La Revolución de Fidel vs. La Cuba de Raúl en indicadores económicos
El 17 de diciembre de 2014, el mundo se enteró de que La Habana y Washington habían mantenido 18 meses de diálogo de alto nivel en Canadá y el Vaticano, cuando Raúl Castro y Barak Obama anunciaron de manera simultánea una serie de medidas destinadas al restablecimiento de las relaciones bilaterales entre Cuba y EEUU. Esto ocurre tras casi siete años de gobierno de Raúl Castro, quien ha tenido que navegar entre dos aguas bastante turbulentas: defender el legado político-económico de Fidel Castro mientras busca sopesar las distorsiones económicas que ese mismo legado ha generado.
1. Historia contemporánea de la economía cubana. Repasemos más de cincuenta años traducidos en indicadores:
1.1. Producto Interno Bruto. Según Carmelo Mesa-Lago “aunque las comparaciones no son exactas, el PIB [por habitante] cubano se ordenaba tercero en la región en 1958 mientras que había descendido al [9º], 11º ó 12º lugares en 2007”. Un cambio estadístico en la medición del PIB cubano a partir de 2003 resultó en “la imposibilidad de compararlo correctamente con el resto de la región y el mundo”. Cifras del Banco Mundial y de la Cepal muestran que entre 2003 y 2013 el PIB cubano creció un promedio de 5,1% por año, resaltando tasas de 11,2% y 12,1% de 2005 y 2006, respectivamente. El gobierno cubano estima que la economía de la isla creció 1,3% en 2014 y que se expandirá 4% en 2015.
1.2. Inflación. Según Mesa-Lago, “la tasa de inflación en 1958 era virtualmente cero… [y]…a pesar que en 1989 había un control estatal virtualmente total de todos los precios, la inflación aumentó 0,5%”. Cifras de la Cepal muestran que la inflación anual cubana promedió 2% entre los años 2000 y 2013, resaltando el 12% del año 2001, el 7,1% de año 2007 y el -1,2% del año 2009. Para 2013, la Cepal registró una inflación anual promedio para Cuba de 0,6%.
1.3. Inversión. Según Mesa-Lago, la formación bruta de capital fijo (FBCF) pasó de 17,6% del PIB cubano en 1957 a 26,7% en 1991. Pero cifras de la Cepal muestran que cayó a 8,3% en 2013. Si bien Latinoamérica y El Caribe registraron una FBCF equivalente a 20,5% del PIB regional, la de Cuba fue de 15,6% del PIB de la isla. Esta brecha se amplió entre 2000 y 2013, cuando la FBCF de la región promedió 20,4%, mientras que la cubana promedió 9,2% (Cepal). Mesa-Lago afirma que “algunos economistas cubanos estiman que se necesita un 25% para un crecimiento económico sostenido” de la isla.
1.4. Sector Externo. Según Mesa-Lago, entre 1957 y 2008 “el déficit en la balanza comercial saltó casi 17 veces, y como porcentaje del PIB aumentó 850%. La comparación entre 1989 y 2008 muestra que (…) el déficit había empeorado 266% sentando un record histórico (…) en 2008 equivalente a 19% del PIB”. Para mediados de diciembre 2014, el gobierno cubano reveló que su economía cerraría el año con un superávit en cuenta corriente de US$ 1.000 millones para 2014, gracias a US$ 1.700 millones recibidos vía remesas y US$ 765 millones recibidos por la re-exportación de petróleo venezolano. Y fuentes diplomáticas revelaron a Reuters que las reservas internacionales de la isla llegan a US$ 10.000 millones.
1.5. Deuda Externa. Según Mesa-Lago, la deuda externa per cápita (excluyendo la debida a Rusia) “saltó 33 veces entre 1958 y 2008, como porcentaje del PIB aumentó 160 veces (…) y como proporción de las exportaciones creció 54 veces de 7% a 384%”. Aún más, incluyendo lo debido a Rusia, la deuda externa per cápita de Cuba fue la segunda mayor de la región en 2008. En 2011 Cuba informó que su deuda externa “activa” llegaba a US$ 13.900 millones. Y su deuda “pasiva”, la cual dejó de reportar tras el default de 1989, se estima en US$ 8.000 millones. Pavel Vidal, un ex funcionario del Banco Central de Cuba que ahora vive en Colombia, estima que la deuda externa se ubica entre US$ 25.000 y US$30.000 millones.
2. Reformas Económicas de Raúl Castro. El 1 de agosto de 2006, Fidel Castro delegó provisionalmente sus cargos en el Partido, el Consejo de Estado y las Fuerzas Armadas a Raúl Castro. ¿Qué ha pasado en la economía cubana desde entonces?
