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Meloni, en su primer discurso como primera ministra: «Nunca tuve simpatía por el fascismo»

La nueva primera ministra, en continuidad con Mario Draghi, destaca el compromiso de su Gobierno con la Unión Europea y la OTAN, y su pleno apoyo a Ucrania

                                 La flamante primera ministra de Italia, Georgia Meloni. EFE

 

En su primer discurso en el Parlamento como primera ministra, Giorgia Meloni, ha destacado su compromiso con la Unión Europea, prometiendo que «respetará las reglas, contribuyendo a la reforma de las que no funcionan», como el Pacto de Estabilidad, «haciéndolo con espíritu constructivo, sin ser subalternos y sin complejo de inferioridad». Meloni no tendrá ningún problema en obtener la confianza del Parlamento, porque el centroderecha tiene la mayoría absoluta en ambas cámaras.

En un discurso de una hora y diez minutos, Giorgia Meloni ha explicado el programa de su gobierno, reflejando pragmatismo al mostrar una línea de continuidad en política exterior y económica con el Gobierno de Mario Draghi. La primera ministra citó a San Benedicto, patrón de Europa, para hacer referencia a las raíces cristianas del viejo continente. «Italia -dijo Meloni- forma parte plenamente de Occidente y de su sistema de alianzas: fue el fundador de la Unión Europea, de la Eurozona, de la Alianza Atlántica, forma parte del G7 y, junto con Grecia, es la cuna de la civilización occidental y su sistema de valores, libertad, igualdad y democracia» y de sus raíces «clásicas y judeocristianas».

El objetivo del Gobierno «no es ralentizar ni sabotear la integración europea -añadió Meloni- sino ayudar a encaminarla hacia una mayor eficacia en la respuesta a las crisis». Meloni que, entre sus primeras llamadas telefónicas con líderes internacionales, estuvo la que mantuvo con el presidente Zelenski, ha resaltado su pleno apoyo a Ucrania: «No podemos aceptar una guerra de agresión en Ucrania».

Comenzó su discurso Giorgia Meloni agradeciendo al ex primer ministro, Mario Draghi, por su trabajo «a nivel nacional e internacional», y por el modélico traspaso de poderes: Draghi «ha ofrecido toda su disponibilidad en el traspaso, rápido y sereno al nuevo gobierno». Después resaltó el peso que cae sobre sus espaldas como primera mujer jefa de Gobierno en Italia: «Entre las muchas cargas que siento hoy sobre mis hombros» está la de ser «la primera mujer jefa de Gobierno de esta Nación. Cuando medito en la magnitud de este hecho siento la responsabilidad que tengo hacia todas aquellas mujeres que pasan por dificultades para hacer valer su talento».

Tras explicar la fidelidad de Italia a Europa y la OTAN, Giorgia Meloni ha advertido a quienes en días pasados han advertido al nuevo Gobierno que vigilarán su actuación en tema de derechos civiles y sociales. «A los que quieran vigilar sobre nuestro Gobierno, les diría que pueden pasar mejor su tiempo: en esta Cámara hay fuerzas de la oposición, válidas para dar la batalla, que pueden hacerse oír sin necesidad de ayuda externa. Quienes dicen desde el exterior que quieren estar vigilantes sobre Italia, no me faltan el respeto a mí, sino al pueblo italiano que no tiene que tomar lecciones», dijo Meloni.

Derechos civiles y sociales

Precisamente, sobre el tema de derechos sociales y civiles trató de desmentir a quienes propagan que eliminará el derecho al aborto. Giorgia Meloni habló de libertad citando esta frase de Montesquieu: «La libertad es ese bien que te hace disfrutar de todos los demás bienes». «La libertad -añadió Meloni- es el fundamento de una verdadera sociedad de oportunidades; es la libertad la que debe guiar nuestras acciones; libertad de ser, de hacer, de producir. Un gobierno de centroderecha nunca limitará las libertades existentes de ciudadanos y empresas. Lo veremos con prueba de los hechos, también sobre derechos civiles y aborto, quién mintió y quién dijo la verdad en la campaña electoral sobre cuáles eran nuestras verdaderas intenciones». Giorgia Meloni reiteró en la campaña electoral que no se modificará la ley del aborto.

