Analítica / Votar o No Votar: El Falso Dilema
La decisión de participar en las elecciones no debería ser un dilema, especialmente tras los eventos del 28 de julio, cuando se ignoró la voluntad popular. En ese momento, el CNE y el TSJ proclamaron a Maduro sin haber totalizado las actas electorales ni presentar evidencia que respaldara tal decisión. ¿Qué argumento sensato y democrático puede justificar una participación controlada por el mismo CNE, ratificada posteriormente por el TSJ?
El principal argumento a favor de votar es la preservación de espacios políticos. Sin embargo, las experiencias de elecciones regionales anteriores nos han enseñado que esos supuestos espacios ganados son rápidamente cooptados por el régimen, o se les asigna una autoridad paralela que recibe los recursos financieros necesarios para operar.
Lo más alarmante es que, al aceptar participar, se estaría convalidando lo sucedido el 10 de enero, enviando un mensaje al mundo de que aquí no ha ocurrido nada. Aquellos que insisten en la necesidad de votar parecen ignorar las encuestas, que indican que la inmensa mayoría de los venezolanos no tiene intención de participar en las elecciones.
En este contexto, ya no se trata del dilema clásico de Hamlet, «ser o no ser», sino de una cuestión más compleja: «ser o no ser demócrata».
