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Raúl Ochoa Cuenca: La caída de la URSS, 30 años atrás

 

El padre de la perestroika, Mikhail Gorbachev, en Moscú el 25 de diciembre de 1991 apareció en la televisión de la Unión Soviética  y pronunció un discurso por el cual anunciaba la disolución de la URSS, la potente Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

El poderoso bloque soviético, que tuvo su origen en la Revolución rusa de 1917, se mostraba robusto e infranqueable hacia el exterior. Muchos en el mundo no lo entendieron en ese momento. ¿ La URSS implosionaba ? Era difícil de creer, ya que era la URSS de Gagarin el astronauta, también era la URSS que le gritaba al mundo que en comunismo se vivía mejor porque todos eran iguales. La URSS implosionaba, y era que la procesión iba por dentro. Fue una realidad que las autoridades podían constatar desde muchos años antes de la noche del 25 de diciembre de 1991. Era una crisis que motivó a Mijail Gorbachov proclamar a los cuatro vientos que en la URSS se iniciaba con su ascensión como jefe absoluto del gobierno y del partido un proceso de profundas reformas. Era el inicio real de políticas reformistas, caracterizada por una apertura hacia los países del bloque occidental, cierta liberalización del sistema económico y transparencia informativa.

¿Pero quién fue Mijail Sergeyevich Gorbachov, el padre de la Perestroika?.  Era un abogado que nació en la sureña ciudad de Stávropol el 2 de marzo de 1931. Siendo hasta su dimisión el 25 de diciembre de 1991 el último líder de la Unión Soviética. Este joven dirigente, quien impresionaba por una agradable oratoria, era en realidad un hombre de la maquinaria del partido (apparatchik) que con sus 56 años  -y en comparación con la edad promedio de los líderes de la URSS en ese momento- era considerado un joven que prometía. Pero prometía no solo como persona, lo vieron como el único líder que podría sacar del foso donde estaba la Unión Soviética a través de grandes cambios, que según él y los especialistas que lo asesoraban, eran necesarios para la continuación de la aventura socialista con menos sobresaltos y con mejor calidad de vida para el pueblo soviético, la cual se deterioraba diariamente. Las filas del pueblo ruso con la tarjeta que racionaba los alimentos eran descomunales.

Gorbachov inmediatamente después de ser elegido secretario general del comité central y primer ministro, lanzó un gran programa de reformas bautizado con el nombre de la “Perestroika”, la cual así como la escribimos y la pronunciamos, es una castellanización del término ruso перестройка, que quiere decir, literalmente, reestructuración.

El ganador del premio nobel de la Paz del año 1990, deseaba con su apertura al mundo occidental, salvar una economía golpeada por la caída de los precios del petróleo, la escasez crónica de bienes de consumo, la creciente deuda pública y el pantano en el cual estaba el ejército rojo inmerso y atrapado sin poder salir de esa aventurada decisión de Brezhnev, quien en el 1978 y por compromisos con el gobierno Afgano pro soviético de ese momento, envió el ejército soviético en ayuda de los camaradas de Kabul, con todas las consecuencias que eso acarreó, pagando la URSS un alto precio financiero y en vidas de jóvenes soldados.

Finalmente el Ejército Rojo se retiró de las inhóspìtas montañas afganas en abril de 1989 tras una pesada derrota a manos de los muyahidines, los mismos que aunque parezca mentira, también le dieron jaque mate al ejército americano y a sus socios de la OTAN, obligados estos a salir a toda carrera el 31 de agosto de este año 2021.

La Intención de Gorbachov de reencaminar la URSS con su Perestroika no fue suficiente ya que el mundo pudo ver que con el año de 1989 llegaron los días en que la presencia comunista en esos países de la Unión de la Repúblicas Socialistas Soviéticas estaba dejando el paso a nuevas realidades, tanto en Rusia, como en Georgia, Ucrania, etc., así como en los países de los cuales Stalin se había adueñado al ser considerado como uno de los vencedores de la segunda guerra mundial.

Así pudimos ver que en mayo de 1989 Hungría abrió su frontera con Austria, la primera brecha en el telón de acero. En Polonia el sindicato anticomunista Solidarnosc, con la decisiva ayuda de ese gigante llamado Papa Woytila, se puso fin a la hegemonía del Partido Comunista en el país que vio nacer a Frédéric Chopin.

Igualmente el mundo observaba con asombro cómo los alemanes demolieron el muro de Berlín cayendo este en forma definitiva el 11 de noviembre de 1989. Por lo tanto creo poder afirmar que el otoño de ese año fue muy positivo para el sentimiento de libertad, ya que los regímenes comunistas de Europa del Este cayeron uno por uno. Inmediatamente después de la caída del muro de Berlín, el pueblo de la entonces República de Checoslovaquia accedió a la libertad a través de su pacífica revolución de Terciopelo y Rumania ejecutó a su líder estalinista Nicolae Ceausescu y a su esposa Helena, de quien se afirmó que era la mente diabólica del único país latino del bloque comunista, recobrando la dignidad, recobrando la libertad. En 1990, las repúblicas de la URSS manifestaron su deseo de autonomía. En junio, Rusia, la mayor de ellas, proclamó su deseo  de soberanía bajo el liderazgo de Boris Yeltsin, el gran oponente político de Gorbachov y creador políticamente de Vladimir Putin.

Ante estas realidades ese gran hombre llamado Mijail Gorbachov y las autoridades soviéticas, decidieron decretar en el papel lo que ya era una realidad para cada uno de sus habitantes. Esa Unión de Repúblicas  Socialistas Soviéticas y el bloque de las Repúblicas socialistas de Europa no existían más. Adiós partido comunista, Adiós ejército rojo. Llegó Vladimir Putin. Llegaron los nuevos dueños de la nueva URSS, en fin, llegaron los nuevos oligarcas.

 

Raúl Ochoa Cuenca, en Anfi del Mar el 16 de diciembre del 2021

 

( Discurso del presidente Gorbachov anunciando al mundo la disolución de la URSS ):

 

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