Santa Sede no cree en “diálogo sin condiciones”
El presidente Nicolás Maduro impulsa un nuevo proceso de diálogo tras haber aprobado una Constituyente, disuelto la Asamblea Nacional y otras instituciones públicas, pero la Santa Sede desconfía de esta renovada iniciativa
La Santa Sede no fue invitada a participar en las reuniones que adelantan representantes del gobierno del presidente Nicolás Maduro y la oposición para “explorar un diálogo” que ayude a superar la crisis venezolana. No obstante, en la Curia Romana creen que “no existe la confianza suficiente” en ninguna de las dos partes, para que cristalicen resultados favorables que permitan brindar soluciones definitivas a la situación que sufre la nación sudamericana.
El Vatican Insider pudo constatar de fuentes altamente acreditadas que el Vaticano tiene conocimiento detallado de los distintos acercamientos, por medio de conocidos representantes de ambos sectores; sin embargo, en esta oportunidad los representantes papales no recibieron “ni recibirán” invitación. ¿La razón? Se mantiene la exigencia de condiciones claras, con base en la carta emitida en diciembre de 2016 por el cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin.
Esa misiva, que marcó un punto de quiebre en el fallido diálogo del año pasado, planteó algunas exigencias concretas. Entre otras cosas pidió restituir a la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, su rol legislativo; agilizar la liberación de presos políticos, la apertura de un canal humanitario y la realización de elecciones constitucionales. Nada de eso fue cumplido por el gobierno de Maduro que terminó disolviendo la Asamblea y contradiciendo todas las recomendaciones del cardenal.
El encuentro para una exploración de diálogo, que se inició en la Cancillería venezolana tras la llegada del presidente dominicano, Danilo Medina, reanimó la polémica esta semana en Latinoamérica, que sigue con interés los acontecimientos en la región.
Además, se evidencia un importante giro en la diplomacia local, la cual extremó las medidas para evitar cualquier tipo de reunión o visita no solicitada, amén de encuentros con personajes de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), considerada ilegal y fraudulenta por la Iglesia católica. Esto, para evitar “cualquier malentendido” en un inesperado retrato que pudiera dar la sensación equivocada.
Invitaciones a reuniones privadas llegan y van. Así como camuflados pedidos de participar en la santa eucaristía que tiene lugar en los recintos privados de la Nunciatura. Pero la curtida diplomacia vaticana elevó las alertas para impedir deslices que generen problemas en momentos de particular tensión, tras constatar las manipulaciones políticas que afilan desde ambos sectores.
La Iglesia observa con atención y prudencia mientras avanza en múltiples gestiones silenciosas para seguir dando apoyo al canal humanitario, el cual desde hace semanas se lleva a cabo a través de distintas zonas de frontera, con ayuda de Cáritas y diócesis vecinas.
Se supo además que el Papa sí tiene “particular interés en visitar Venezuela”, pero también que solamente lo hará cuando se restaure la democracia, además de ser consciente del empeoramiento de la situación para múltiples sectores; incluido el de los presos políticos, el cual pasó de un centenar a más de seiscientos desde el proceso inicial de diálogo fallido, el año pasado, hasta la actual “exploración” de una nueva alternativa.
Francisco está al tanto de los grandes esfuerzos que realiza la Iglesia Católica en Colombia para enviar toda clase de ayuda al hermano país. Y se mantiene, además, una disposición de ayuda inmediata desde la Diócesis de Cúcuta, ubicada en la frontera colombo-venezolana, donde se trabaja en total cooperación con la Diócesis de San Cristóbal.
La Iglesia mantiene, a través de Cáritas, un amplio despliegue operativo en las zonas más vulnerables del país, en un esfuerzo por mitigar las consecuencias de la crisis. A la movilización para atender casos puntuales en materia de salud, que ha contado en fecha reciente con una ligera flexibilización por parte de instituciones de gobierno, se adelanta un convenio con la Unicef, el fondo de las Naciones Unidas para la infancia, según reveló al Vatican Insider la directora de Cáritas Venezuela, Janeth Márquez.
Explicó que la alianza intenta la obtención de medicamentos para responder al paludismo, enfermedad cuyas cifras extraoficiales dan cuenta de un incremento exponencial en el número de casos en los últimos meses en todo el país y que están diezmando a las comunidades indígenas ubicadas en la Sierra de Perijá, estado Zulia.
Al mismo tiempo la Caritas sigue trabajando con énfasis en la disminución de los casos de desnutrición infantil que continúan afectando a buena parte de la población venezolana.
CARLOS ZAPATA*
CARACAS/VaticanInsider.es
* Periodista y ex editor del Diario Católico de Venezuela.