Sánchez baraja ser investido en segunda vuelta y gobernar con pactos puntuales
El líder PSOE descarta aliarse tanto con Ciudadanos como con ERC, que le garantizaría mayoría absoluta; De momento, no está por la labor de que Iglesias entre en el futuro Gobierno
Pedro Sánchez transmitió este lunes a la Ejecutiva Federal del PSOE que su plan es ser investido por mayoría simple en segunda votación, si no consigue la absoluta (176 diputados) en la primera, y luego gobernar los cuatro años de legislatura mediante un pacto básico con Podemos y otros puntuales a izquierda y derecha, según los temas de que se trate.
En su primera cita tras la victoria socialista en las elecciones del domingo, Sánchez ha ratificado a los suyos la idea que horas antes ya había deslizado la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, en una entrevista a la Cadena SER, y que ella ha repetido a su llegada a la reunión de la dirección en Ferraz: quiere gobernar en «solitario», sin ministros de Podemos en el gabinete. Otra cosa es la inclusión de «independientes» de izquierda, que a eso si está dispuesto el presidente del Gobierno en funciones.
Probablemente este vaya a ser el primer punto de fricción con la formación morada porque Pablo Iglesias ya dejó el aviso este domingo de que quieren entrar en el Gobierno y de que no quieren ser muleta simplemente para que Sánchez vaya tirando la legislatura que ahora se inicia en una suerte de «geometría variable» de pactos como la que ya practicó José Luis Rodríguez Zapatero durante sus dos mandatos (2004-2011
De momento, el inquilino de La Moncloa ha enfriado la expectativa creada por Iglesias este domingo al anunciar que «en breve» se reunirían ambos para negociar ese pacto y la entrada de Podemos en el Ejecutivo socialista. Desde el PSOE se cree que la presión ahora está en el lado de Iglesias porque la suma de ambos partidos (165 diputados) es superior a la de PP, Ciudadanos y Vox (147), y eso es lo que determina «la estabilidad de la legislatura«, señalan las fuentes consultadas.
Hasta ahora, si Sánchez quería sacar adelante leyes o presupuestos, necesitaba del voto afirmativo de los independentistas catalanes de ERC y PDeCAT a toda costa para frenar a PP y Ciudadanos, que en la pasada legislatura sumaban 169 escaños.
«Geometría variable»
Ahora eso no va a ser así porque si Sánchez suma a PSOE y Podemos los seis diputados del PNV más el del diputado del Partido Regionalista de Cantabria (PRC), el de Comprimís y el de Coalición por Melilla, siempre va a disponer de mayoría para convalidar decretos-ley y leyes no orgánicas. La famosa «geometría variable» que practicó Zapatero.
Y para leyes orgánicas, tipo regulación de la Eutanasia, por ejemplo, que necesitan mayoría reforzada, Pedro Sánchez confía en llegar a acuerdos con Albert Rivera porque Ciudadanos (57 diputados) es un partido que en materia de ampliación de derechos cívicos comparte agenda con el PSOE, señalan las fuentes consultadas.
Lo que sí parece cierto es que presupuestos y política económica van a ser negociadas directamente con Podemos porque ese va a ser el sostén político de la legislatura del PSOE.