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Thierry Baudet, la nueva sensación ultraderechista que arrasa en Holanda

Supremacista blanco, machista y antieuropeo, Baudet lidera el partido de moda en Holanda. Ha arrasado en las regionales: tendrá 13 senadores, uno más que los liberales de Rutte

Tiene sus ideas claras y no las oculta. Es un mix entre Donald Trump y Santiago Abascal, menos tuitero y hablador que el estadounidense pero igual de antifeminista y antiinmigración que el español. Se llama Thierry Baudet, es un populista, supremacista blanco, machista, antieuropeo y lidera Foro para la Democracia (FvD), el partido de moda en Holanda que ha logrado entrar de lleno en la política nacional en tan solo tres años de vida. Su líder le ha robado votos a la ultraderecha de Geert Wilders (PVV), pero también a los liberales del primer ministro Mark Rutte. Ha arrancado la mayoría que la actual coalición del Gobierno tenía en el Senado, la cámara que autoriza y veta las leyes propuestas por el Ejecutivo.

Su campaña electoral, la única que se ha mantenido hasta el último día, a pesar del luto por las víctimas del tiroteo de Utrecht del lunes, se ha basado en atacar las políticas liberales. Cree que hay que cerrar las fronteras de Holanda a todos los inmigrantes, y especialmente si son musulmanes porque “vienen de otras culturas opuestas” a la occidental. Ha dicho esto en un barrio multicultural de La Haya y eso le ha valido votos. Salir de la Unión Europea es necesario para “preservar” el Estado de la nación, pero visto el caos creado por el Brexit, apuesta por “esperar a ver cómo se resuelve” el lío británico, antes de poner a referéndum un “Nexit”. No cree en las pruebas científicas del calentamiento global, que califica de “brujería climática”, ni tampoco en un mundo verde, para él, una “idolatría de la sostenibilidad” que se está poniendo de moda. Y opina que las mujeres rinden menos en el trabajo por una cuestión biológica.

Baudet ha pasado de cero a ser el ganador de la noche electoral del miércoles. En 2017, logró entrar en el Parlamento holandés con dos escaños pero sus contrincantes subestimaron su potencial. Ha sido el que más votos ha obtenido de los 12 partidos que se han presentado a las elecciones del miércoles para elegir la formación de los Consejos Provinciales, que a su vez eligen la composición del Senado, la cámara que tiene la última palabra para aprobar las leyes propuestas por el Ejecutivo. El FvD tendrá 13 senadores, uno más que los liberales de Rutte. Aun así, Baudet supera en número de votos a todos los demás partidos. Es la primera vez desde las reformas políticas de 1917 que un partido recién llegado como el FvD (2016) es más grande que las tres tendencias establecidas (confesional, liberal y socialdemócrata) que tradicionalmente se han repartido el poder. “Nos han llamado al frente porque nuestro país nos necesita. Esto se debe a la arrogancia y la estupidez del poder establecido”, denunció, después de conocer su victoria.

Este político populista ha dado grandes momentos a la prensa local, desde un discurso en latín hasta un desnudo en el borde de una piscina. Su ausencia de varios debates parlamentarios motivados, en varias ocasiones, por sus clases de piano, ha levantado las críticas. Cuando sí ha ocupado su escaño, Baudet se “olvidaba” de registrar por escrito sus preguntas para hacérselas llegar a la presidenta del Parlamento. A pesar de que las reglas son claras, el ultraderechista insistía en intervenir en las sesiones porque considera que las normas están para saltárselas. Su sueño es llegar a dirigir el Gobierno de Holanda en 2021, y no va mal encaminado, teniendo en cuenta que ha logrado llevar a la cima de la política holandesa a un partido recién nacido. “No me importa el poder pero creo que es necesario que llegue a ser primer ministro”, dijo.

Utilizó el tiroteo de Utrecht como arma de campaña electoral, mientras el resto de partidos políticos cancelaban sus actos públicos por respeto a las víctimas del ataque. Fue tildado de “sinvergüenza” por sus contrincantes pero su último acto, en el barrio multicultural de Schilderswijk de La Haya, surtió efecto en los votantes. Según las encuestas, el FvD se ha quedado con los votos de los liberales de VVD pero también con los de Wilders, el populista por excelencia en Holanda. Le ha arrebatado seguidores incluso en su principal feudo, la ciudad de Volendam. Wilders ya no es tan popular y sus detractores consideran que Baudet es más “elegante” y sobre todo “menos bruto” en sus afirmaciones.

Nacido el 28 de enero de 1983, es hijo de una ortopeda y un historiador y pedagogo de piano. Sus padres se divorciaron cuando él era muy joven. Primero vivió con su madre, luego con su progenitor. “Cuando era pequeño, tenía que estar pendiente de mis actos para no causar problemas, me convertí en una persona muy sensible”, dice de sí mismo. Ese aprendizaje le ha hecho tener un rasgo “positivo”, que le es “muy útil cuando se para frente a una oficina llena de expectativas”, asegura. No ha destacado en el colegio por tener buenas notas, y hacer amigos tampoco le era fácil, reconoce en una entrevista con el diario holandés ‘AD’. Era socialmente torpe, o quizás algo más filosófico que el resto de mis compañeros de clase”, cuenta, con sus aires de superioridad que le caracterizan delante de las cámaras. Estudió historia en la Universidad de Ámsterdam, donde se matriculó en 2011, antes de meterse también a estudios de derecho.

Escribió varios libros, entre ellos ‘El ataque al Estado de la nacional‘, donde analiza en 468 páginas la situación de la región, criticando el multiculturalismo como una amenaza a la raza blanca y “pura” de Holanda, y al mismo tiempo, alertando contra la unificación europea, que considera que ha debilidad las soberanías nacionales de los Estados miembros. El abogado y economista Henk Otten, editor de sus libros, fue quien dio forma a la ideología política de Baudet. Ha sido bautizado como el líder espiritual de Foro para la Democracia porque su papel detrás del escenario es primordial para su hijo predilecto, Baudet. Se le conoce como una persona directa, franca, muy presente, trabajador, no exactamente diplomático, impaciente, inconformista y con mucha valentía.

El 26 de enero de 2015, un lunes, Thierry le visitó en su casa para hablarle sobre un think tank creado al estilo estadounidense, con el que podría influir en el debate público. Otten, de 51 años, quedó embrujado por la idea de controlar la opinión de la sociedad holandesa, así que dio el visto bueno al plan que acabó convirtiéndose en un partido político. Economista que trabajó para Lehman Brothers, ha sido desde entonces el gran hombre detrás del FvD, y con ello, detrás de Baudet. Se queja a diario del Gobierno de Mark Rutte, considera que hay demasiadas reglas para las empresas y los impuestos son demasiado altos, para los más ricos. El partido tiene ahora más de 30.000 miembros, dos escaños en el Parlamento y un futuro prometedor de cara a las elecciones de mayo en Bruselas, a las que se presenta con un programa eurófobo.

 

 

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