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Ante la Sensación de peligro del GOP, los musulmanes se movilizan para votar

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Muryem Quadri, una chica musulmana de 18 años, asistió recientemente a una reunión del precandidato del partido Demócrata Bernie Sanders, en Chicago. CreditSam Hodgson for The New York Times

WASHINGTON – Los musulmanes estadounidenses están viendo con creciente horror como Donald J. Trump y el senador Ted Cruz batallan por la nominación presidencial republicana, intentando superarse en sus propuestas provocadoras contra los musulmanes, que incluyen el que se abran registros de los mismos, prohibición de su inmigración y que flotas de la policía patrullen sus vecindarios.

Ante el fracaso de mesas redondas, reuniones, y comunicados de prensa, los grupos defensores de los derechos de los ciudadanos musulmanes están planeando defenderse de tales políticas que consideran hostiles con una estrategia más proactiva: promover el voto musulmán.

Organizaciones como el Consejo de Relaciones Americano-Islámicas (en inglés CAIR), el Círculo Islámico de América del Norte, y el Consejo de Organizaciones Musulmanas de EEUU, están animando a las mezquitas para que se conviertan en centros de inscripción de votantes antes de noviembre, con el objetivo de poder hacer oír su voz en las elecciones. Se espera que las campañas de inscripción se aceleren significativamente en junio, durante el Ramadán, cuando la asistencia a los centros islámicos es mayor.

«El miedo en la comunidad musulmana estadounidense nunca ha alcanzado este nivel», dijo Ibrahim Hooper, portavoz de CAIR. «La ola anti-islámica está estimulando la participación ciudadana.«

Los musulmanes tendían a favorecer el partido Republicano en fecha tan reciente como 2000, pero una reacción violenta después de los ataques del 11 de septiembre de 2001, junto con las políticas de Oriente Medio de la administración de George W. Bush, los ha llevado a un cambio gradual a favor de los demócratas. El año pasado una encuesta del Pew Research Center destacó que el 70 por ciento de los musulmanes estadounidenses se identifica con el Partido Demócrata, mientras que sólo el 11 por ciento se considera republicano.

Aunque los musulmanes representan sólo alrededor del 1 por ciento de la población en los Estados Unidos, los grupos de derechos civiles han fijado la meta de inscribir un millón de nuevos votantes. Los esfuerzos se centrarán en estados clave como Ohio y Florida, que tienen grandes poblaciones musulmanas, lo que podría dar al pequeño, pero unido bloque de votantes, el poder para inclinar a favor de sus candidatos las elecciones más reñidas.

«La mejor respuesta a esta retórica anti-musulmana es la participación en el proceso político», afirmó Naeem Baig, el presidente del Círculo Islámico de América del Norte. «Para la comunidad musulmana estadounidense es una cuestión de supervivencia.»

Al igual que muchos musulmanes, el Sr. Baig dijo que el actual ataque dirigido a los estadounidenses que practican el Islam es el peor que él recuerda. La violencia contra los musulmanes y los ataques contra las mezquitas aumentó el año pasado, y los padres musulmanes dicen que sus hijos están siendo intimidados en la escuela. Incluso la iniciativa de inscripción de nuevos votantes ha sido criticada en algunos círculos, con sitios web como Creeping Sharia  quejándose de la posibilidad de una mayor participación de los musulmanes en la política estadounidense y sugiriendo que «el problema de la iniciativa de CAIR es que nadie que siga el Corán honestamente puede también pretender seguir la Constitución. «

El talante de la campaña presidencial está siendo culpado por avivar esas llamas, con Donald Trump teniendo gran parte de la responsabilidad por ello.

Este mes, Trump sugirió en una entrevista que «el Islam nos odia», así como enfureció a muchos musulmanes el año pasado con su idea de una moratoria de inmigrantes de ese grupo humano. También ha hablado del supuesto mito de un general estadounidense que ejecutaba musulmanes con balas sumergidas en sangre de cerdo; ello citado como un ejemplo nostálgico de fortaleza.

Ted Cruz, un republicano de Texas, también ha sido acusado de agitar el sentimiento anti-musulmán. La semana pasada nombró a Frank Gaffney, quien es conocido por sus teorías conspirativas sobre la propagación de la sharia en Occidente, como miembro de su equipo de política exterior. Y después de los ataques terroristas por parte del Estado Islámico en Bruselas, Cruz fue más lejos que Trump al pedirle a las autoridades que «patrullen y aseguren los vecindarios musulmanes.»

Tal lenguaje no pasa inadvertido a los musulmanes estadounidenses, y los líderes en el Centro Islámico Al-Dar Hiyrah en Virginia han estado llevando a cabo talleres de educación electoral. «Estamos viendo una energía que está motivada en gran parte por el sentimiento anti-Trump,» dijo Colin Christopher, el director adjunto de asuntos gubernamentales de Dar Al-Hégira. «La ventaja de esto es que nuestra comunidad va a ofrecer más recursos para incluir líderes jóvenes en el proceso político.»

Es demasiado pronto para evaluar si tales esfuerzos de registro de votantes están teniendo éxito, pero CAIR dice que se está generando una gran cantidad de energía gracias al movimiento. Sus encuestas han mostrado que alrededor de tres cuartas partes de los musulmanes que están registrados para votar lo harán en las elecciones primarias, y se espera que dos tercios de ellos voten por los candidatos demócratas.

