Un retrato digno y humano de los migrantes nicaragüenses
Discurso de agradecimiento al recibir el premio Alumni Impact 2022 del Programa de Becarios Profesionales de EE.UU. por la cobertura de Nicas Migrantes
El pasado 2 de noviembre, recibí un premio concedido por el Departamento de Estado de Estados Unidos como exalumna del Programa de Becarios Profesionales (Professional Fellows Program) junto a otros tres ganadores de Estados Unidos, Pakistán y Zimbabue.
Fuimos elegidos entre 240 postulantes de 65 países, y se nos invitó a compartir nuestras experiencias y logros con 140 becarios profesionales de muy diversos ámbitos profesionales y de diferentes nacionalidades que asistieron a un congreso en Washington DC. El premio era un reconocimiento a “las excepcionales contribuciones que ha hecho a su comunidad” con Nicas Migrantes, una sección especial en CONFIDENCIAL. Este es el discurso que pronuncié el día de la entrega del galardón.
Me siento profundamente honrada y agradecida al haber sido elegida como una de las receptoras del premio Alumni Impact Award en 2022. Este premio es un testimonio de la importancia de un retrato justo, digno y humano de la migración, uno de los problemas más urgentes del mundo actual.
Como migrante y como periodista, identifiqué esta necesidad hace siete años, cuando me mudé de mi país, Nicaragua, a la vecina Costa Rica, un país pequeño, verde y pacífico donde más del 15% de su población es migrante, la gran mayoría procedente de Nicaragua.
Los nicaragüenses somos la principal población extranjera en Costa Rica y hemos hecho a lo largo de más de medio siglo, muchas contribuciones económicas cruciales, como trabajadores del campo constituyendo la base del sector agrícola, recogiendo los granos de uno de los mejores cafés del mundo, como amas de casa, trabajadores de la construcción, guardas de seguridad, conductores de autobús, contadores, médicos, enfermeras y profesores. Hemos enriquecido la cultura y la identidad costarricenses, y hemos cultivado incontables lazos binacionales como parte de nuestras relaciones con amigos, familias y vecinos. Sin embargo, noté que nuestra presencia en los medios de comunicación locales era escasa, a menudo estereotipada, y a veces negativa.
Al revisar los medios de comunicación nicaragüenses, también me di cuenta de que había muy poca cobertura de los migrantes nicaragüenses, sus vidas y luchas, y sus opiniones sobre la realidad de su país de origen. No había una sección o una plataforma permanente dedicada a este cometido, lo que no tenía sentido siendo un país con más del 15% de su población viviendo en el extranjero, misma que envía remesas que suponen el 18% del PIB (producto interno bruto) del país.
También noté que los gobiernos en Nicaragua, a lo largo de las décadas, no habían reconocido a nuestros migrantes, pues reflejaban parte de su fracaso, al no poder brindar trabajo y oportunidades a la gente que tenía que irse a Costa Rica, Estados Unidos o España.
Percibí, además, por parte de la sociedad nicaragüense una actitud de desapego hacia los familiares y seres queridos que se habían ido y que, por lo tanto, según esta lógica, no podían opinar sobre lo que ocurría en el país.
Sentía que, como migrantes nicaragüenses, habíamos sido marginados tanto en nuestro país de origen como en el país al que nos habíamos trasladado. Nos estaban dejando fuera de las conversaciones importantes en torno a la identidad, nuestros derechos, problemas, demandas y esperanzas.
En 2018, una grave crisis sociopolítica golpeó a Nicaragua debido a la violenta represión de las masivas protestas pacíficas que exigían el restablecimiento de la democracia y el Estado de derecho, la justicia y los derechos humanos. El Gobierno, en vez de atender esas demandas, respondió con más represión, cuyo resultado fueron más de 300 muertos, miles de heridos, cientos de presos políticos y decenas de miles que huyeron del país debido a la persecución política, la inestabilidad y la tambaleante economía en el segundo país más pobre de nuestro hemisferio.
Fue también el inicio de un flujo migratorio sin precedentes ocasionado por la escalada represiva de un régimen autoritario que ha suprimido todas las libertades civiles, ha impuesto un estado policial de facto, ha encarcelado arbitrariamente a más de 1600 ciudadanos, incluyendo a 220 presos políticos que permanecen en la cárcel, entre ellos líderes cívicos, periodistas, defensores de los derechos humanos, líderes empresariales, aspirantes a la presidencia y sacerdotes católicos.
El actual Gobierno también ha cerrado más de 2000 oenegés de todo tipo, y ha censurado y cerrado 54 medios de comunicación, mientras que 140 periodistas se han visto obligados a exiliarse.
Uno de esos periodistas es nuestro director en CONFIDENCIAL, Carlos Fernando Chamorro, que ha tenido que salir de Nicaragua, no solo una, sino dos veces, debido al acoso político, las falsas acusaciones judiciales en su contra, el allanamiento ilegal de su casa y la confiscación de nuestras oficinas, dos veces, en Managua.
