Milos Alcalay: Esta guerra cambia toda la visión del orden internacional
La solidaridad planetaria es impresionante pero la valentía es de los ucranianos
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_ Una nueva geografía humana está dibujándose en el contexto mundial.
_ El fuego viene de Moscú y tiene que cesar en Moscú
_ La primera gran ruptura de este conflicto es la religiosa
_ Venezuela tiene una visión geográfica muy peligrosa y confusa
Entrevista de MACKY ARENAS
_ ¿Qué balance podemos hacer de esta guerra que el propio Papa Francisco ha calificado de sacrílega?
_ Una situación lamentable para Ucrania, para Rusia y para el mundo. La guerra de una superpotencia militar, a pesar de que no es la misma fuerza de la Unión Soviética, ha desequilibrado el mundo entero, en la dimensión geopolítica, geoeconómica y geosocial. Un país que ha enfrentado lo que nadie podía haber visto hace un año: la valentía con que el pueblo ucraniano ha resistido la invasión rusa, la guerra de Putin, muestra una acción que nadie habría pensado. Si bien Ucrania ha recibido la ayuda de una OTAN cautelosa, de los países europeos y de Estados Unidos, son intervenciones indirectas, proporcionándoles armas de defensa. La valentía es de los ucranianos. Esto cambiará toda la visión del orden internacional.
_ Hay quienes se refieren a esta etapa como un año de caos. Otros dicen que ha sido un año de independencia. ¿Qué ha sido?
_ Ambas cosas. Se ha generado un caos que no es solamente entre Ucrania y Rusia, sino que ha impulsado una solidaridad planetaria impresionante. Putin, con su megalomanía, empujaba a Rusia a actuar de manera imperial con Chechenia, Georgia, Bielorrusia, con la misma Ucrania en algunos sectores de ese territorio. En esos casos las reacciones eran bastante tímidas. Con la invasión del 24 de febrero hubo otra cosa, una respuesta que nadie se esperaba. Europeos que dependían del gas de Rusia se anotaron rechazando la guerra de Putin. Inicialmente, las sanciones tuvieron un efecto boomerang, a pesar de que Putin sostiene que no los afectó. Pero afectó también a Europa creando desequilibrios y crisis económica. No obstante, los europeos y los Estados Unidos han mantenido una línea de principios que no hicieron con situaciones anteriores. Ha sido como un “¡basta ya!”. No están dispuestos a permitir más desmanes. Un poco lo que ocurrió con el nacional-socialismo que usó la disculpa de las minorías alemanas para invadir a los Sudetes, a Polonia… hasta que un Churchill, un De Gaulle dijeron: “No vamos a continuar permitiendo esto”. Y el basta de los ucranianos ha parado en seco esa pretensión de Putin, la cual venía cargada de veneno pues siendo una guerra en toda regla, ladinamente la llamaron “operación especial”.
Hablo de “guerra de Putin” porque con la disolución de la Unión Soviética, ese objetivo de no permitir que países que habían estado bajo su órbita como Hungría, Lituania, Estonia, Rumania, Bulgaria, Checoslovaquia, pasaran, soberanamente, a formar parte de la Unión Europea fue imposible de frenar. Esos países querían pertenecer a un entorno, no paneslavo, no dependiendo de Moscú, sino de Bruselas. ¿Mejor o peor?, no lo sabemos, pero esa fue su decisión soberana. La cortina de hierro ya no existe y Putin no se ha enterado porque sigue mezclando la megalomanía de Stalin junto con la de los zares, algo explosivo que lleva en el ADN. La consecuencia, dentro de Rusia, es que cualquiera que se opone a ello es un traidor a la patria, lo cual explica que tantos jóvenes rusos hayan emigrado pues no quieren formar parte de semejante realidad.
_ El pueblo ruso debe estar sufriendo lo indecible. Sobre todo, las madres…
_ Inimaginable. Con todo el terror promovido por el genocida Stalin, cuando en 1945 se crearon las Naciones Unidas, él, durante las reuniones preparatorias aprobó la Carta de las Naciones Unidas. La Unión Soviética se convirtió en uno de los cinco miembros permanentes y, si bien inmediatamente comenzó la Guerra Fría, ese país respetaba algunos puntos claves internacionalmente derivados de esos acuerdos. Apoyaba a Corea del Norte, es verdad, apoyaba guerras como las de Afganistán, pero ella, la Unión Soviética, defendía los postulados que se habían aprobado. Putin no respeta nada.