2.1. El 27 de julio de 2007, Raúl Castro reconoció que “el salario aún es claramente insuficiente” y que Cuba vive “en medio de una situación económica internacional muy difícil”. Precisó que “hay que partir de producir más y con sentido de racionalidad y eficiencia… [y]… para lograr este objetivo habrá que introducir los cambios estructurales y de conceptos que resulten necesarios”.
2.2. El 24 de febrero de 2008, Raúl Castro fue nombrado oficialmente Presidente de Cuba. En el discurso dado ante la Asamblea Nacional de Cuba hizo, entre otras, dos afirmaciones sustanciales. La primera: “Estamos examinando, por ejemplo, todo lo relacionado con la implementación oportuna de las ideas del compañero Fidel sobre la ‘progresiva, gradual y prudente reevaluación del peso cubano’”. La segunda: “En diciembre hablé del exceso de prohibiciones y regulaciones. Y en las próximas semanas comenzaremos a eliminar las más sencillas […] La supresión de otras regulaciones, aunque a algunos pueda parecer sencillo, tomará más tiempo debido a que requieren un estudio integral y cambios en determinadas normativas jurídicas, además de que influyen en algunas de ellas las medidas establecidas contra nuestro país por las sucesivas administraciones norteamericanas”.
2.3. Entre 2007 y 2008 se hicieron, en palabras de Mesa-Lago, “reformas no estructurales (porque no cambian la naturaleza del sistema)”. Estas reformas fueron: “pago de deudas estatales a campesinos, aumento en los precios de venta forzosa al Estado de parte de su producción (acopio), y venta de insumos a aquellos; permiso para el transporte privado de pasajeros y carga; supresión del tope salarial, autorización del pluriempleo, abono de parte del salario en divisas; trabajo por resultado (destajo); reforma de las pensiones que aumentó la edad de retiro en cinco años; y acceso de cubanos a hoteles y restaurantes para turistas extranjeros”.
2.4. En noviembre de 2010 se publicaron los “Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y La Revolución” y en abril de 2011, durante el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) –1er Congreso celebrado desde octubre de 1997– se aprobaron 313 lineamientos (287 económicos y 26 sociales). Según el documento definitivo, estos lineamientos buscarían “actualizar el modelo económico cubano con el objetivo de garantizar la continuidad e irreversibilidad del socialismo, el desarrollo económico del país y la elevación del nivel de vida de la población, conjugado con la necesaria formación de valores éticos y políticos de nuestros ciudadanos”. En 2013, Mesa-Lago afirmó que, según lo previsto en los lineamientos, “el plan central predominará sobre el mercado y la empresa estatal sobre la no estatal. Ese modelo de hecho fue experimentado sin éxito en algunos países de Europa Oriental antes de la desaparición del campo socialista, así como en Cuba bajo las tímidas reformas de 1975-1985”.
2.5. Entre 2008 y 2013 se hicieron, en palabras de Mesa-Lago, “reformas estructurales (porque en algo cambian el sistema económico)”:
“Entrega en usufructo de tierras estatales ociosas; cesantía de empleados estatales innecesarios; fomento de trabajos no estatales (cuenta propia, cooperativas de producción no agrícola y servicios) para ocupar a los parados; eliminación de “gratuidades” (escuela secundaria en el campo, universidades municipales); extracción gradual de artículos del racionamiento y su venta a precios de mercado a los subsidiados (la supresión total es rechazada por grupos de bajos ingresos y que no reciben remesas del exterior); reducción en gastos de servicios sociales financieramente insostenibles; autorización de compraventa de viviendas y de coches; reforma tributaria que estableció el impuesto progresivo a la renta; y mercado mayorista para el sector no estatal”.
2.6. El 24 de febrero de 2013, la Asamblea Nacional de Cuba eligió a Raúl Castro para dirigir al país por 5 años más.
2.7. El 29 de marzo de 2014, la Asamblea Nacional de Cuba aprueba la Ley No. 118 de la Inversión Extranjera. Esta Ley, que establece “un régimen de facilidades, garantías y seguridad jurídica al inversionista que propicia la atracción y el aprovechamiento del capital extranjero” (artículo 2), permitiría obtener los entre US$ 2.000 y 2.500 millones anuales de inversión extranjera directa necesarios para el desarrollo de la isla.
