Felipe González: gobernar «a golpe de Tweet» mina la credibilidad democrática
El expresidente del Gobierno, durante el acto de presentación del libro. Efe
El expresidente del Gobierno Felipe González ha lamentado que en algunos países se gobierne «a golpe de tuit» porque ello mina la credibilidad de la democracia y origina que las iniciativas políticas sean poco transparentes e ineficaces. Lo ha afirmado durante la presentación del libro ¿Quién manda aquí?. La crisis global de la democracia representativa, en cuya edición ha participado.
Ha sido durante un acto en el Espacio Bertelsman de Madrid, en un acto al que han acudido otras personalidades políticas como el exsecretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba o el exministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla.
Para el ex mandatario socialista, la democracia representativa «está recibiendo -a escala global- impactos externos e internos» que tienen que ver con la revolución tecnológica, como es el caso de Estados Unidos. Cuyo presidente, Donald Trump, tendrá que acabar por entenderlo, ha añadido, «a golpe de fracaso».
EL FALLO DE LOS PODERES EJECUTIVO Y LEGISLATIVO
Para González, esa crisis global de las democracias representativas se produce porque fallan en todo el mundo los poderes ejecutivo y legislativo. A González las reacciones que más le preocupan de los partidos políticos y de los mandatarios son «las respuestas reaccionarias» que son interdependientes de la tecnología -en alusión a las redes sociales- y siempre apelan «a la recuperación» de cuestiones nacionales, al cierre de fronteras, al proteccionismo o al dicho de que «el otro tiene la culpa».
El expresidente del Gobierno ha señalado también, citando principalmente casos de la política en sudamérica, que actualmente se usan términos como recuperar la democracia como sinónimo de «solución de problemas» sociales o económicos, que son asuntos, ha agregado, que no derivan del marco democrático, que es un simple «instrumento» para la gobernabilidad.
También ha advertido que reavivar el rencor «como motor de las emociones» en el debate político aniquila «la tolerancia y la convivencia» y ha criticado algunos movimientos y plataformas sociales por considerar que acaban siendo instrumentos «totalizadores».
EL PELIGRO DE UN FIN «TOTALIZADOR»
Los movimientos sociales y plataformas «van con una mano por el suelo y otra por el cielo», son «omnipresentes» y pueden acabar siendo «totalizadores», ha explicado. Todo ello, sostiene pone de manifiesto que existe una «crisis de la democracia representativa».
A González las reacciones que más le preocupan de los partidos políticos y de los mandatarios son «las respuestas reaccionarias» que son interdependientes de la tecnología -en alusión a las redes sociales- y siempre apelan «a la recuperación» de cuestiones nacionales, el cierre de fronteras, el proteccionismo o el dicho de que «el otro tiene la culpa».