Tillerson: ‘Trump va a poner freno a las medidas de Obama’
El secretario de Estado, Rex Tillerson, dijo este martes ante el Senado que su Gobierno ve elementos «preocupantes» en la política de apertura iniciada por el expresidente Barack Obama, y consideró que está «involuntariamente proporcionando apoyo financiero al régimen» cubano, algo a lo que el presidente Donald Trump quiere poner freno porque va contra la ley, reporta EFE.
CNN citó a una fuente anónima, un alto funcionario del Gobierno de la Isla, que apuntó que el general Raúl Castro está abierto a un nuevo acuerdo con Trump.
«Sabemos que tienen una visión diferente del mundo, entendemos eso», puntualizó el funcionario cubano sobre la postura de La Habana hacia nuevas negociaciones.
«Creemos que hemos conseguido muy poco a la hora de cambiar el comportamiento del régimen y su tratamiento a la gente, tienen muy poco incentivo para cambiar«, afirmó Tillerson en una audiencia, tres días antes del anuncio previsto de Trump sobre su revisión de la política estadounidense hacia la Isla.
Asimismo, agregó que Washington quiere continuar «todo lo posible» la política de acercamiento a La Habana, pero también quiere «incentivar» el respeto a los derechos humanos y asegurarse de que las empresas estadounidenses no aportan «apoyo financiero» al Gobierno cubano.
De acuerdo con AP, diferentes organismos del Gobierno estadounidense evaluarán este martes una nueva política hacia La Habana, pero al comparecer ante la comisión de asuntos exteriores del Senado Tillerson no se refirió a la expectativa de que Trump la anuncie el viernes en Miami.
«Es importante que tomemos medidas para restaurar la intención de la ley Helms-Burton, que era presionar al régimen para que cambie«, dijo refiriéndose a los autores de una legislación aprobada en 1996 para aumentar el embargo comercial impuesto en 1962.
«Se requiere una discusión más amplia entre el Congreso y el ejecutivo sobre si esa ley aún es útil. Pero la ley está allí. No podemos ignorar la ley. No podemos invitar a las personas a ignorar la ley», agregó.
Por su parte, la organización pro derechos humanos Amnistía Internacional exhortó a Washington a no revertir la política de Obama.
«Si el Gobierno de Trump regresa la política hacia Cuba a la era de la Guerra Fría, los cubanos serán los probables perdedores», escribió en un blog la directora de relaciones en las Américas Marselha Gonçalves Margerin. «Más viajes, más acceso a comunicaciones y más diálogo son la vía para que progresen los derechos humanos en Cuba».
Los posibles cambios de Trump dividen al exilio y a varias organizaciones.
La brecha abierta entre los partidarios y los detractores de la política de apertura de Obama puede agrandarse con los cambios que se espera que Trump anuncie este viernes en Miami.
Sin una confirmación oficial, el contenido de estos cambios resulta todavía una incógnita, que alguno grupos del exilio intentan despejar desde la convicción de que con Trump se van a acabar las concesiones al régimen comunista.
La cuestión de fondo es si se producirá un crucial viraje en las políticas implementadas por Obama respecto a La Habana, como así anunció que haría Trump durante su campaña electoral, especialmente en su visita a la sede de la Brigada 2506 en el barrio de la Pequeña Habana de Miami.
La Asociación de Veteranos de Bahía Cochinos (Brigada 2506) confía en que sea así. Este grupo y decenas de exiliados pidieron entonces a Trump, al que prestaron respaldo electoral, una política de cero concesiones al régimen y un firme apoyo a la sociedad civil y la disidencia.
«Las concesiones de Obama fueron una falta de respeto a 57 años de dictadura, un premio a décadas de dictadura férrea y brutal», afirmó a EFE Humberto Díaz-Argüelles, presidente de la Brigada 2506.
De acuerdo con Díaz-Argüelles, las restricciones actuales sobre el turismo y los viajes de estadounidenses a la Isla bajo la categoría de «auto certificación» se tratan de una «burla», y calificó el «embargo» de «relajo total y completo».
«Todo es una farsa completa» y, mientras, el régimen sigue pisoteando los derechos humanos, la libertad del pueblo y «negándole a los ciudadanos elecciones libres no controladas por el Partido Comunista», sentenció con indignación.
También el grupo del exilio Directorio Democrático está convencido de que Obama se equivocó de plano al hacer concesiones a La Habana sin exigir a Raúl Castro una apertura al cambio.
La prioridad para Orlando Gutiérrez, director del Directorio Democrático, continúa siendo el «restablecimiento de la libertad y la democracia como objetivo de la política estadounidense hacia Cuba».
Un compromiso que, a juicio de Gutiérrez, pasa por dar marcha atrás en las «concesiones unilaterales» hacia el Gobierno cubano y en la «apertura económica que se ha hecho sin que el régimen conceda nada».
Partidario de que se endurezcan las condiciones para el comercio y los viajes a la Isla, el activista está, no obstante, a favor de mantener abierta la Embajada estadounidense en La Habana.
Por el contrario, el grupo The CubaOne Foundation, integrado por cubanoamericanos, pidió en una carta al mandatario que no vuelva a la Guerra Fría y tenga como «norte» de su política los intereses estadounidenses y el bienestar del pueblo cubano.
Ramón Saúl Sánchez, presidente del Movimiento Democracia y contrario al embargo sobre la Isla, opinó que, de producirse algún tipo de restricción en el comercio y los viajes, no debería afectar las relaciones «de pueblo a pueblo, familiar y de flujo tecnológico».
Sánchez hizo hincapié en que «la inversión estadounidense en Cuba debe favorecer al pueblo cubano y no solo a la dictadura», por lo que «los militares cubanos no deben ser los únicos enriquecidos y fortalecidos económicamente».
En este contexto, un sondeo publicado este lunes por la coalición antiembargo Engage Cuba, un grupo que cabildea para poder hacer negocios con La Habana, señaló que el 64% de los votantes republicanos no se oponen a las políticas implementadas por Obama en relación con la Isla. De hecho, la mayoría quiere mantenerlas.
«Nuestra nueva política hacia Cuba ha fortalecido la economía, creado empleos en EEUU, afianzado la seguridad nacional y empoderado a los cubanos», resaltó en un comunicado Engage Cuba, en el que advirtió de que sería una «vergüenza» que Trump «hiciera retroceder» las políticas actuales con Cuba.
«Si el presidente está dispuesto a negociar con Arabia Saudí, Egipto, Turquía y Filipinas, ¿por qué no con Cuba?», se preguntó el presidente de Engage Cuba, James Williams.
Por su parte, la oposición dentro de la Isla pidió a Trump «castigar y no premiar» al Gobierno de Raúl Castro. En una carta, la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) señaló que las medidas de Obama no han propiciado avances en derechos humanos ni ventajas para los trabajadores cuentapropistas.