Democracia y Política

Las guerras se ganan

El poder es el centro de la democracia. Sin el poder no se puede hacer nada. No se puede construir ninguna verdad si no se manda y no se puede mandar si no se gana

Condena de Álvaro García Ortiz, en directo: sigue la comparecencia de Isabel Díaz Ayuso a la

 

Lo importante de la condena del fiscal general es que las guerras en política se ganan. Se eligen, se libran, se ganan. Ésta es la lección, más allá de la razón que puedan tener la acusación o la defensa. Lo significativo es que Miguel Ángel Rodríguez e Isabel Ayuso plantearon una guerra política y han ganado. Lo importante es competir y ganar. Tener razón está sobrevalorado. ¿Quién tiene razón? El que al final del día brinda y baila.

Esto la derecha ha tenido grandes dificultades para comprenderlo desde la recuperación de la democracia. La izquierda lo aprendió desde el principio y ha sabido crear unos marcos mentales mucho más eficaces para mantenerse en el poder. El poder es el centro de la democracia. Sin el poder no se puede hacer nada. No se puede construir ninguna verdad si no se manda y no se puede mandar si no se gana. Para cambiar el mundo primero hay que conquistarlo. Los mapas se dibujan sobre guerras ganadas. La izquierda usa la propaganda pacifista para ser la más sangrienta, para arrasar a sus rivales y no sólo ganarlos sino barrerlos del tablero. ¿Y qué hace la derecha? Sucumbe a la propaganda pacifista porque está tan acomplejada por lo que la izquierda le dice, que no sólo cede sino que además permite que le llamen fascista.

Isabel Ayuso y Miguel Ángel Rodríguez quieren sangre. Y es verdad que van al límite y se exponen pero sólo en el filo de todos los abismos se consiguen las victorias que realmente importan. Derrida lo dice: todo poema corre el riesgo de no ser nada, pero no sería nada sin este riesgo. No es que el fiscal general haya sido condenado. Al fiscal general se lo han cargado. P’alante. No se murió, lo matamos.

La defunción de García Ortiz es lo contrario de lo que pasó en el Senado con Pedro Sánchez y aquel interrogatorio de risa que el presidente pudo desmontar poniéndose y quitándose unas gafas. Es lo contrario, también, de la humillación constante a la que el PP se deja someter, desde el otro extremo, por parte Vox. Hay algo que Miguel Ángel entendió hace mucho tiempo, con Aznar, y la presidenta enseguida que llegó al cargo: y es que la razón de ser de la izquierda española no es aprobar unas leyes o ganar las elecciones sino la absoluta convicción de que la derecha no tiene ningún derecho a existir. Es una dialéctica pero es algo más que una dialéctica. ¿Qué hace Feijóo frente a ella? Feijóo se escandaliza, y no es que no tenga motivos, pero en 2025 escandalizarse es amateur, lo mismo que no ser capaz de ver el teleprompter, que es lo que le pasó cuando tras darse a conocer la sentencia salió a pedir la dimisión de Sánchez y no fue capaz de leer bien ni una sola frase. Ayuso no lee, Ayuso mata. Antes de poder contar votos hay que contar cadáveres.

 

 

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