Venezuela // ¿Qué está pasando con la producción petrolera?
La economía venezolana sufre un nuevo impacto que amenaza con agravar el cuadro de escasez, recesión e inflación que menoscaba la calidad de vida. Distintas fuentes informan que en el primer trimestre cayó la producción petrolera y, de mantenerse el ritmo del descenso, aunado a la debilidad en los precios del barril, inevitablemente habrá un recorte más profundo en la cantidad de divisas que permiten importar y cancelar la deuda externa, porque la dependencia de Venezuela en el oro negro es tal que 96 de cada 100 dólares que ingresan al país provienen de las exportaciones de petróleo.
¿Cuánto cayó la producción?
El informe difundido por la OPEP el pasado 13 de abril afirma que, de acuerdo con la información suministrada por las autoridades venezolanas, la producción del país se ubicó al cierre del primer trimestre de este año en un promedio de 2,53 millones de barriles diarios, cifra que se traduce en un declive de 4,6% respecto al promedio de 2,65 registrado en 2015. Si sólo se observa marzo, la producción que Venezuela reportó a la OPEP es de 2,51 millones de barriles diarios, magnitud que representa un descenso de 5,3% respecto al promedio de 2015.
La OPEP también cita la información proveniente de fuentes secundarias como la Agencia Internacional de Energía y la consultora Petroleum Intelligence, que reflejan un descenso menos profundo porque afirman que en el primer trimestre la producción de Venezuela se ubicó en un promedio de 2,32 millones de barriles diarios que, de acuerdo con sus estadísticas, se traducen en un declive de 1,7% respecto al promedio de 2,36 registrado en 2015.
El 2 de mayo, la agencia IPD Latin America, que hace un seguimiento bastante cercano de la actividad en los campos petroleros, emitió un informe donde señala que en el primer trimestre de este año la producción de Venezuela se ubicó en un promedio de 2,59 millones de barriles diarios, magnitud que de acuerdo a sus datos refleja una caída de 6,8% respecto al promedio de 2,78 registrado en 2015 y que representa una merma de 188 mil barriles. La firma no descarta que la producción continúe en descenso y, por tanto, en su escenario pesimista contempla que a fin de año se ubique en tan sólo 2,1 millones de barriles diarios, algo que se traduciría, al precio actual del barril, en que dejarían de ingresar unos 4 mil millones de dólares en 2016.
Por regiones
IPD afirma en su informe que:
“Por primera vez desde el tercer trimestre de 2008, la producción petrolera de todos los distritos disminuyó, incluida la Faja Petrolera del Orinoco, donde ésta aumentaba desde el primer trimestre de 2009”.
Al analizar el descenso por regiones, IPD señala que en el oriente del país la producción diaria del campo Pirital cayó en 36 mil barriles. En los campos Carito y el Furrial, detectó un declive de 32 mil barriles en cada uno. La producción diaria en el occidente del país, incluyendo a los campos maduros Franquera, la Ceiba y Urdaneta ubicados en el Lago de Maracaibo, sufrió una contracción de 60 mil barriles. En la Faja Petrolífera del Orinoco también se experimenta una caída de 28 mil barriles en la producción diaria.
¿Por qué cae la producción?
En la lista de causas que están mermando la producción, IPD destaca una serie de factores operativos como taladros chinos que no han resultado óptimos para la perforación, al punto de que la terminación de los pozos aumentó desde un promedio de 15 días hasta 60 días.
A esto se añade que tras la nacionalización de una serie de empresas en 2009 y el reemplazo de operadores eficientes por personal de Pdvsa con poca experiencia, han surgido problemas con la compresión del gas. Al mismo tiempo, parte del gas que era reinyectado en los pozos comenzó a ser utilizado para cubrir la demanda de plantas térmicas y otros fines. Además, el mantenimiento de los pozos en occidente no es el adecuado debido a la escasez de barcazas para las operaciones costa afuera y el robo de cables de electricidad.
