CATALUÑA El ritmo de fuga de Cataluña llega a 20 empresas por hora en el Registro Mercantil
La creación de sociedades cae un 26% en Cataluña, mientras sube un 14% en Madrid. 700 empresas han salido de Cataluña desde el 1 de octubre.
El ritmo de solicitudes de salida de empresas en los registros mercantiles de Cataluña es insólito e impropio de una de las comunidades teóricamente más prósperas de la cuarta economía del euro. La llegada de empresas en el horario del Registro que piden cambio de domicilio social ronda las 20 por hora desde el pasado día 9, según los últimos datos oficiales del Colegio de Registradores. En los mayores días de tensión, en torno a la declaración y suspensión de la independencia realizada por el presidente de la Generalitat Carles Puigdemont, llegó a superar las 25 por hora.
En total, han salido ya 700 sociedades y en las solicitudes de cambio de domicilio se percibe que se disparan o descienden en función de si se ve más o menos próxima la secesión. En los últimos días ha descendido el ritmo desde que Puigdemont no ha confirmado la declaración de independencia y el Gobierno de Mariano Rajoy ha asegurado que no la permitirá.
En todo caso, el goteo continúa. El pasado día 16, último dato disponible, dejaron su sede social en Cataluña otras 68 empresas, aunque sin llegar a las 212 que en un solo día, el lunes 9, se pasaron por el Registro Mercantil cuando quedaban horas para la comparecencia de Puigdemont en el Parlament.
La secuencia muestra que fueron los grandes bancos y empresas los que dieron el pistoletazo de salida. Desde el día después del referéndum ilegal hasta el día 7, solo cambiaron de domicilio CaixaBank, Banco Sabadell, Gas Natural y un reducido ramillete de sociedades. Pero su decisión, alertó a empresas de menor tamaño que iniciaron la desbandada. El lunes 9 se fueron las citadas 212 sociedades y el día 10, otras 177. Al día siguiente, abandonaron 155 más y, tras el festivo del 12, siguieron otras 81, pese a que Rajoy expresó garantías de que se restablecería la legalidad.
Entre la fuga hay empresas de todos los sectores, desde la emblemática Codorníu -en Cataluña desde 1551-, hasta la sociedad de valores GVC Gaesco Beka, que preside Ángels Vallvé, hermana del vicepresidente de la asociación independentista Òmnium Cultural. Este último, Joan Vallvé, participó en el consejo de administración que decidió cambiar la sede en Madrid para garantizar la seguridad jurídica de la sociedad.
No es sólo el cambio de domicilio lo que distingue a la economía catalana del resto. El Colegio de Registradores ha publicado también datos correspondientes al tercer trimestre del año que muestran ya un fuerte contraste de optimismo empresarial entre Cataluña y la Comunidad de Madrid, pese a que no recogen aún el mes de octubre.
Según estos datos el número de empresas que se crearon en Cataluña entre junio y septiembre cayó un 26%, frente al 11% de caída media en toda España. Sin embargo, el número de sociedades creadas en Madrid subió un 14%. La directora de coordinación registral, Ana del Valle, declaró ayer a la Cadena Cope que el número de empresas que han ampliado capital en el tercer trimestre cayó un 12,2% en Cataluña, mientras que la media nacional de disminución fue del 1,7%. Las operaciones de aumento de capital en Cataluña han bajado un 12,2%, mientras que en el conjunto de España la disminución fue del 1,7%.
El presidente de la patronal catalana Foment del Treball, Joaquín Gay de Montellá, aseguró ayer en Antena 3 que el impacto de lo ocurrido en estas semanas no podrá ser superado hasta 2022. «En dos años vamos a llevarnos por delante dos generaciones de trabajo en Cataluña», afirmó, porque la «economía quiere seguridad jurídica».
Además, subrayó que se necesitarán «cinco años para superar esta situación» y poder volver a la «normalidad» desde el punto de vista económico, contando que no se produzca la declaración unilateral de independencia, en cuyo caso la debacle sería muy superior.
La agencia de calificación de solvencia Moody’s ha aplaudido la decisión de las grandes empresas del Ibex de abandonar Cataluña como sede social porque eso es positivo para su solvencia y su seguridad jurídica, asegura.