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Periscopio Panamá: El virus, el folklore y el elefante.

 

En un ambiente desolado después de cinco meses de espera, comienzan a existir esperanzas en poder retomar nuevamente una vida productiva bajo las nuevas reglas de convivencia ciudadana, más conocidas como “nueva normalidad”. Las autoridades panameñas con precaución comienzan a dar los primeros pasos para aceptar que se necesita educar a la población en adoptar las nuevas reglas de prevención sanitaria y así salir a rescatar una economía deteriorada por los meses de inactividad nacional.

El papel protagónico de esta agotadora jornada lo han tenido sin duda los galenos panameños, quienes a pesar de cualquier adversidad han permanecido en sus puestos aportando largas jornadas de trabajo luchando por la buena salud de sus coterráneos, lo que merece todo el respeto, consideración y reconocimiento colectivo de un país que sorpresivamente, de la noche a la mañana, se vio secuestrado por una pandemia.

 

 

 

 

Los médicos panameños han tenido problemas con los insumos requeridos para estar correctamente protegidos en la atención de pacientes infectados, esto denota una mala gestión en los suministros requeridos para el correcto funcionamiento de los hospitales en plena contingencia. También se reportan retrasos en los pagos del personal médico; este es un mal congénito dentro de las estructuras encargadas en realizar los desembolsos, las cuales adolecen de una correcta y estable efectividad en los pagos de sus trabajadores. Ninguna de estas situaciones ha logrado bajar la guardia de los trabajadores de la salud en el istmo, sin mayores quejas, sin dilación, con la mayor hidalguía, todos los médicos panameños han luchado con determinación contra el Covid, meritoria tarea que merece el aplauso y eterno agradecimiento.

El gobierno nacional, previendo que las capacidades del personal medico podrían verse diezmadas por el desgaste natural que sufre el cuerpo humano después del intenso trabajo al que ha sido sometido, se dio a la tarea de consultar la disponibilidad de apoyo médico a una decena de países y quien único respondió a la solicitud fue el gobierno de Cuba, ofreciendo principalmente ayuda con personal médico.

 

En respuesta a esta iniciativa del gobierno nacional, cinco organizaciones médicas panameñas (Sociedad Panameña de Medicina Interna, Asociación Panameña de Neumología, Sociedad de Enfermedades Infecciosas Panamá, Asociación Panameña de Médicos Intensivistas, Sociedad Panameña de Cardiología) le envían una carta al Dr. Luis Francisco Sucre, Ministro de Salud, planteando que se oponen a la contratación de profesionales extranjeros; argumentan su posición, realizan una propuesta para seguir enfrentando la crisis y por último dejan un mensaje a la población para que sigan cuidando su salud, que no descuiden guardar las medidas de distanciamiento social, que utilicen las mascarillas, que realicen frecuentemente el lavado de manos y concluyen el documento con el firme compromiso de “nosotros no los abandonaremos”.

Es interesante resaltar que la inicial solicitud de disponibilidad de personal médico cubano en caso de ser requerido, en horas paso a convertirse en una campaña mediática por sectores minoritarios de la sociedad panameña. Es importante conocer que el ejercicio profesional en el territorio panameño está regulado por las leyes de la república y la profesión médica está reservada para nacionales. Esto no quiere decir que no existan excepciones, pero las mismas deben ser bien sustentadas y respaldadas por el gremio médico local, por lo que existen casos de nombramientos de profesionales extranjeros, son muy pocos casos, pero existen.

A raíz de posibles presiones y en busca de argumentos que defiendan la posición del gremio médico panameño, comienzan a salir a la luz pública diferentes publicaciones relacionadas a las contrataciones de médicos cubanos en diferentes partes del mundo.

En el mes de marzo Argentina rechazó el envío de médicos cubanos; un diario de la región de Lombardía en Italia asegura que los médicos cubanos son costos para la preparación que poseen; la BBC publicó un artículo sobre el mundo oculto de los médicos cubanos que son enviados a trabajar al extranjero; existen reclamos a la OPS sobre 75 millones de dólares recaudados en concepto de contratación de médicos cubanos en Brasil, país que le pagó al gobierno cubano la suma de 1,300 millones por la contratación de médicos cubanos. Según fuentes consultadas la OPS recibe un 5% de la facturación emitida por el servicio de médicos cubanos en la región, el 85% se deposita en las arcas del gobierno cubano y el 10% es lo que les corresponde cobrar al profesional cubano.

Esta información se puede buscar en internet y leer en artículos de diferentes fuentes de prensa por el mundo. En América 2.1 hemos publicado varias. Son asequibles a todo público, facilitando de esta manera las presiones que mantendrá el gremio médico panameño para exigir sus derechos y así desestimar la probabilidad de contrataciones temporales de médicos cubanos, ya que hasta ahora resulta ser el único profesional extranjero interesado en venir a ofrecer sus servicios.

Me sorprendieron mucho las opiniones expresadas por miembros del gremio médico panameño sobre la «Operación Milagro», una iniciativa de Venezuela y Cuba, donde unos 44 mil panameños fueron operados de cataratas, glaucoma, retinopatía diabética, degeneraciones periféricas de la retina y otras enfermedades; un programa que se implementó en el mandato del expresidente Martin Torrijos (2004-2009). Ahora resulta que se valora como una experiencia de poco éxito. Es difícil determinar si realmente es así, pero en el supuesto caso de haberlo sido, de igual forma creo que debería existir un agradecimiento por la labor realizada, por los recursos invertidos, así como sería saludable definir de los 44 mil casos cuántos resultaron fallidos.

Para culminar con broche de oro y recordando la importancia geopolítica que representa Panamá para los Estados Unidos de América, se está recibiendo la visita del Asesor de Seguridad Nacional Robert O´Brien y al jefe del Comando Sur el Almirante Craig S. Faller, este último llega a territorio panameño después de una breve estancia en suelo colombiano. La prensa panameña argumenta que la visita de estos funcionarios responde a la entrega de donaciones enviadas por el gobierno norteamericano a la República de Panamá en medio de la crisis que se esta viviendo con el coronavirus, la misma es una muestra del espíritu solidario y colaborativo que existe entre las dos naciones.

Menos mal que los elefantes no vuelan; uff… qué tranquilidad…

 

 

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