Socialistas Mareados
Varias cosas marcan, como fuego, a un verdadero demócrata: el respeto por la opinión ajena, la defensa del pluralismo político y social, y el diálogo como método insuperable para confrontar visiones diversas.
¿Qué nos dice al respecto, el profesor Nicmer Evans, en la actualidad dirigente de una corriente chavista crítica al madurismo, llamada “Marea Socialista”? Desde su altura de profesor universitario y quizá todavía militante del PSUV –un claro oxímoron- hace algún tiempo afirmaba enjundiosamente que en Venezuela “la conciliación es hipócrita”. Más recientemente ha afirmado que “ésta es la única guerra donde uno de los bandos –el gobierno- se sienta a negociar con quien lo ataca y le da recursos para que lo siga atacando con más fuerza y contundencia.”
Nuestro jocundo profesor ha ido incluso más allá al señalar que es totalmente justa la forma en que el chavismo ha tratado de implantar el socialismo bolivariano, “porque busca la redistribución de la riqueza, la superación de los desequilibrios y nuevas formas de producción social.” El hombre debe ser el último creyente en las cooperativas chavistas, los gallineros aéreos y en la ruta de la empanada.
A Evans -en sus épocas amorosas con la ortodoxia psuvista- que Chávez se haya burlado reiteradamente de la constitución le importaba un pepino; la ineficiencia tipo Pudreval le preocupaba porque le quitaba votos y apoyos a su ídolo, pero en ninguna parte mencionaba por ese entonces esa palabreja tan incómoda, la corrupción. Lo que sucedía en el gobierno eran “errores e ineficiencias en la gestión pública.” Claro, hasta que llegó Maduro. Para Evans, el único culpable es Maduro.
El profesor, como ya decíamos, lidera una corriente crítica al madurismo denominada “Marea Socialista”, desde donde intenta aconsejar –sin ningún éxito, por lo visto- al actual desgobierno. En sus últimas declaraciones ha hecho incluso propuestas concretas para sanar la crisis nacional, llegando a afirmar textualmente que “la política económica del presidente Chávez tuvo sus errores de diseño y ejecución, entre algunos de ellos: el fracaso en la industrialización del país, la profundización del rentismo petrolero, el muy débil ataque contra la corrupción, etc., pero lo que tuvo muy clara fue que la prioridad de la economía era la gente y no el capital, que debía democratizarse el capital, y debían socializarse los medios de producción, en pocas palabras, Chávez tenía el objetivo claro, sin embargo erro (sic) en la aplicación de algunas de sus herramientas, pero nunca erró de tal manera que el país se pusiese en riesgo de una crisis de la magnitud que hoy vivimos.”
Según él, Maduro es un indeciso, rodeado de negligentes, todos traidores al gran legado de Chávez. Siempre en su lógica amarrada a una lectura parcializada a favor del difunto, la tesis de la “guerra económica” por parte privada tiene sentido, pero el gobierno no ha tomado las medidas suficientes para perseguir y apresar a los culpables, a los opositores enemigos del proceso, como sí lo habría hecho Chávez. Pero, ¿qué propone concretamente “Marea Socialista”, luego de haber realizado recientemente su “Conferencia Nacional”?
-Unificación cambiaria con anclaje del salario al precio del dólar. (…) el salario debe pasar a ser calculado con base en la tasa oficial única o en la tasa más alta.
-Protección de la producción nacional y subsidio pertinente. No podremos salir de una crisis de dependencia de las divisas que se generan por la renta petrolera si nuestra producción nacional no es protegida para estimular su crecimiento. Esto implica entre otras cosas el justo reconocimiento del poco sector productivo privado que queda en el país. (Tarde, piaste, pajarito; la empresa privada ha sido perseguida y destruida por quince años. Además, ¿cómo concuerda esta propuesta con la siguiente, que anula a la empresa privada?).
-Control estatal y planificación de las importaciones y participación del sector privado en la distribución y venta. Si las divisas las produce el Estado en un 96% de las que genera el país (NOTA: la redacción del señor no puede ser más farragosa), es lógico que la administre de la mejor manera para garantizar la soberanía nacional. Sin pretensión de fortalecer un Estado omnipotente, que un Estado responsable sea quien importe, y entregue los productos y materias primas que necesita nuestra industria. (O sea, en vez de más libertad, un mejor control. El sector privado no podría importar a una tasa de cambio de ningún tipo. El muy eficiente Estado sería el único importador. Y es que Evans ha recordado también que el “socialismo tiene un principio fundamental: la planificación”.) Sólo le faltó decir ¡Y no se quejen más, carrizo!
–Lucha contra el burocratismo privatizador y transformación de la Administración Pública Nacional. La estrategia de un sector de la burocracia, en desacuerdo con el desarrollo del socialismo, ha profundizado la mediocridad y la ineficiencia en espacios claves de la administración pública de las empresas estatales con el fin de estimular y facilitar la privatización inducida de los mismos. La transformación del Estado (…) permitiría adaptar la actual estructura de la administración pública hacia una transición real al socialismo.
-Cambio de todo el Gabinete de Ministros (sin enroques) para garantizar una renovación de voluntades en los órganos ejecutores. (Supongo que los centenares de nuevos ministros y viceministros saldrán de las filas de Marea Socialista, y que los militares se regresarán mansitos a sus cuarteles.)
Para Evans, además de la clase política imperialista, o los sectores tradicionales del “vampirismo petrolero”, sectores mayameros recalcitrantes y saqueadores, hay otro enemigo fundamental: el enemigo interno, que está “poniendo en jaque todas las conquistas logradas por el pueblo durante el proceso revolucionario encabezado por el presidente Chávez.” Uno entiende por qué estos señores no son populares ni siquiera en el chavismo: son los radicales del radicalismo, los sumos sacerdotes del fundamentalismo troglodita. Ante los errores maduristas pronostica incluso la posible llegada de una explosión social. ¿Cuál es la solución? Muy sencillo: “el socialismo en Venezuela no ha fracasado porque todavía no se ha aplicado.” Y más claro aún: “El chavismo es un proceso que no tiene vuelta atrás”.
Vale decir, para “Marea Socialista” la solución a los problema creados por el chavismo pasa por profundizar el chavismo.
Este movimiento de Evans, más que una Marea Socialista, es un grupo de socialistas mareados, atontados por obsesiones que ellos llaman ideología, ignorantes del ABC de la política y de la economía, perdidos en las telarañas de su propia negación paranoica de la realidad.