Otro elemento es que, para transportarlos y procesarlos en refinerías convencionales, los crudos extra pesados de la Faja del Orinoco necesitan diluyentes. Los diluyentes que se emplean son nafta y crudos ligeros. Hasta hace pocos años no había que comprarlos en el exterior porque se producían en el país en las cantidades necesarias, pero ahora Pdvsa tiene que importarlos y, cada vez, en mayor magnitud.
El problema es que, tras la caída de los precios del petróleo, la empresa enfrenta severas restricciones de caja que complican estas importaciones. Francisco Monaldi, profesor visitante del Baker Institute de la Universidad de Rice, y director del Centro Internacional de Energía y Ambiente del IESA, explica:
“La caída en la producción de la Faja acaba con una trayectoria de crecimiento constante desde 2009 y es la más llamativa. Ocurre por los problemas de caja y dificultades para obtener financiamiento que complicaron la compra del diluyente. En enero, febrero y marzo de este año se reportó que Pdvsa les pidió a sus socios que compraran el diluyente, porque no podía pagarlo”.
Ramón Espinasa, quien durante años se desempeñó como economista jefe de Pdvsa, indica:
“Con una situación de caja tan severa como la que tiene Pdvsa las empresas no están vendiéndole diluyentes a menos que pague de contado. No hay líneas de crédito, y eso está afectando el suministro de crudos livianos o nafta. Cuando el plantel de refinación de Venezuela funcionaba bien no importábamos nafta”.
Los problemas van en aumento. De acuerdo con IPD, la caída en la actividad en los campos del norte de Monagas ha tenido como consecuencia que la producción diaria de diluyentes se contraiga en 98 mil barriles, algo que obligará a mayores importaciones.
El crudo de la Faja también puede ser preparado para la exportación en los “mejoradores”, unas unidades similares a una refinería de menor complejidad que en teoría tienen capacidad para procesar 600 mil barriles diarios. De por sí son insuficientes porque la producción en la Faja ya se ubica en torno a un millón de barriles, pero, además, no están trabajando adecuadamente. El pasado 11 de marzo, Reuters reportó que el mejorador Petro San Félix, que puede procesar 130 mil barriles diarios, “trabaja a un 54 por ciento de su capacidad debido a fallas en los equipos”.
Otro factor a considerar es que compañías especializadas que prestan servicios a la industria petrolera como Halliburton y Schlumberger anunciaron que reducirán sus operaciones en el país ante la acumulación de cuentas por cobrar. La sombra de la crisis eléctrica también se cierne sobre la industria petrolera. De acuerdo con IPD, no hay mayor impacto en las áreas de exploración y extracción porque Pdvsa cuenta con plantas propias que proveen 90% de la energía requerida, pero en la refinación la situación es diferente.
La firma indica que la planta eléctrica Genevapca, que en teoría debe alimentar eficientemente al Centro de Refinación Paraguaná (CRP), está en muy mal estado. Asimismo la refinería El Palito depende del suministro de Planta Centro y constantemente sufre cortes de energía. El resultado, explica IPD, es que la actividad en las refinerías ha descendido desde 810 mil barriles diarios en enero hasta 688 mil barriles diarios al cierre del 28 de abril y se espera que en mayo Venezuela importe 170 mil barriles diarios de componentes para gasolina.
Finanzas comprometidas
La pérdida de brillo del oro negro ha significado que el precio de la cesta petrolera venezolana se cotice en lo que va de año en un promedio de 27,84 dólares el barril, cifra que se traduce en un descenso de 64% respecto al promedio de 2014. A la caída en el precio del barril se añade que este año la empresa debe pagar 5 mil 500 millones de dólares por vencimientos de bonos, barriles comprometidos para repagar créditos a China y convenios de cooperación con otros países. Por lo tanto, los barriles que generan caja prácticamente se limitan a los vendidos a India y Estados Unidos.
Francisco Monaldi explica:
“Si la producción está en 2,5 millones de barriles diarios y restamos el mercado interno y los barriles comprometidos con China y otros acuerdos, la cifra de barriles que se exportan y generan caja está alrededor de 1,4 millones de barriles diarios. Si estimamos un precio promedio de 30 dólares el barril para la cesta petrolera venezolana, hablamos de ingresos por el orden de 15 mil millones de dólares en el año. Este es el ingreso bruto, a esta cifra hay que descontarle las importaciones de equipos, servicios y diluyente para hacer esas exportaciones. Entonces, la balanza de pagos petrolera neta queda en unas cifras preocupantes”.
