La física colombiana que empieza a sonar para Nobel
Ana María Rey se abre camino en Estados Unidos, en el competido mundo de la física básica. Algunos creen que podría llegar muy lejos.
Una científica bogotana investiga en una reconocida universidad de Estados Unidos el comportamiento de los átomos. A partir de ahí, busca la teoría que podría derivar en la segunda revolución tecnológica del planeta: la cuántica. Difícil de entender en tan pocas palabras, ¿cierto?
Lo mejor es imaginarse que nos devolvemos 50 años y que este artículo no se teclea en un computador sino en una máquina de escribir. Si estuviéramos en mayo de 1969 y alguien hablara de los chips, electrónica y computadoras, muy pocos entenderían. Probablemente dirían que son cosas de físicos y científicos.
Ahora, a pocos meses de cerrar la segunda década del siglo XXI, tenemos claro que no podemos vivir en un mundo cuyo ADN está integrado por una poderosa y permeable red de computadores y smartphones.
Ahora, viaje en el tiempo de nuevo hasta el año 2069, cuando probablemente la sociedad esté gobernada por desarrollos cuánticos, es decir, donde los átomos y sus caprichosas facultades y movimientos nos permitirán saber dónde está el petróleo o los metales que necesitamos, contar con un GPS con un grado de precisión increíble o dónde podemos comunicarnos con máquinas como si fueran nuestros amigos o vecinos.
Además, sería posible conocer mejor las variables para invertir en la Bolsa de Valores o cómo nos curaremos contra casi toda enfermedad. Y todo eso es apenas la punta del iceberg.
“Se abre la posibilidad de utilizar un computador cuántico para mejorar toda la medicina. Por ejemplo, entender cómo funcionan las proteínas, hoy conceptos complicados para un computador clásico. Un computador cuántico podría generar procesos relacionados con la superconductividad a altas temperaturas y así tener sistemas de transporte mucho más rápidos.
Son cosas que en este momento ni siquiera podemos predecir con exactitud. Cuando se inventó el transistor no teníamos ni idea que íbamos a tener los avances que tenemos ahora. La tecnología cuántica va a ser un cambio grande y sorprendente”, explicó a Dinero vía telefónica la física bogotana Ana María Rey. La cuántica puede incluso reevaluar todo lo que sabemos de física hasta ahora. Hasta lo más lógico. El científico colombiano Eduardo Posada lo puso en estos términos: “hoy sabemos que una persona no puede traspasar un muro de concreto. Sin embargo, hemos visto en experimentos recientes cómo un átomo puede hacerlo. Las teorías de la física que conocemos hasta hoy están en juego”.
Sin embargo, estamos a medio camino. La científica cree que en una década o menos podría haber avances más concretos con este tipo de avances.
IBM trabaja en desarrollar computadores cuánticos. Faltan años par a que sean funcionales.
Una de las claves o desafíos de esta nueva tecnología- en la que empresas como Microsoft, Google e IBM están dedicando buena parte de sus recursos y equipos de investigación, está centrado en el enfriamiento de sistemas cuánticos, pues es la única forma de estabilizarlos para sacarle el mayor provecho y usarlos para todo lo que hemos hablado.
Una genio
Ana María Rey se enamoró de la física cuando apenas tenía 14 años. Fue tal su apasionamiento con esta materia que su profesor de colegio Víctor Caro se convirtió en su primer mentor. “Me gustaba sentir esa fascinación por la física; ver cómo podía escribir una ecuación y predecir lo que iba a suceder en la naturaleza”, comenta. Esa pasión por esa y otras materias la llevó a tener uno de los mejores puntajes del Icfes del país, lo que le abrió la posibilidad de una beca en la Universidad de los Andes.
“Mis papás estaban bastante preocupados porque no es común estudiar física en Colombia. Ellos trataban de convencerme de estudiar algo similar a una ingeniería”. Afortunadamente, todo científico tiene algo de rebelde.
“Fue una carrera placentera y con profesores muy motivadores, me gradué en 1999”, dijo. Un año difícil para el país, pero también para Rey, que dejó su país luego de aceptar una beca de doctorado que logró en la Universidad de Maryland.
Allí tuvo la oportunidad de conocer al premio nobel de física (1997) William Daniel Phillips, hoy amigo y gran mentor en Estados Unidos.
“Me comentó cómo se estaban usando los láseres para tratar de enfriar átomos y hacer nuevos estados de materia con los átomos fríos. Esa charla me confirmó lo que quería hacer”, explicó la científica.
Luego fue el momento de recoger frutos. Rey recibió en 2013 la beca MacArthur, que se otorga a ciudadanos o residentes de Estados Unidos que “demuestren méritos excepcionales y prometan un continuo y mejorado trabajo creativo». Ese mismo año el expresidente Barack Obama le entregó en la Casa Blanca el premio Presidencial para Científicos.
Un año más tarde recibe el premio «Maria Goeppert Mayer» de la American Physical Society.
Desde el año 2008 es investigadora y profesora del instituto JILA de la Universidad de Colorado en Boulder, y en el Nist (National Institute of Standards and Technology).
Sin embargo, los méritos de Rey trascienden su genialidad, pues ha logrado posicionarse en un campo en el que los hombres constituyen una mayoría casi absoluta. “No hay tantas mujeres como se quisiera, ha sido difícil. Sin embargo, veo que cada vez se está fomentando el desarrollo de más mujeres en el mundo de la ciencia. En el caso de mi universidad veo que cerca de 20% son mujeres, en otras partes es mucho menor”, cuenta Rey, quien agrega que EE. UU. la acogió muy bien y que la Universidad de Colorado le ha permitido equilibrar el tiempo entre su hijo y la investigación.
Cuando se le pregunta por un posible Nobel, prefiere mencionar a sus compañeros de trabajo. Otros científicos en Colombia, como el Dr. Eduardo Posada, creen que Rey lo logrará. Sería histórico.
Gran madre, gran física y ojalá gran Nobel.