3. Cuba y EEUU restablecen relaciones: El 17 de diciembre de 2014, Raúl Castro y Barak Obama anunciaron de manera simultánea una serie de medidas destinadas al restablecimiento de las relaciones bilaterales entre Cuba y EEUU. Con esto, se comienzan a restablecer las relaciones diplomáticas interrumpidas desde 1961 y se anunciaron, entre otras medidas:
3.1. Facilitar la exportación de más productos estadounidenses hacia Cuba, incluyendo materiales de construcción de residencias, equipamiento agrícola para pequeños granjeros y aparatos tecnológicos.
3.2. Instituciones financieras de EEUU podrán abrir cuentas en Cuba para facilitar el procesamiento de transacciones autorizadas.
3.3. Se plantean facilidades para que ciudadanos americanos viajen a Cuba y usen tarjetas de crédito y débito en la isla. Además, los viajeros podrán importar bienes por hasta US$ 400, de los que no más de US$ 100 podrán ser tabaco y alcohol.
3.4. EEUU incrementa de US$ 500 a US$ 2.000 el límite trimestral de dinero que puede ser enviado a Cuba en remesas. Es decir, los estadounidenses podrán enviar US$ 6.000 más por año. Según el Banco Mundial, las remesas son tan importantes para los países en desarrollo que en algunos casos representan una cifra significativamente mayor que la inversión extranjera directa que reciben estas naciones. Además, en 2013, las remesas triplicaron los montos de la asistencia oficial para el desarrollo. Sólo en 2014, Cuba recibió US$ 1.700 millones vía remesas.
3.5. Y tal vez la medida más importante de todas: promover en el Congreso de EEUU el levantamiento del embargo sobre Cuba, que comenzó con ciertos productos en 1960 y se generalizó en 1962. En octubre de 2013, durante la 69ª Asamblea General de la ONU, el Ministro de Asuntos Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, afirmó que “los daños económicos acumulados [durante el embargo], enormes para una economía pequeña, alcanzan 1 billón 112 mil 534 millones de dólares, calculados al valor del oro”.
3.6. Raúl Castro aclaró que la restitución de relaciones con EEUU no implica que la isla abandonará el modelo comunista.
4. ¿Y ahora qué? En 2013, Mesa-Lago afirmó: “El desempeño de Raúl en siete años en el poder muestra avances notables en la puesta en marcha de reformas económicas y, en menor cuantía, políticas. Las reformas son positivas, pero faltan varias cruciales, y las ya aprobadas van a paso lento, enfrentan obstáculos y excesivas regulaciones e impuestos que provocan desincentivos e impiden su progreso; son insuficientes para resolver los problemas acumulados en 54 años de socialismo real”.
Una medida clave sería eliminar el sistema de doble moneda en Cuba –establecido en la década de los noventa– ya que crea importantes distorsiones en la economía de la isla. Los cubanos usan el peso cubano (CUP) para pagar la mayor parte de los salarios, las compras diarias y los principales servicios; pero el peso convertible (CUC), que equivale a US$ 1, es usado por los turistas y para comprar productos y servicios liberados en las tiendas en divisas, en las que “compra 65% de los cubanos que reciben remesas del exterior” (Mesa-Lago). Hay un tipo de cambio para las empresas estatales (CUP 1 = CUC 1) y otra para los negocios privados (CUP 25 = 1 CUC), y los trabajadores que trabajan para empresas extranjeras se privilegian de las propinas en CUC, mientras que los trabajadores estatales cobran sus salarios en CUP.
Vale decir que el sobrevalorado CUC limita la competitividad de las exportaciones cubanas. Ahora bien, Joaquín Infante Ugarte, asesor del presidente de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC), aclara que la eliminación de la dualidad monetaria no aumentará por sí misma el poder adquisitivo de la moneda cubana, ya que “la apreciación del peso cubano está vinculada al aumento de la productividad, de la eficiencia del trabajo, de la competitividad y rentabilidad de nuestras producciones”. Por ahora, el gobierno cubano ha dado algunos tímidos pasos en materia de reforma cambiaria: las tiendas en divisas han empezado a aceptar también CUP y los precios se señalan en CUC y CUP en tiendas selectas. Además, según Mesa-Lago, el gobierno está realizando experimentos a pequeña escala con diferentes tasas de cambio —10 CUP por un CUC, por ejemplo— en algunas industrias estatales.
El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre EEUU y Cuba, y el levantamiento gradual del embargo económico podría abrir oportunidades en distintas áreas tan diversas como servicios financieros, telecomunicaciones, agricultura, petróleo, construcción y turismo. Sin embargo, Pedro Freyre, jefe del despacho que se encarga de Cuba en Akerman, un bufete de abogados con sede en Miami, afirma que “las empresas quieren saber cuáles son las reglas del juego. Es más el pensamiento estratégico que propuestas concretas”.