Estadísticamente, Cuba sigue estando entre los países con más médicos por habitantes, pero esos registros no recogen los miles de estos profesionales que han abandonado el país, tan solo el último año. Sin importar lo que digan los números, ver hoy en Cuba un especialista es harto difícil, y encontrar un especialista de calidad puede ser milagroso.
Por qué se van no es misterio, son cubanos en Cuba, patología que solo mejora con una dosis de avión sin retorno, y por cuestiones culturales e históricas, los destinos preferentes son Estados Unidos y España.
En el país del norte, el patrimonio neto (activos menos pasivos) del médico promedio es de 1,7 millones de dólares, mientras que en España es de 228.000, en ambos casos, es muchísimo más que no tener auto ni casa propia, que es como viven la mayoría de los doctores en Cuba, cuyo salario actual, unos 65.000 pesos anuales (370 dólares al cambio de 175CUP por dólar) es 154 veces menos que los 57.000 dólares que gana un especialista español, y 854 veces inferior a los 316.000 dólares que ingresa uno estadounidense.
La que debía ser, junto al magisterio, la carrera más vocacional, el castrismo la ha convertido en un fabril «ensamblaje» de médicos, masificando el estudio atrayendo alumnos sin vocación, talento, o aptitud, con incentivos como evitarles a los varones sufrir el Servicio Militar Obligatorio, y franqueando el acceso a las 24 facultades de Medicina con requerimientos ínfimos en el rendimiento académico acumulado. Antes un médico era un médico, hoy un médico es cualquiera.
De esa masa de graduados, los que son buenos ponen inmediatamente sus miras en el más allá, tratando de, con méritos profesionales, conseguir un contrato o un curso de superación en el extranjero, mientras, la morralla mediocre se va acumulando en los hospitales del país, y junto a los pocos de calidad que por mala suerte o extraña decisión personal han elegido quedarse, van desmotivándose al verse maltratados por un Gobierno que hasta hace poco les daba un trato preferente.
Y es que como el castrismo ha hecho del alquiler de médicos su segundo mejor negocio —después del de la extorsión a los emigrantes— habiendo convertido la inmoral trata de personas en una fuente de ingreso muy estable, en algún momento «mimó» a los médicos otorgándoles salarios muy altos con respecto al resto de trabajadores estatales —exceptuando las muy bien pagadas fuerzas represivas—, pero las últimas decisiones salariales del régimen han dejado a este gremio en la miseria.
En marzo de 2014, cuando las misiones médicas estaban en su pináculo, a los 440.000 trabajadores del sector se les subió el salario, los médicos con una especialidad pasaron de 573 pesos a 1.460, una espectacular subida del 154%. En ese año, el salario medio del país era 737 pesos, y había incrementado solamente 9,1% con respecto al año anterior.
Amén de que 1.460 pesos (60 dólares al tipo de cambio de entonces) fuese algo risible como salario para un doctor, comparativamente, los médicos ganaban el doble que la media, y, se les había «mimado» aumentándoles el sueldo 17 veces más de lo que se le aumentó al resto de los trabajadores, lo que sin dudas tuvo impacto en su autoestima.
Pero desde entonces, los salarios en Salud Pública se estancaron mientras el resto iba in crescendo. Ya en 2019, Salud era solo el séptimo sector con mejor salario, detrás de la Construcción, Minas y Canteras, Banca, Azúcar, Ciencia e Innovación y Suministro de Electricidad, Agua y Gas.
A mediados de 2019, el castrismo hizo un aumento general de salarios que, aunque sumó cinco dólares mensuales al ingreso de un médico especialista, redujo la posición relativa de estos con el resto de trabajadores estatales, cuya media ya estaba en 879 pesos que, en muchos casos, se complementaban con estímulos en moneda fuerte, a las que los galenos no tenían acceso.
La estimulante brecha que el castrismo abrió a favor de sus doctores en 2014, terminó de cerrarla en 2021 con la Tarea Ordenamiento, donde volvieron a subir generalizadamente los sueldos y, además, se permitió que las empresas estatales organizaran internamente sus escalas salariales y repartieran utilidades entre los empleados, llevando el ingreso medio nacional a 4.150 pesos, muy cercano a los 5.400 que cobran los médicos con una especialidad.
De «mimados» con sueldos que duplicaban el salario medio y aumentos históricos, los médicos han pasado, en términos relativos, a cobrar hoy casi lo mismo que el resto de empleados estatales, mientras que en términos reales están cobrando la mitad que en 2014, y con eso deben enfrentar una inflación explosiva que los empobrece a diario.
Pensándolo mejor, teniendo en cuenta lo estresante que es trabajar en hospitales sin medicinas ni equipos, teniendo en cuenta lo mal pagados que están, teniendo en cuenta que el Gobierno parece tenerlos olvidados y teniendo en cuenta lo muy bien que cobran en otros países, lo milagroso no es encontrar un especialista de calidad en Cuba, lo milagroso es que quede alguno en el país.