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En un postergado discurso, Donald Trump llamó a la unidad y “a curar viejas heridas” en Estados Unidos

En el tradicional mensaje sobre el Estado de la Unión, también insistió en la necesidad del muro en la frontera con México.

Ante un Parlamento renovado, con su rival Nancy Pelosi sentada a sus espaldas siguiendo paso a paso cada una de sus palabras, el presidente Donald Trump pronunció finalmente este martes a la noche su postergado discurso sobre el Estado de la Unión en el que hizo un llamado a la unidad. “Juntos podemos romper décadas de parálisis política”, dijo Trump, aunque insistió también en temas divisivos como la construcción del muro en la frontera.

En el horario de mayor audiencia televisiva, en el recinto legislativo con diputados, senadores, funcionarios, jueces de la Corte e invitados especiales, Trump habló a los estadounidenses sobre las prioridades en el segundo tramo de su Gobierno. Estaba previsto que ofreciera su mensaje el 29 de enero pero fue aplazado, a sugerencia de la líder de la Cámara de Representantes, por el cierre de la administración que duró más de un mes. Como jefa de la nueva mayoría demócrata en diputados, Pelosi estaba ubicada detrás de Trump, junto al líder del senado, el republicano Mitch McConnell.

El tema principal del mensaje presidencial fue “Eligiendo grandeza”,una frase que evoca a su famoso “Make America Great Again”. En ese marco, Trump mencionó algunas de las que considera conquistas de su gestión como la reforma de justicia criminal y el retiro de tropas de Afganistán y Siria. Con una popularidad que apenas supera el 30%, Trump ingresa en el segundo tramo de su mandato con la idea de recuperar la iniciativa para poder encarar su reelección en 2020, con una economía que tuvo su pico de prosperidad pero que ya brinda algunas señales de desaceleramiento.

En tono conciliador, Trump también destacó algunos aspectos en los que hay consenso entre demócratas y republicanos como proyectos de infraestructura y bajar los costos de los medicamentos. “Podemos cerrar viejas divisiones, curar viejas heridas, construir nuevas coaliciones, forjar nuevas soluciones y destrabar el futuro extraordinariamente promisorio de Estados Unidos. Es una decisión nuestra”, dijo el presidente.

Uno de los temas más esperados de la noche fue el de la inmigración, ya que la construcción del muro en la frontera con México y los 5.700 millones de dólares que demanda ese proyecto fueron las razones del reciente choque entre demócratas y republicanos en el Congreso que paralizó la ley de presupuesto y que derivó en el cierre del Gobierno por 35 días. El “shutdown”, que dejó a 800.000 empleados públicos sin sueldos por más de un mes, finalmente fue levantado la semana pasada porque Trump tuvo que ceder a las presiones de los demócratas piloteados por Pelosi para seguir negociando el presupuesto, que deberá definirse antes del 15.

Trump ha amenazado varias veces al Congreso con declarar la emergencia económica por una “grave crisis” en la frontera, y así poder liberar los fondos para el muro, sin el aval de los legisladores. En un principio se pensó que podía utilizar el discurso para lanzar esta iniciativa, pero finalmente no lo hizo, seguramente en aras del tono conciliatorio y para no complicar la negociación estos días.

Igualmente Trump insistió en que la inmigración es un tema de seguridad nacional y que la crisis de la zona se solucionaría con la construcción del muro, una de las promesas clave de su campaña. Algunos de los invitados del presidente al recinto también marcaron el tema ya que entre ellos figuraban la hija, la nieta y la bisnieta de Gerald y Sharon David, que este enero fueron asesinados en su casa de Reno (Nevada) por un inmigrante sin papeles.

Trump buscó un tono conciliador en su mensaje. Foto AFP

Trump buscó un tono conciliador en su mensaje. Foto AFP

 

 

Trump también invitó a Matthew Charles, que tras 22 años en la cárcel por vender drogas en enero se convirtió en el primer preso beneficiado por la reforma criminal promovida por el presidente y ese fue otro asunto que destacó el presidente. También estaba Ashley Evans, que se ha recuperado de su adicción a los opiáceos y recientemente celebró su primer año de abstinencia. El presidente destacó su preocupación por esta crisis que viene azotando sobre todo el interior del país, que afecta a 4 millones de estadounidenses y que causa unos 200 muertos por día. Otro de los invitados fue Joshua Trump, un alumno de primaria que es acosado por sus compañeros por su apellido.

El presidente también aprovechó la oportunidad para aumentar la presión sobre el venezolano Nicolás Maduro, quien considera que debe dejar el poder “ilegítimo” que detenta y dar paso a elecciones “libres y justas”. En el recinto estaba Carlos Vecchio, el enviado a Washington del líder opositor Juan Guaidó, quien se declaró presidente interino de Venezuela.

 

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