Las cifras del Banco Central de Venezuela registran que, en 2014, las importaciones petroleras, que incluyen las compras de diluyentes y demás equipos que requiere la industria, se ubicaron en 10 mil 831 millones de dólares y en los tres primeros trimestres de 2015 suman 5 mil 816 millones. Francisco Monaldi señala: “La pregunta es cuánto puedes reducir las importaciones petroleras, puede ser que de un poco más bajo, pero, por ejemplo, las compras de diluyente no las puedes reducir”.
Igor Hernández, profesor del IESA, indica:
“Si tomamos en cuenta la caída que ha tenido la producción este año, diría que las exportaciones que generan caja tienen un techo de 1,4 millones de barriles diarios. Hay que tomar en cuenta la parada que va a tener la refinería de El Palito de unos 100 días y que la refinería de Amuay trabaja a 60% de su capacidad, eso también impacta en los barriles que generan caja”.
El informe de IPD indica que Pdvsa está financiando sus operaciones con el flujo proveniente de exportaciones por el orden de 760 mil barriles diarios, una cifra bastante baja. No obstante, en este caso se trata de un flujo de caja neto, que ya descuenta el costo de las importaciones petroleras. La deuda con empresas de servicios también presiona. El último reporte financiero de Pdvsa indica que las cuentas por pagar a proveedores alcanzan los 20 mil 837 millones de dólares al cierre del 2014. Fuentes consultadas por Reuters afirman que un tercio de ese monto son compromisos en divisas y el grueso en bolívares.
Fuentes financieras afirman que Pdvsa contempla una emisión de bonos por 2 mil millones de dólares para cancelar deuda con proveedores y, al mismo tiempo, negocia con China una moratoria en el pago de compromisos adquiridos y trabaja en una operación para alargar el vencimiento de bonos que vencen en 2017.
Las perspectivas
Si no se detiene la caída en la producción de Pdvsa, la cantidad de divisas que ingresan al país se reducirá de una manera más dramática y aumentará la escasez de bienes básicos como alimentos y medicinas, o materias primas e insumos para que las empresas puedan mantener las plantas en funcionamiento.
¿Es posible que se revierta la tendencia y Pdvsa incremente la producción en los próximos meses? Francisco Monaldi afirma:
“Las soluciones son cosas estructurales. Se requiere resolver el problema de crédito de Pdvsa que, por supuesto, requiere un plan macroeconómico completo para el manejo de deuda y de finanzas. En términos coyunturales, creo que la subida de precio que ha tenido el petróleo en el último mes y medio da un respiro y permitirá aliviar los problemas para la importación de diluyente y detener la caída de la producción en la Faja. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que por el descenso de la producción en el norte de Monagas ahora hay que importar más diluyente”.
Ramón Espinasa advierte:
“No creo que pueda revertirse la tendencia y que se aumente la producción en lo que resta de año. Es como si le diéramos solución al problema de la inseguridad en el corto plazo. Esto es un tema estructural. Además, en una situación tan grande de restricción de recursos, el Gobierno va a utilizar la mayor parte de las divisas para importar bienes de consumo. El gasto operacional de Pdvsa se debe estar reduciendo hasta niveles que afectan la producción”.
Igor Hernández señala:
“Es probable que continúe la caída de producción en el año, en dado caso lo que estaría buscando es mitigar el descenso no incrementar la producción respecto a 2015. El aumento de la producción requiere planes de largo plazo. Por ejemplo, si se dieran las condiciones, los proyectos para ampliar el número de mejoradores que permiten procesar el petróleo de la Faja tardarían cuatro años. Ahora es cuando se ve el impacto del rezago en las inversiones”.
Analistas como Leonardo Vera y Tamara Herrera consideran que sólo con un plan de financiamiento que le inyecte al país entre 25 mil y 30 mil millones de dólares, será posible implementar un plan para que Venezuela salga de una recesión donde la economía acumula nueve trimestres consecutivos de caída.
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