La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha empeorado en un punto su previsión para la economía de Argentina y apunta ahora que el Producto Interior Bruto (PIB) del país se contraiga un 2,3% este año, frente a la caída del 1,3% que se esperaba el pasado noviembre.
A su vez, la actualización divulgada este lunes por la OCDE incluye una mejora de 0,7 décimas para el año 2025, con un crecimiento estimado del PIB de Argentina del 2,6%, tras dos años de recesión (al cierre de 2023, la economía argentina habría caído un 1%).
Por su parte, la inflación continuará siendo un problema para Argentina, y seguirá sobre los tres dígitos en el año 2024. En concreto, el ‘think tank’ de las economías más desarrolladas espera que el índice de precios escale al 250,6%, lo que supone un incremento de 93,5 puntos porcentuales desde la anterior proyección de noviembre.
Al cierre de diciembre, la inflación interanual de Argentina escaló al 211,4%, un incremento de 51 puntos porcentuales desde noviembre. El nuevo Gobierno de Javier Milei, que comenzó a andar el pasado diciembre, ya avisó de que quedan todavía varios meses con una inflación elevada, sobre la cifra de los tres dígitos, como viene ocurriendo desde hace casi un año.
Caída de actividad
Ya en 2025, la inflación experimentará una importante ralentización según la OCDE. Así, se situaría en el 64,7% interanual, todavía muy por encima de otros países de la región como Brasil o México, que se situarán en el entorno del 3% y 3,2% interanual, respectivamente.
Al cierre de diciembre, la inflación interanual de Argentina escaló al 211,4%, un incremento de 51 puntos porcentuales desde noviembre
«Se prevé que una inflación elevada y un ajuste fiscal considerable den como resultado una caída de la actividad en Argentina en 2024, antes de que el crecimiento se recupere en 2025, cuando las reformas comiencen a surtir efecto», recoge el informe del organismo presidido por Mathias Cormann.
En el ámbito del G-20, la OCDE ha tildado de «excepcional» tanto los casos de Argentina como de Turquía (donde también se espera una elevada inflación), derivada de políticas macroeconómicas laxas en el pasado y del incremento vivido durante 2023.