En medio de su error de cálculo, Putin esperaba una aceptación más pasiva por parte de Ucrania frente a sus acciones por ser el vecino más poderoso; tampoco esperaba una implicación significativa de otros países. Ello ha conducido a un conflicto prolongado, aparentemente sin final a la vista. ¿O tiene final?
_ Habrá un final, claro está. Un analista decía: “Esta guerra, después de un año, es muy fácil definirla. Si Rusia decide frenar la acción militar, la guerra termina. Pero si Ucrania decide frenar la acción militar, acaba Ucrania”. En otras palabras, la dimensión de sobrevivencia para Ucrania no es la misma que los efectos que puede tener en Rusia. Si Ucrania cede al chantaje de fragmentar las cuatro provincias rebeldes, está liquidada. Por cierto, Rusia no se limitó jamás a ellas sino que sus grandes baterías han ido contra Kiev.
_ Por ello La Santa Sede acierta cuando plantea un alto al fuego por parte de Rusia…
_Correcto, porque el fuego viene de Moscú y tiene que cesar en Moscú. La agresión venía también contra Moldavia, Polonia incluyendo amenazas a otros países, así que la decisión de hacer un frente y detener a Putin es un asunto de sobrevivencia. Lo mismo que sucedió con Hitler. Ahora se ve claro.
_Es posible que Ucrania pueda soportar todo y mantener su independencia. Al menos es lo que hasta ahora han demostrado. ¿Podrá esto ser una realidad sin la Unión Europea?
_ Allí entra el tema de la OTAN, el cual es sumamente delicado. Si Ucrania entra en la OTAN, que es la aspiración de Zelenski -y que también lo fue anteriormente- significa que por los acuerdos, habría que intervenir militarmente en su defensa y atacar a Moscú. Y el problema es que Rusia es un país nuclear. Ante dichos escenarios, ya algunos hablan de que estamos en la Tercera Guerra Mundial. Por primera vez se ha utilizado la Carta de la ONU, aprobada por Stalin, donde se prohíbe el uso de la fuerza y el uso de la amenaza de la fuerza, en este caso la nuclear. Es por ello que se han enredado entre micrófonos a decir que si dijeron o no dijeron. Pero ciertamente hubo claras menciones de Putin y Sergei Lavrov acerca del uso de la fuerza nuclear. Eso nunca antes se había presentado, pero esto es una flagrante violación al derecho internacional.
Me pregunto, ante el tema que plantea, cuánto tiempo podrá resistir Ucrania. Por supuesto que hasta ahora lo ha hecho admirablemente pero hasta cuándo podrá con la destrucción, la pérdida de vidas humanas… la guerra tiene que frenar del lado de Rusia. El Papa tiene razón.
_ ¿Cuáles vías estarían a la vista?
_ No hay que ceder a la tentación de empujar a China a una postura incondicional a favor de Putin.
_ Hasta ahora China había sido muy cautelosa – aunque se nota inclinación hacia Rusia, al menos frente a los micrófonos, mencionando de tanto en tanto la situación de Taiwán- pero ahora se habla crecientemente de su papel crucial en esta etapa. Hay analistas que sostienen que es una potencia militar asimétrica, capaz de disuadir pero con armamento inferior. ¿Se podría visualizar un primer ataque por parte de Washington, aun sabiendo que China podría destruir también parte de su territorio?
_ Sería un grave error de la OTAN y de EEUU. No puedes tener varios frentes. La visión de China es no identificarse con las superpotencias, siempre se ha cuidado mucho de ello. China tiene sus propios intereses comerciales y tecnológicos de expansión. Inteligentemente no han desviado su objetivo y ha sido una especie de bola de nieve hasta para los EEUU, que han tratado de frenar el asunto. Una guerra económica puede estar planteada pero China podría jugar un rol muy interesante en los espacios internacionales para condenar el tipo de guerra que hoy martiriza a Ucrania. Recordemos la apabullante derrota de Rusia en la Asamblea General de Naciones Unidas, incluidos los países del sur. China podría contribuir a permitir que la comunidad internacional aísle la expansión imperial rusa en Ucrania.
_ Hemos hablado de caos, pero pareciera que se ha instalado más bien en el orden internacional a pesar de toda la articulación para apoyar decididamente a Kiev. ¿Cómo ha cambiado el mundo este año? Naciones Unidas ha descrito la situación como “el desplazamiento forzoso de población más rápido desde la II Guerra Mundial”. ¿Cómo ha afectado esto a los países receptores?
