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“¿Y si los incas hubieran invadido Europa?”

El francés Laurent Binet presenta su novela ‘Civilizaciones’, que fabula sobre la invasión del Viejo Continente por Atahualpa

¿Qué habría pasado si la historia hubiera sido al revés? Es decir, si los nativos americanos hubieran invadido Europa, poco después de la muerte de un fracasado Colón, que acaba sus días paseando desnudo por Cuba bajo la mirada de sus captores, que le birlan sus carabelas para hacer ellos el viaje de vuelta. Hay que ser muy buen escritor para salir indemne de tamaño desafío. Laurent Binet (París, 1972), tras novelar el intento de asesinato del jefe de la Gestapo en ‘HHhH’ (2010) y luego la misteriosa muerte del lingüista Roland Barthes en ‘La séptima función del lenguaje’ (2015) se atreve ahora, en ‘Civilizaciones’ (Seix Barral/Edicions de 1984) con este peculiar “encuentro entre dos mundos”: el inca Atahualpa, convertido en emperador de la Europa del siglo XVI, por la que se expande el culto al Sol. Una historia que empieza con el vikingo Erik el Rojo –que les trae el hierro y los caballos a los americanos– y acaba con Cervantes.

 

-Ha venido a Barcelona desobedeciendo a su primer ministro, que desaconsejó encarecidamente viajar a España.

-Me he aventurado más allá de la frontera con el noble fin de presentar mi novela. Ignoraba esta recomendación, pero llevo la mascarilla puesta.

-¿De dónde surgió esta disparatada idea?

-Del muy serio ensayista estadounidense Jared Diamond, que se preguntaba en su ensayo ‘Colapso’ (2005) qué hubiera pasado si Atahualpa hubiera conseguido escapar de Pizarro, que lo capturó. Podría haber ocurrido, y yo lo he llevado todo mucho más allá: los incas llegan a Europa y acaban dominándola. Y luego llegan los aztecas. Hay sacrificios humanos sobre la pirámide del Louvre.

“Atahualpa masacra Toledo y las ciudades que se le oponen”

-¿Ha sido esta su novela más compleja de elaborar?

-Mmm… Mis tres novelas tienen una base histórica. En ‘La séptima función del lenguaje’ tuve que utilizar grandes conceptos filosóficos en una estructura policial, fue difícil, pero aquí el problema era distinto: el vastísimo campo tratado, que incluía vikingos, incas, aztecas, mayas, Carlos V y las monarquías europeas, protestantismo, Cervantes, las guerras africanas…

-Imita estilos literarios…

-El pastiche me interesa. La primera parte del libro es una saga nórdica, luego llegan los diarios de Cristóbal Colón, que fue lo más fácil de imitar, pudiera haber escrito centenares de páginas sin que se notara. Al final escribo a la manera de Cervantes, hay también los poemas de ‘Las Incadas’, que imita ‘Los Lusiadas’ de Camoes, incluyo unas supuestas cartas de Tomás Moro a Erasmo de Róterdam, fragmentos apócrifos de Maquiavelo, las crónicas a lo Bernal Díaz del Castillo…

 

Retrato del inca Atahualpa.

Retrato del inca Atahualpa. (Quai Branly)

 

-Vaya imagen: Atahualpa devorando ‘El príncipe’ de Maquiavelo…

-Mi Atahualpa tiene cosas de Cortés y de Pizarro, también de Carlos V, es un oportunista que sabe aprovechar lo que se pone a su disposición. Es una máquina política, un estratega eficaz.

-¿El verdadero era así?

-Sabemos que tenía un físico y una conversación muy agradables, incluso los españoles lo vieron de modo positivo. Era idolatrado, carismático. Y capaz de ejercer la crueldad de los jefes de Estado, como Cortés, que masacró pueblos enteros.

-¿Por qué no Huáscar o Moctezuma?

-Porque Atahualpa es el capturado por Pizarro.

-¿Cómo seríamos hoy de ser su novela hechos reales?

-Eso es lo interesante: plantearlo todo como un juego lógico a partir de unos hechos iniciales diferentes. La novela se basa en un videojuego homónimo al que jugué mucho de joven, empezabas en la prehistoria e ibas construyendo un mundo. Las cosas siempre hubieran podido ser de otro modo. La fatalidad histórica no es tal. El azar, la casualidad, las personas… juegan un gran papel.

-Atahualpa, como rey de España, revoca la expulsión de moriscos y judíos. ¿La Europa inca es más tolerante?

-No estoy seguro. Lo que cambia es la religión: el culto al Sol. Y que los incas son como los romanos: dejan a la gente que siga con sus costumbres previas, son menos proselitistas. Atahualpa avanza por España y Europa como Cortés en América: masacra Toledo, todo lo que se le opone. Inca o español, un soldado es un soldado. Las diferencias eran culturales y económicas, pero como gobernante quiere el poder, un imperio y, a poder ser, en paz. No es tan diferente de Carlos V.

“Tomás Moro le escribe a Erasmo que el rey de Inglaterra, convertido al culto al Sol, ha transformado los templos en burdeles con vestales”

-Hay mucho humor: Tomás Moro escribe a Erasmo que el rey de Inglaterra, convertido al culto al Sol en vez de al anglicanismo, “ha convertido los templos en burdeles”.

-La ucronía bebe de la ironía. Juego, me divierto. A Moro, los templos con las jóvenes vestales le parecen un burdel, pero es su punto de vista.

-Las mujeres ¿están mejor bajo los incas?

-No estoy seguro. En la Europa cristiana hubo bastantes mujeres importantes: la mujer de Carlos V gobernaba España, en los Países Bajos hay varios ejemplos, en Francia tenemos a Catalina de Médicis, y en ultramar Cortés conquistó México gracias a su amante y traductora, que me ha inspirado el personaje de Higenamota, la compañera de Atahualpa.

-Cuesta imaginarse a Miguel Ángel pintando otra cosas que escenas bíblicas…

-¿Verdad? Ticiano, en cambio, no cambia gran cosa, sigue su mismo estilo de retratista, con modelos diferentes, es el pintor oficial de Atahualpa. Miguel Ángel acepta encargos para ensalzar la religión solar. Aparece El Greco también, me divierto imaginando y describiendo cuadros imaginarios.

-¿Y por qué Cervantes como personaje?

-Quería una elipsis, mostrar que nada se detiene con la muerte de Atahualpa. Quise narrar la batalla de Lepanto reconfigurada según los nuevos preceptos históricos. Y Cervantes era un testigo perfecto.

-Que aquí trata a Montaigne, nada menos.

-Hago que Cervantes viaje a América. Y parte de Burdeos, donde estaba Montaigne.

“Miguel Ángel pinta obras para ensalzar la religión del Sol, y Ticiano hace retratos de Atahualpa”

-Estamos en pandemia. En su libro, los virus son clave.

-Como en la historia real. Pero los ‘indios’, en la novela, ya han desarrollado anticuerpos, tras haberse mezclado con los vikingos, y serán los europeos los que morirán al entrar en contacto con ellos. El 90% de los indígenas murieron, en muchas zonas, por los microbios europeos.

-¿El coronavirus va a cambiar la historia?

-De momento, ha provocado una pausa sin precedentes, una parada del capitalismo que parecía imposible. Se ha dejado de producir de golpe, un microbio ha detenido la lógica enloquecida del sistema.

-¿En qué trabaja?

-En la adaptación a serie de ‘Civilizaciones’, una coproducción entre Francia y EE.UU.

-Pero hay barcos transoceánicos, batallas épicas, escenas de masas…

-Será muy cara, sí.

 

 

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