las encuestas con un margen cómodo, pero muchos analistas siguen creyendo que podría no contar con el apoyo suficiente para evitar una segunda vuelta contra Delgado.

Ojeda podría jugar un papel importante en una segunda vuelta electoral porque se espera que él y los candidatos de partidos conservadores más pequeños respalden a Delgado, una fórmula que ayudó a Lacalle Pou a ganar en 2019.

Pero los analistas dicen que Orsi —que ha recibido elogios de los votantes por tener los pies en la tierra y que se ha beneficiado del apoyo de Mujica— se ha perfilado como el candidato con más posibilidades de convertirse en el próximo presidente.

Las urnas se abren a las 8 a. m. y se cierran a las 7:30 p. m. Los resultados se conocerán tras unas pocas horas. Los resultados se publicarán en el sitio web de la autoridad electoral uruguaya.

Jack Nicas y Mauricio Rabuffetti colaboraron con reportería desde Montevideo, Uruguay.


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