_ Muchísimo. Hoy no solo son los refugiados ucranianos, son los latinoamericanos que van hacia EEUU, son los refugiados del sur del Sahara que van a Marruecos para saltar la valla, son los de Afganistán, los de Siria. Hay una nueva realidad donde el tema ucraniano se suma a ese desplazamiento humano de grandes proporciones que ya era muy grave. Una nueva geografía humana se está dibujando en el contexto mundial.
_ ¿Cuál es la real amenaza que significa hoy Rusia para la seguridad interior de Europa? ¿O para nuestro continente…o para Venezuela, que se ha asomado a un conflicto que no es de ella?
_ El conflicto de Putin ha reunido, al menos en el discurso, a todos los que tienen una visión autocrática, expansionista, totalitaria, frente a quienes defienden los principios de libertad, democracia, pluralismo y autodeterminación. De allí el peligro de unir a China con Rusia. A Venezuela la ha salvado el hecho de ser un país maula y no tener que votar en Naciones Unidas. Pero se aísla torpemente del contexto latinoamericano, de esos países de la nueva izquierda de este siglo XXI que han sido mucho más claros en cuanto su relación con EEUU, sin ser incondicionales. Son posturas más inteligentes que las de Venezuela, Nicaragua o Cuba. Venezuela tiene una visión geográfica muy peligrosa y confusa pues lo que está claro para los EEUU es que, tal y como están las cosas, representa una amenaza para su seguridad y la seguridad hemisférica.
_ A un año de los combates, ¿qué clase de guerra tenemos hoy, cómo ha cambiado el conflicto? Un reportero ruso escribió por estos días: “Después de un año de esta guerra, está claro que Vladimir Putin ha fracasado en su principal objetivo: destruir a Ucrania. Sin embargo, lo que sí ha conseguido es destruir a Rusia, su clase media, su intelectualidad, sus élites culturales”. ¿Hacia dónde va Rusia? ¿Ha cambiado este conflicto, al cabo de un año?
_ Si. El aparato del Kremlin ha manejado un discurso falseado de la realidad. Parecido a las cadenas de televisión acá tratando de presentar una Venezuela que se arregló, que hay prosperidad y abundancia, cuando la realidad es otra. Putin utiliza la mentira, y una maquinaria de propaganda que tiene sus efectos en algunos sectores. Si a eso le sumas la persecución a la disidencia, los que salen al exilio, el drama de volver a situaciones de precariedad que han marcado el pasado de los rusos, el panorama es dantesco. La batalla de la opinión real dentro de Rusia, de la Rusia real, está manipulada completamente por ese sistema totalitario. Las cosas no son tan evidentes para el ruso. Pero la procesión va por dentro y tarde o temprano, eso implosiona. A corto plazo y a pesar de la desinformación, las tenazas del mundo contra Putin culminarán su trabajo.
_ A un año sorprenden las críticas contra Zelenski. ¿Será parte de la desinformación rusa o ciertamente cede a la tentación del autoritarismo?
_ Pienso que todo poder desgasta y no por estar en guerra las figuras de liderazgo están inmunes a la crítica. Pero sólo puedo decirte que asumió una responsabilidad grave en una coyuntura extremadamente dura y, hasta este momento, ha logrado representar una posición extraordinariamente firme que lo ha llevado a encarnar a la Ucrania profunda en los contextos más variados, en el mundo entero. No hay que olvidar que hay una campaña sistemática contra Zelenski en la que toman parte sus enemigos internos y externos. El objetivo es romper la unidad en torno a ese liderazgo clave en un momento de guerra. Al comienzo lo etiquetaron de nazi y resulta que su familia murió en los campos de exterminio por ser judíos. La devastación en Ucrania no se debe a Zelenski. El enemigo es otro. Eso lo ve con nitidez Ucrania y el mundo.
_ Hay una orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional contra Putin. Zelenski la calificó de histórica. ¿Pero qué significa exactamente? ¿Puede Putin ser detenido en el contexto de la guerra entre Ucrania y Rusia para ser juzgado por el tribunal de La Haya?
La orden de detención contra el Presidente Putin por crímenes de guerra, especialmente por el traslado ilegal de 16.000 niños ucranianos a Rusia, ha sido respaldada a nivel internacional por las más destacadas personalidades. Ante este nuevo aislamiento, Putin ha querido restarle importancia viajando de imprevisto a Crimea y a la zona recientemente ocupada. Pero este hecho no puede borrar la condena tanto de la CPI como de la opinión pública mundial.
