Evo Morales se blinda contra el imperio
El presidente boliviano Evo Morales, durante la inauguración de la Escuela de Comando Antiimperialista en Warnes, en Santa Cruz de la Sierra. AIZAR RALDES (AFP)
El presidente boliviano inaugura una escuela militar para formar a los oficiales contra enemigos como Estados Unidos
Si todos los oficiales que salen tras formarse en la Escuela de Comando Antiimperialista General Juan José Torres han aprendido bien sus lecciones, entonces es que están preparados para identificar al enemigo allí donde aparezca. Va a ser difícil, salvo que las cosas se compliquen mucho, que Estados Unidos la emprenda a pepinazos con Bolivia; no es verosímil que sus ataques vayan a ser directos, operarán más bien de manera sinuosa. Es posible, incluso, que lo hagan con apoyos que procedan del interior del país.
Pero ahora ya no lo tendrán tan fácil. El pasado día 17 Evo Morales inauguró el nuevo centro de formación. Los nuevos oficiales que surjan de allí estarán preparados para detectar esas turbias maniobras. ¿Y qué sucedería si esas fuerzas imperialistas, pongamos por caso, fueran tan retorcidas que colaboraran con sus lacayos de dentro y consiguieran que estos ganaran unas elecciones? No es una hipótesis disparatada. Pero estos militares de ahora, ya exquisitamente preparados, se darían enseguida cuenta del embrollo. ¿Qué harían entonces?
He ahí la cuestión. El ministro de Defensa, Reymi Ferreira, ha salido a defender la iniciativa del presidente Morales y ha criticado, llamándolos “ignorantes”, a los que se ríen de la Escuela. Y ha aprovechado la oportunidad para recordar que la invasión del Ejército chileno, en la que Bolivia perdió su salida al mar, fue alentada por un imperio, el de Gran Bretaña. “Si ustedes recuerdan, el imperio británico estuvo detrás de la pérdida del Pacífico y Chile fue un instrumento. Eso lo dicen los historiadores de derecha, como Carlos Mesa [presidente de Bolivia entre octubre de 2003 y junio de 2005, de simpatías socialdemócratas] y otros, eso no está en discusión”.
El pasado es así de claro, no hay margen para el matiz. Y con una educación antiimperialista efectiva es muy probable que también el presente aparezca diáfano y puedan distinguirse con claridad las maniobras del enemigo. “El enemigo quiere apropiarse de nuestros recursos naturales. El enemigo quiere dividirnos. El enemigo quiere poner otros mandatarios…”, dijo estos días Iván Canelas, el gobernador de Cochabamba.
Atención a esa aguda observación: “El enemigo quiere poner otros mandatarios”. El presidente Evo Morales también ha reaccionado con contundencia a través de Twitter a las críticas que se han hecho a la Escuela de Comando Antiimperialista. Quienes la rechazan, escribió, “no tienen ni quieren patria, sólo quieren saqueo de nuestros RRNN [recursos naturales] y enajenar patrimonio del pueblo”. Y, en otro tuit, afinó el tiro diciendo que “tienen una mentalidad colonial y se someten a la dominación imperial”.
Mal asunto, y peligroso, un Ejército ideologizado. Más allá de la jerga patriótica y antiimperialista, la iniciativa es profundamente inquietante. ¿Quién podrá frenar a estos oficiales cuando decidan que el imperio está detrás de los adversarios políticos, y es solo una simple hipótesis, del presidente Morales?