Democracia y PolíticaDerechos humanosÉtica y MoralPolíticaViolencia

Organismos de derechos humanos: Daños de represión son incontables

Una madre llora a su hijo, muerto durante las protestas de abril, en una marcha en conmemoración a las víctimas. LA PRENSA/C. VALLE

Los ciudadanos heridos, lesionados y desaparecidos en las protestas que iniciaron el 19 de abril no se han podido contabilizar, según organismos de derechos humanos que han priorizado confirmar el número de fallecimientos en las jornadas de violencia.

Sin embargo, se han confirmado estadísticas que dan una muestra de la magnitud de las agresiones.

Lea también: Cifra de muertos en protestas contra Daniel Ortega aumenta cada día

Human Rights Watch, por ejemplo, recibió información de la Cruz Roja Nicaragüense de que entre el 18 y el 25 de abril atendió a 435 personas heridas en el contexto de las protestas. De estas, 242 fueron hospitalizadas.

Además, el organismo cuenta con relatos de ciudadanos víctimas de la represión de los grupos de choque y de la censura a varios medios de comunicación independientes.

Ocultamiento oficial

El último pronunciamiento oficial acerca de este tema lo hizo la ministra de Salud, Sonia Castro, el 25 de abril, cuando negó que en los hospitales públicos quedaran todavía cadáveres sin identificar.

Para Álvaro Leiva, secretario ejecutivo de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos, los lesionados y heridos es una cantidad incontable porque muchas víctimas no interpusieron denuncia. “En este tema estamos incluyendo a las personas que fueron lesionadas, incluso, con balas de goma. Es muy difícil hacer ese trabajo, pero estamos trabajando en eso”, dijo Leiva.

Lea además: Daniel Ortega descarta cualquier diálogo político e institucional

Marlin Sierra, directora ejecutiva del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), dijo que entre el 18 y 19 de abril habían recibido 67 denuncias de personas lesionadas, pero luego ese número se disparó a cantidades que no han podido corroborar.

Maltratados en la cárcel

Tanto el Cenidh como ANPDH trabajan para corroborar las listas de personas desaparecidas, de las que han recibido reportes, pero no han podido confirmar.
Entre el jueves 26 y el viernes 27 de abril, el Cenidh recibió reportes de 37 personas que habían sido encarceladas y tras su liberación presentaban golpes y señales de maltrato.


Los inolvidables de la masacre orteguista de abril


Perdieron sus ojos

Por otra parte, nueve estudiantes fueron heridos en los ojos y perdieron parcialmente la visión, según el programa de Prótesis Ocular para Estudiantes, una organización que se formó a raíz de las protestas para ayudar a estudiantes en la rehabilitación de sus ojos.

Ante las diferentes denuncias en redes sociales de que en los hospitales públicos no estaban atendiendo a los heridos en las protestas, varios médicos y hospitales privados anunciaron abrir sus puertas para recibir a las víctimas.

Falta de atención en hospitales

El joven Kevin Espinoza fue una de las personas que recibieron atención en un hospital privado.

Espinoza dice haber recibido un disparo de fusil AK en el brazo derecho en la protesta de estudiantes de la Upoli. Desde que recibió el impacto, el sábado 21 de abril, Espinoza perdió el conocimiento.

Lea el especial: Álvaro Conrado, el niño mártir de las protestas en Nicaragua

Cuando despertó estaba ingresado en el Hospital Alemán Nicaragüense, donde lo estabilizaron. Sin embargo, cinco días después, el jueves 26 de abril, le dieron de alta “por falta de materiales para procedimiento quirúrgico”, según la epicrisis que le extendieron en el hospital.

Espinoza relató a LA PRENSA que unos médicos que estaban colaborando en la Upoli fueron quienes lo curaron, pues cuando salió del hospital tenía infectada la herida. Agregó que este domingo fue intervenido quirúrgicamente en un hospital privado de Managua.


PUERTAS CERRADAS

ANPDH extendió una solicitud a la ministra de Salud para que los organismos de derechos humanos pudieran corroborar número de heridos, lesionados y muertos en las protestas. “Las puertas de las unidades hospitalarias, morgues e incluso de las celdas preventivas ya deberían de estar abiertas para poder desarrollar nuestro trabajo con objetividad. Si no se abren las puertas, entonces se genera la incertidumbre en la sociedad de qué es lo que se esconde”, dice Leiva, secretario ejecutivo de ANPDH.
El trabajo de los organismos de derechos humanos, según Leiva, ayudaría a brindar una base de datos para una Comisión de la Verdad que tendría credibilidad en la sociedad.

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba