Cultura y Artes

Hannah Glasse, la primera ‘masterchef’ de los libros de recetas

Ilustración del libro de Hannah Glasse, ‘The Art of Cookery’.

Su libro ‘The art of cookery’, publicado en 1747, fue un éxito de ventas durante un siglo y revolucionó la manera de cocinar en el mundo anglosajón por su estilo coloquial e ingredientes sencillos

Hannah Glasse no lo tuvo fácil en su vida, no sólo en su madurez sino también en su infancia. Su oportunidad y éxito le llegaron a través de la cocina, ya que supo reflejar como nadie las recetas de cocina y se convirtió en un referente culinario por su sencillez en las explicaciones y también en los ingredientes que utilizaba.

En un mundo tan propenso a los plagios como es describir una receta de cocina, Hannah supo convertir en un arte su capacidad de reflejar por escrito innumerables detalles culinarios que revolucionaron la forma de cocinar, de manera especial en las zonas anglosajonas, gracias a un lenguaje muy accesible que ella justificaba así: “Para que los sirvientes puedan entenderlo”.

La autora más reconocida de libros de cocina en el siglo XVIII no pudo disfrutar de su infancia, así que se puede decir que se refugió en los fogones como una gran observadora. Hannah Glasse nació el 28 de marzo de 1708. Nunca fue a la escuela y pasó sus días haciéndose adulta a pasos agigantados con la hermana menor de su padre. Hannah fue la hija ilegítima de un poderoso caballero, Isaac Algood, y de una mujer viuda, Hannah Reynolds; Allgood se casó después con la hija de un vinatero londinense, Hannah Clark. Nuestra Hannah vivió en la casa familiar con los hijos legítimos del matrimonio, que aparentemente también crió a Hannah como su hija, aunque más tarde ella describió a su madre en términos poco halagadores en la correspondencia que se conserva.

De hecho, la correspondencia es la principal fuente de información sobre la vida personal de Glasse. Según ésta, sus padres murieron de enfermedad en 1725, cuando ella tenía 16 años. Ese año, el 5 de agosto de 1724, Hannah Glasse se casó con un soldado irlandés, John Glasse y tuvieron 11 hijos, pero sólo sobrevivieron cinco -tres chicas y dos chicos-. Al menos las tres hijas trabajaron con ella posteriormente en una tienda donde también cocinaría.

Hannah comenzó a trabajar en el libro The art of cookery made plain and easy (El arte de la cocina simple y fácil) en 1746, en parte por buscar un futuro a sus necesidades económicas, pero también por haber observado que su proyecto solo podría tener éxito. “Creo que he intentado un aspecto de la cocina sobre el que nadie ha pensado que merezca la pena escribir…”, se puede leer en su introducción. El libro fue publicado por primera vez en 1747.

Desde su publicación, el libro se convirtió en tal éxito que continuó vendiéndose hasta 1843 en sucesivas versiones y revisiones. Supuso tanto la publicación que se le considera el responsable del cambio de costumbres en la cocina anglosajona de la época, llegando incluso a triunfar en América. Contenía 972 recetas que cualquier persona podía elaborar y que iban desde sopas a pasteles, pasando por la cocina específica para determinadas épocas del año como la Cuaresma o la más recomendable, por ejemplo, para las personas enfermas.

La edición del libro de 1751 fue la primera en mencionar la gelatina como ingrediente; la de 1758 ofreció la primera mención de “hamburguesas”, mientras que la edición de 1774 incluía una de las primeras recetas en inglés para un curry de estilo indio. Hannah Glasse, aunque expresó su crítica a la influencia de la cocina francesa, también incluyó platos con nombres franceses e inspirados en sus fogones en el libro… Otras recetas mencionaban ingredientes modernos y poco utilizados hasta entonces al ser importados como el cacao, la canela, la nuez moscada y los pistachos.

El libro de recetas de Hanna Glasse se hizo popular incluso en las Trece Colonias de América y su valía sobrevivió a la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos, ya que tanto Benjamin Franklin, como Thomas Jefferson y George Washington tenían su propia copia del libro.

Las primeras versiones de ‘The art of cookery’ contenían un apetitoso repertorio con las sopas de Hannah Glasse, que incluían las hechas de cangrejos de río, o de cebada, mejillones, guisantes y almendras; había 20 pasteles diferentes, entre ellos de menudillos, aceitunas, patos y pichones… y siempre había recetas con cada ingrediente y animal imaginables.

Sin embargo, la identidad de Hannah Glasse como autora del libro de cocina más popular del siglo XVIII no se confirmó hasta 1938, ya que el libro The art of cookery fue publicado por suscripción en 1747 y antes de que terminara el año apareció a la venta una segunda edición que no llevaba la firma de la autora, sino un simple ‘By a lady‘ (por una mujer). Esto permitió que algunas personas interesadas se apropiaran de su autoría aprovechándose de que ninguna mujer hasta la fecha había escrito tan bien sobre cocina y nadie la creería.

El mismo año en que apareció el libro, 1747, Glasse se estableció como costurera y modista en Tavistock Street, Covent Garden, junto a su hija mayor, pero siete años más tarde se declaró en bancarrota y se vio obligada a subastar su activo más preciado, los derechos de ‘The art of cookery’. El ‘London Gazette’ publicó el 11 de enero de 1755 que Glasse había superado la quiebra gracias a un certificado de conformidad.

Sin embargo, dos años más tarde Glasse volvió a atravesar graves dificultades financieras y el 22 de junio de 1757 entró en la prisión de Marshalsea, aunque seis meses después fue puesta en libertad y registró ‘The servants directory’, un nuevo libro sobre el manejo de un hogar.

En 1760, un libro publicado por Ann Cook, ‘Professed Cookery’, contenía un ataque de 68 páginas contra Hannah Glasse y su obra. Ese mismo año, Hannah Glasse publicó su tercer y último trabajo, ‘The compleat confectioner’ (El pastelero completo). Se realizaron varias ediciones, pero ya no tuvo el éxito que Hannah había disfrutado con ‘The Art of Cookery’.

Hannah Glasse, una bella dama inglesa, era bajita y no era gorda ni muy delgada. En sus últimos años se veía a sí misma como una vieja con arrugas en la cara y cabello blanco y corto. Siempre llevaba una bata y un delantal cómodo para sus trabajos de cocina pero no existe una imagen de ella, tan solo el anuncio de su muerte, el 1 de septiembre de 1770 a los 62 años de edad, que publicó el ‘London Gazette’.

En las últimas décadas, con el impulso que ha tenido el arte de los fogones, Hannah Glasse es considerada la ‘madre de la cocina moderna’.

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