Referentes del PSOE advierten a Pedro Sánchez de que su liderazgo ‘pende de un hilo’
Pedro Sánchez habla con Carmona en un acto del PSOE en Madrid. ALBERTO DI LOLLI
El PSOE vive a la expectativa atento a los giros de Ferraz, a la pugna entre Madrid y Sevilla y a los quiebros del PSC. Los viejos referentes observan desconcertados. Ven a Pedro Sánchez como un líder que «pende del hilo de las generales».
Es un «hilo fino», advierten, porque aunque los resultados de la última encuesta del CIS muestran una leve tendencia al alza de los socialistas, también señalan un despegue del PP aupado por un discurso económico que empieza a inyectar confianza en los ciudadanos y que, además, han reforzado con la jugada de tramitar unos Presupuestos que serán la base de su programa electoral.
Quienes en el PSOE han pasado años analizando sondeos aseguran que, en esta ocasión, en el CIS el sesgo del recuerdo de voto se ha sobredimensionado. Afirman que muchos votantes han decidido en firme abandonar al PP y apostar por reencontrarse con el socialismo. Con estos mimbres, elevan las perspectivas del PSOE hasta el 26,8%, un punto por encima de los populares. En definitiva, que las urnas se aproximarán más a los datos de voto directo que a la estimación cocinada.
Pero pese a defender este cálculo optimista se mantienen muy recelosos. El último espectáculo en el socialismo madrileño ha reabierto heridas y a ello se suma la ausencia de una estrategia nítida en Cataluña y el confuso discurso de los últimos días sobre la reforma constitucional.
Ninguno de los consultados, todos nombres de referencia en el partido, duda de que la decisión de destituir a Antonio Miguel Carmona como portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid la ha tomado Pedro Sánchez. En esta ocasión, la nueva secretaria general del PSOE-M, como ahora se denomina a la vieja y combativa federación, es una «mujer de paja» dirigida por Ferraz desde donde, no sin dificultad, la auparon al frente del partido.
«Querían domesticar el socialismo madrileño, acabar con los rescoldos de disidencia y eso suponía decapitar a Carmona. Su candidata, Sara Hernández, fue elegida sin entusiasmo (57%) y dio un espectáculo lamentable designando una Ejecutiva que recabó menos apoyo aún que ella», describe una de las fuentes consultadas, para quien el resultado de todo este proceso ha sido «dividir en dos al partido».
Otro de los contactados, con varias carteras ministeriales en el currículo, coincide con este análisis.
La federación madrileña, partida
«El objetivo del congreso era demostrar que toda la federación madrileña estaba con Sánchez, y no lo lograron. Más bien lo que se ha visto es que está partida al 50%. Pese a ello, en lugar de actuar con prudencia para no evidenciar su error, decidieron cargarse a Carmona, por si alguien no se había percatado de la torpeza. Al final sólo han ganado ruido y más adversarios. Si hoy se repitiera el congreso, perderían».
Esta última apreciación es una constante en el análisis de buena parte de las fuentes que consideran que el secretario general no está consolidado como líder y, más aún, advierten que en el equipo que le rodea se ve una preferencia a «romper en lugar de coser».
Pese a que, admiten, personalmente Sánchez «ha ganado en hechuras», están convencidos de que su futuro se decidirá a finales de año. «O consigue gobernar o estará acabado. Las filas no están prietas en torno a él. Estamos en stand by», añaden antes de apuntar que, en Andalucía, pese a su accidentada investidura y su reciente maternidad, «Susana Díaz aguarda, contactando con unos y otros». A ella, según explican desde Sevilla, tampoco le ha gustado la forma de descabalgar a Carmona.
El golpe de mano en el socialismo madrileño no es la única crítica que concita la gestión de Ferraz en los últimos meses. Cataluña y la propuesta de reforma constitucional que con tanto ahínco defendió el ex secretario general Alfredo Pérez Rubalcaba, son también un motivo de seria preocupación entre los viejos mandos del PSOE.
«Mucha bandera en su proclamación y no acierta a marcar el paso de los catalanes ante las elecciones», recuerda un ex miembro de la Ejecutiva señalando los pactos que el PSC ha cerrado con los independentistas en municipios como Castelldefels o Badalona. «No hay conexión entre Sánchez e Iceta y eso acabará mal. En Cataluña el socialismo sacará un pésimo resultado», vaticina la fuente consultada, que se pregunta: «¿En este caso dónde está Sánchez?».
Esta pregunta surge también cuando se menciona el renacido debate sobre la reforma constitucional. Se trata de un proyecto emblemático del PSOE que hunde sus raíces en la Declaración de Granada, apostando por un modelo de Estado de corte federal y que ahora, apuntan, la dirección federal no parece tener claro.
Ante el silencio del secretario general, las voces que se han referido a esta cuestión han sembrado la confusión. El número dos, César Luena, ha asegurado que los socialistas estarán dispuestos a «impulsar» un pacto fiscal con Cataluña y de inmediato ha dado alas al federalismo asimétrico que tantas ampollas suscita en el seno del partido.
«Hay que darles tiempo», propone conciliador un nombre de primera fila de la vieja guardia, consciente de que en la cúpula «falta nivel». El problema es que a sólo mes y medio de las autonómicas catalanas y a cuatro de las elecciones generales, tiempo es justo lo que no hay.