Maduro ataca a España en plena visita de Zapatero para mediar en Venezuela
Mientras el ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero llevaba a cabo sus primeros contactos en Caracas para tratar de buscar cauces de diálogo entre el régimen bolivariano y la oposición, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, volvía a cargar ayer contra España y el Diario ABC.
Un día después de la declaración del «estado de excepción y de emergencia económica», Maduro anunció el comienzo de una «contraofensiva» política para hacer frente a las «amenazas» y «agresiones» que, según el mandatario, Venezuela recibe desde el exterior y que giran en torno al eje Miami-Madrid-Bogotá.
Para Maduro, hay una «brutal» campaña política y mediática desde España. Cargó contra ABC, agitando la portada del pasado lunes en la que este periódico informaba sobre las medidas a la desesperada del presidente venezolano para retener el poder. Además citó a otros medios de comunicación españoles.
Maduro instó a los «estúpidos oligarcas» a preocuparse por los «problemas» españoles. «¿O es que España es un paraíso?», preguntó. Además, dijo que la «guerra internacional» contra Venezuela tiene como objetivo «montar un escenario de violencia para justificar una intervención de carácter militar».
Una visita polémica
En ese clima, se producía la visita de Zapatero a Venezuela, a invitación de las autoridades bolivarianas, una iniciativa que al Gobierno español le parece, en los momentos que vive el país iberoamericano, una«imprudencia», según comentaron ayer a ABC fuentes gubernamentales.
El ex presidente del Gobierno comunicó oficialmente al Ministerio de Asuntos Exteriores su desplazamiento y, según dijo ayer a los periodistas el titular del departamento, José Manuel García-Margallo, también conversó con el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, y con él mismo. Al parecer, también se puso en contacto con el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.
La reacción oficial a la visita de Zapatero es que se trata de una iniciativa privada y que el Gobierno, como comentó García-Margallo, no opina de la agenda de los expresidentes.
El titular de Exteriores indicó que Zapatero ha quedado en informar al Gobierno de las gestiones que realice y añadió: «Yo le deseo éxito, porque la situación es catastrófica desde el punto de vista económico y extraordinariamente bloqueada desde el punto de vista político. Cualquier ley que aprueba la Asamblea es automáticamente anulada por el Tribunal Supremo y en esas condiciones no es posible el diálogo y sin diálogo no es posible la reconciliación nacional y un proyecto que ampare a todos los venezolanos».
«Estado de excepción»
En cualquier caso, las fuentes consultadas por ABC subrayan que, «aunque no se duda de la rectitud de Zapatero», la decisión de ir ahora a Venezuela es vista como una «imprudencia», porque acaba de entrar en vigor en el país un decreto proclamando el «estado de excepción», con los militares en la calle, mientras la oposición sufre las trabas del Consejo Nacional Electoral para celebrar este año un referéndum revocatorio para tratar de destituir a Maduro.
La actitud de distanciamiento con Zapatero contrasta con el apoyo expreso que el Ejecutivo dio al también ex presidente de Gobierno socialista Felipe González, cuando este viajó en junio del pasado año a Venezuela para prestar asesoramiento legal a los opisitores encarcelados por el régimen bolivariano. Mariano Rajoy desveló que incluso había hablado con González antes de su viaje, que fue duramente criticado por el chavismo.
Otras fuentes cercanas al PSOE señalaron a este periódico que González se habría mostrado también muy reticente a la decisión de Zapatero, que es acogida, por el contrario, con satisfacción por el Gobierno venezolano.
De hecho, Zapatero ha sido invitado por las autoridades de Venezuela, junto con los ex presidentes de Panamá Martín Torrijos y de la República Dominicana Leonel Fernández, bajo el patrocinio del secretario general de Unasur, el colombiano Ernesto Samper —de quien siempre se han apuntado simpatías hacia los regímenes populistas —con la intención de buscar la mediación entre Gobierno y oposición.
Tras su llegada en la tarde del lunes a Caracas, procedente de Santo Domingo, donde participó como observador en las elecciones celebradas en República Dominicana, Zapatero, junto a Torrijos y Fernández, fue agasajados con una cena de carácter privado por la ministra de Relaciones Exteriores, Delcy Rodríguez. En la anterior estancia de Zapatero en Venezuela, en vísperas de los comicios parlamentarios del 6 de diciembre, la ministra alabó su actitud «conciliadora» frente a las de carácter «injerencista» e «irrespetuoso» de otros ex presidentes llegados al país.
El lider opositor Henrique Capriles, que ha sido en dos ocasiones candidato a la Presidencia de Venezuela, manifestó ayer en rueda de prensa que «muy probablemente» se reunirá con Zapatero, e insistió en que todas las personalidades internacionales que lleguen al país con la intención de «mediar» por un diálogo político deben abogar por que se realice un referendo para revocar el mandato del presidente, Nicolás Maduro.
«A todos los que vengan para mediar como el secretario para las Relaciones con los Estados del Vaticano, Paul Richard Gallagher -que probablemente llegue al país la próxima semana- se les pedirá que medien por el revocatorio», reiteró. Capriles precisó que no le pediría a los ex presidentes que pidan la renuncia de Maduro porque «sabemos que no va a renunciar por lo que es inútil, pero sí le pediríamos que intercedan por nosotros para que Maduro acepte el referendo revocatorio y no lo obstaculice».
«Comisión de la Verdad»
La disposición de los grupos opositores a reunirse con Zapatero, Torrijos y Fernández descarta que la visita se produzca bajo el paraguas de la llamada «Comisión de la Verdad» de la que, según Samper, formaban parte los tres ex mandatarios.
Las formaciones opositoras rechazaron esa Comisión por considerarla un instrumento con el que Maduro trata de contrarrestar la Ley de Amnistía aprobada por la Asamblea Nacional venezolana en la que tiene mayoría la oposición.
Zapatero recibió, por parte de la Embajada española en Caracas, las atenciones protocolarias que le corresponden como ex jefe del Ejecutivo, aunque, al contrario de lo que sucedió cuando visitó Venezuela en diciembre, no pudo alojarse en la residencia del embajador y lo hizo en un hotel.
La casa del embajador, Antonio Pérez-Hernández, se encuentra cerrada desde que el 6 de abril fue llamado a consultas por el Gobierno español, en protesta por la reiteración de insultos vertidos contra Rajoy por el presidente venezolano, Nicolás Maduro.