Condena del fascismo

Cuando Italia está en vísperas de recordar el centenario de la «marcha de Roma», es decir, la movilización fascista que tuvo lugar entre el 27 y 28 de octubre de 1922, que dio origen a la dictadura de Mussolini, Giorgia Meloni ha condenado el fascismo y las leyes raciales, a las que calificó como «una vergüenza»: «Siempre he considerado las leyes raciales de 1938 el punto más bajo de la historia de Italia, una vergüenza que marcará para siempre a nuestro pueblo. Los totalitarismos del siglo XX desgarraron toda Europa, no sólo Italia, durante más de medio siglo, en una sucesión de horrores que asolaron a la mayoría de los Estados europeos», dijo Meloni, añadiendo que «el horror y los crímenes, cualquiera que sea su cometido, no merecen justificación alguna, y no son compensados por otros horrores y otros crímenes». En su condena a los totalitarismos, Giorgia Meloni hizo una referencia al fascismo: «La libertad y la democracia son los elementos distintivos de la civilización europea contemporánea en la que siempre me he reconocido. Y por tanto, a pesar de lo instrumentalmente argumentado, nunca he sentido simpatía o cercanía hacia los regímenes antidemocráticos. Por ningún régimen, incluido el fascismo».

Energía e inflación

Uno de los problemas principales que ha afrontado Giorgia Meloni ha sido el de coste de la energía y la inflación, criticando el que la Unión Europea no haya sido capaz de prevenir y tener un plan sobre energía. La primera ministra prometió medidas concretas contra el alto coste de la vida, prometiendo ayudas para pagar la factura de la electricidad, «aunque haya que postergar otras medidas», en clara alusión a que no será posible cumplir algunas promesas electorales, en particular las que ha hecho Matteo Salvini sobre reforma fiscal y rebaja de la edad de jubilación. «Contra la inflación -dijo Meloni- es fundamental intervenir con medidas encaminadas a aumentar la renta disponible de las familias, a partir de la reducción de los impuestos en el trabajo», y otras «medidas que detallaremos en la ley de presupuestos, en la que ya estamos trabajando». «El objetivo es reducir en cinco puntos el impuesto laboral a favor de empresas y trabajadores».

Lucha contra la corrupción

Otro de los problemas crónicas de Italia es la burocracia. Giorgia Meloni prometió eliminar el exceso legislativo y la burocracia: «Las empresas piden menos burocracia, reglas claras y certeras, respuestas rápidas y transparentes. Abordaremos el problema a partir de una simplificación estructural y desregulación de los procedimientos administrativos para estimular la economía, el crecimiento y las inversiones. También porque todos sabemos cuánto el exceso legislativo, burocrático y normativo aumenta exponencialmente el riesgo de irregularidades, disputas y corrupción, mal que tenemos el deber de erradicar», subrayó Giorgia Meloni.

La primera ministra prometió «una verdadera lucha contra la evasión fiscal», un grave problema en Italia. Al hablar de legalidad se refirió al «cáncer» de la sociedad italiana, la mafia: «Afrontaremos el cáncer mafioso con la frente alta, en primera línea, como nos han enseñado tantos héroes que han dado ejemplo con su valentía. Los delincuentes tendrán desprecio e inflexibilidad».

En relación con la inmigración, Giorgia Meloni advirtió que «no se entrará en Italia ilegalmente: «No pretendemos en modo alguno cuestionar el derecho de asilo de quienes huyen de guerras y persecuciones. Todo lo que queremos hacer en relación con la inmigración es evitar que los traficantes de seres humanos hagan la selección para entrar en Italia»».

La nueva primera ministra prometió trabajar por mejorar el destino de Italia: «Estoy dispuesta a hacer lo que sea necesario, incluso a costa de no ser reelegida, para hacer más fácil el destino de esta nación».

 

 

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