En relación a si Putin puede ser juzgado, es evidente que sí por lo dispuesto en el Tratado de Roma y ello puede limitar sus desplazamientos impidiéndole pisar territorio de países que quieran cumplir con el mandato penal internacional. Es la primera vez que el Tribunal Penal Internacional dicta una orden de detención contra un Jefe de Estado de los 5 miembros permanentes del Consejo de Seguridad.
Es por ello que Zelenski calificó de histórica la orden de detención que aun cuando será difícil ejecutarla, muestra el rostro de un Jefe de Estado responsable de las mayores atrocidades.
_ ¿Cómo queda el cuadro religioso que por estos días se agitó de nuevo por las protestas de los ortodoxos rusos dentro de Ucrania?
_ La invasión de Rusia a Ucrania y el respaldo del patriarca ruso Kiril a Putin a la guerra, se explica pues la Iglesia Ortodoxa no es universal como la Católica, sino autocéfala y siempre el patriarca ha estado al lado del poder. Pero los ucranianos rompen con eso y por ello están ante un cisma. Los ortodoxos ucranianos, que antes dependían del patriarca de Moscú, han roto para tener su propia Iglesia Ortodoxa al lado de Zelenski. La primera gran ruptura de este conflicto es la religiosa. Ahora, no todo ortodoxo está con el patriarca Kirill. Además, las relaciones con otras confesiones religiosas se complican en un mundo que tiende al ecumenismo que tanto ha fomentado el Papa Francisco quien, por cierto, ha hecho todo para mediar, facilitar y propiciar entendimientos que hagan posible el fin de una guerra que está causando toda clase de conflictos derivados de ella.
_ Evaluemos el rol de los factores internacionales: ¿Se justifica que una guerra tan cruel, después de tanto camino andado por la humanidad, no encuentre quien la detenga? ¿Podemos decir que moralmente se está haciendo lo posible, más allá de dotar a Ucrania de armamento, para terminar esta guerra? Y la referencia no es sólo a los organismos internacionales, sino a los poderosos del mundo, que están y actúan…
_ Es bueno distinguir dos cosas. Una, pocos pensaban que esta guerra podría resistir tanto en el tiempo. Lo que ocurre hará mella en los organismos internacionales los cuales, después de grandes catástrofes, entran en reacomodos con una tendencia muy leve, pero cada vez más constante, de replantearse el mejoramiento del orden internacional. Pasó con Westfalia, con el Tratado de Versalles, con Naciones Unidas.
_ ¿Tendrán conciencia de que un mundo atónito e incrédulo observa la destrucción de un país y el sufrimiento de tantos seres humanos? ¿Cómo, después de tanto camino recorrido, de tanta guerra y experiencia sobre ellas, puede llegar cualquier troglodita megalómano con ganas de apropiarse de un país y no haya manera de frenarlo? Allí tenemos a la OTAN, con tanto poder acumulado y…
_Hay casos en que han actuado. La invasión de Kuwait por Irak hizo que el Consejo de Seguridad votara plenamente para eliminar las fuerzas de Sadam Hussein y sacarlas de territorio kuwaiti. Hay fuerzas de equilibrio que se crearon en Potsdam, en San Francisco con la Carta de Naciones Unidas, que no permiten una situación como la de Kuwait y donde todos estaban de acuerdo. Igualmente con la Libia de Kadafi y Yugoslavia. En esos casos pasó, pero el tema es muy complicado. Hay que rediseñar las acciones y no siempre los cinco grandes están conformes, por ejemplo, con el asunto de la eliminación del derecho a veto. ¿Cómo Rusia va a vetar que se trate el tema de la guerra de Putin contra Ucrania? Eso es casi un chiste. Allí están los nudos y hay que buscar mecanismos que permitan a los organismos internacionales actuar de manera más ejecutiva en los casos de violaciones y delitos de lesa humanidad y que se muevan con la velocidad requerida. Recordemos que tenemos 192 países en Naciones Unidas con intereses distintos. Y sería procedente poner empeño en conseguir los objetivos de desarrollo sostenible, entre los cuales está la paz. Es decir, mejorar las condiciones para evitar que situaciones como la de Ucrania ocurran. Son las llamadas Metas del Milenio.-