En esas circunstancias tan difíciles nos encontramos en Costa Rica, desde donde trabaja ahora el resto del equipo de CONFIDENCIAL, ya que todos mis compañeros también han sido perseguidos y amenazados con cárcel en Nicaragua.
Empecé a trabajar con el equipo, enfocado en documentar los abusos de los derechos humanos y la crisis en Nicaragua, pero también teníamos esa necesidad de llenar el vacío de una cobertura profunda, consistente, diversa y sensible de las comunidades migrantes nicaragüenses.
Por esa misma época, hace tres años, estaba en Washington DC como becaria profesional y me propuse solidificar esta idea como un emprendimiento mediático. Y así nació Nicas Migrantes, una plataforma periodística permanente sobre y para la comunidad nicaragüense en el exterior.
Al comenzar, éramos el único medio nicaragüense que dedicaba sus recursos a crear historias únicas, abordando temas clave, retratando a los migrantes nicaragüenses de manera ética, destacando sus historias, sus necesidades y sus éxitos. Desde que lanzamos el sitio, hemos visto cómo otros medios de comunicación nicaragüenses ahora también cubren los temas de migración de una manera más consistente, lo cual es una tendencia que sirve a los migrantes nicaragüenses, que ahora están más presentes en la agenda editorial de Nicaragua.
La cobertura especializada con un enfoque de derechos humanos se ha convertido en una necesidad cada vez más apremiante ya que, desde hace cuatro años, medio millón de nicaragüenses han salido del país de seis millones de habitantes, principalmente hacia Estados Unidos y Costa Rica, arriesgando sus vidas y sobreviviendo a peligrosos viajes, soportando discriminación y grandes penurias, al igual que los millones de otros refugiados y migrantes en todo el mundo en este momento, que no tienen más remedio que abandonar sus países debido a la pobreza, la inseguridad, el cambio climático y los conflictos.
Mi participación en el Programa de Becarios Profesionales me dio la oportunidad de intensificar este esfuerzo que ahora es toda una plataforma dentro de nuestro sitio web. Tenemos diferentes secciones que hemos alimentado con más de 400 piezas producidas por un equipo impulsado por su propósito, profesionalismo y compromiso.
Nicas Migrantes ha crecido y se ha consolidado atrayendo más audiencia a los principales canales digitales de CONFIDENCIAL. Este proyecto también me ha dado la oportunidad de reflexionar y confirmar mi propósito como periodista, que es crear contenidos que sean útiles para las audiencias, que las representen justamente a ellas y a sus realidades, sin sesgos ni sensacionalismos.
Quiero agradecer al equipo de CONFIDENCIAL, por creer en este emprendimiento como una forma de mostrar resiliencia. Hemos sido capaces de crear este proyecto tan especial y fructífero a pesar del exilio, los ataques del Gobierno y los altos riesgos de ejercer el periodismo bajo una dictadura totalitaria.
A pesar de las circunstancias, hemos conseguido muchos de nuestros objetivos. Hemos recibido con orgullo un premio en Costa Rica por uno de nuestros trabajos especiales de investigación, que realizamos en colaboración con dos medios de comunicación costarricenses, La Voz de Guanacaste e Interferencia. Este trabajo en particular también contribuyó a cambiar parte de las políticas públicas en materia de atención a las víctimas de violencia de género.
También pudimos patrocinar y producir, junto con Diálogo Interamericano, una encuesta y un estudio sobre la población nicaragüense en Costa Rica que retrataba su falta de integración y movilidad social.
Incluso, tuvimos la fortuna de lanzar la canción oficial de este proyecto hace dos meses con uno de los compositores más talentosos y admirados de nuestro país, Luis Enrique Mejía Godoy. Es un hermoso homenaje a los migrantes nicaragüenses, lleno de la esencia de lo que somos y lo que nuestro proyecto quiere representar.
Así, Nicas Migrantes, se ha convertido en un proyecto mediático que beneficia a la sociedad nicaragüense, ya que tiende puentes entre los nicaragüenses que viven en Nicaragua y los migrantes nicaragüenses que merecen ser reconocidos y tomados en cuenta en la conformación de un país libre, democrático, pacífico y próspero, al que, ojalá, algún día muchos puedan regresar con seguridad.
Con cada historia, en CONFIDENCIAL, damos una plataforma a una población que siempre ha estado ahí, pero que no ha sido escuchada ni vista lo suficiente, a pesar de su gran relevancia. Creemos que eso debe cambiar y ha empezado a cambiar.
Este proyecto es testimonio de la responsabilidad que tienen los periodistas de mantenerse fieles al núcleo de nuestra misión, que es satisfacer las necesidades de nuestras audiencias y representarlas mientras registramos, de manera integral, lo que somos como humanidad y lo que hemos vivido. Gracias, de nuevo, por reconocerlo con este premio.