Ghazala Salam, la presidenta del Caucus de Norteamericanos Musulmanes del partido Demócrata de Florida, estima que el registro de votantes musulmanes en su estado subió en casi un 20 por ciento en un año, y que una gran cantidad de musulmanes republicanos han cambiado de afiliación partidista. Indicó asimismo que sus activistas estaban estableciendo mesas de inscripción en almuerzos y festivales, y que la ansiedad acerca de la elección ha estimulado a más personas a inscribirse. «Con toda la retórica que oímos, la comunidad está muy preocupada y temerosa por nuestra seguridad», dijo Salam.

En los casos en que los votantes potenciales son reacios a inscribirse, Reema Ahmad, una trabajadora comunitaria en Chicago, les recuerda lo que está en juego este año. Ella se ubica regularmente fuera de las mezquitas para reclutar nuevos votantes y, a veces, pregunta en voz alta a los asistentes si realmente quieren que Trump sea presidente. Ese argumento los hace detenerse y prestar atención.

«Es una de las principales tácticas que empleo,» dice la Sra. Ahmad, señalando la importancia de esta elección para los musulmanes. «Si no estás en la mesa de la cena, estás en el menú.»

 

TRADUCCIÓN: Marcos Villasmil

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EL ORIGINAL EN INGLÉS:

Feeling G.O.P. Peril, Muslims Try to Get Out Vote

WASHINGTON — American Muslims are watching in growing horror asDonald J. Trump and Senator Ted Cruz battle for the Republican presidential nomination, outdoing each other with provocative proposals that have included Muslim registries, immigration bans and fleets of police patrolling their neighborhoods.

With round tables, summit meetings and news releases falling on deaf ears, national advocacy groups are planning to fend off policies they consider hostile to Muslims with a more proactive strategy: driving up the Muslim vote.

Organizations like the Council on American-Islamic Relations, known as CAIR, the Islamic Circle of North America and the U.S. Council of Muslim Organizations are encouraging mosques to turn themselves into voter registration centers before the November election so that Muslims can make their voices heard at the polls. Registration drives are expected to ramp up significantly in June, during Ramadan, when attendance at Islamic centers peaks.

“The fear and apprehension in the American Muslim community has never been at this level,” said Ibrahim Hooper, a spokesman for CAIR. “The anti-Islamic tidal wave is spurring civic participation.”

Muslims tended to lean Republican as recently as 2000, but a backlash after the Sept. 11, 2001, attacks, along with the Middle East policies of the George W. Bush administration, has led to a gradual shift toward the Democrats. A Pew Research Center survey last year found that 70 percent of American Muslims identify with the Democratic Party, while just 11 percent consider themselves to be Republicans.

Although Muslims make up only about 1 percent of the population in the United States, civil rights groups have set a goal of registering a million new voters. Efforts will be focused on swing states such as Ohio and Florida that have large Muslim populations, potentially giving the small but united voting bloc the power to tilt close elections.

“The best answer to this anti-Muslim rhetoric is engagement in the political process,” said Naeem Baig, the president of the Islamic Circle of North America. “It is a matter of survival for the American Muslim community.”

Like many Muslims, Mr. Baig said that the vitriol directed at Americans who practice Islam is the worst that he can remember. Violence against Muslims and attacks on mosques increased last year, and Muslim parents say their children are being bullied at school. Even the voter registration push has drawn criticism in some circles, with websites such as Creeping Sharia lamenting greater Muslim engagement in American politics and suggesting that “the problem with CAIR’s initiative is that no one who follows the Quran can honestly claim to follow the Constitution.”

The tenor of the presidential campaign is being blamed for fanning such flames, with much of the responsibility for this being placed on Mr. Trump.

This month, Mr. Trump suggested in an interview that “Islam hates us,” and he angered many Muslims last year with his idea of a moratorium on Muslim immigrants. He has also waxed nostalgic about a myth of an American general who executed Muslims with bullets dipped in pig blood, citing it as an example of old-fashioned toughness.

Mr. Cruz, a Republican from Texas, has also been accused of stirring anti-Muslim sentiment. Last week he appointed Frank Gaffney, who is known for his conspiracy theories about the spread of Shariah law in the West, to his foreign policy team. And after the terrorist attacks by the Islamic State in Brussels this week, Mr. Cruz went further than Mr. Trump has gone by calling on the authorities to “patrol and secure Muslim neighborhoods.”

Such language is not going unnoticed by American Muslims, and leaders at the Dar Al-Hijrah Islamic Center in Virginia have been holding voter education workshops. “We’re seeing an energy that is largely motivated by anti-Trump sentiment,” said Colin Christopher, the deputy director of government affairs at Dar Al-Hijrah. “The advantage of this is our community is going to put more resources to putting young leaders into the process.”

It is too soon to assess whether such voter registration efforts are succeeding, but CAIR says it is seeing a lot of energy behind the movement. Its polls have shown that about three-fourths of Muslims who are registered to vote planned to do so during the primary election season, and two-thirds of them expected to vote for Democrats.

Ghazala Salam, the president of the American Muslim Democratic Caucus of Florida, estimated that voter registration of Muslims in her state was up by almost 20 percent from a year ago and said that she saw a lot of Republicans changing party affiliations. She said that Muslim activists were setting up registration tables at luncheons and festivals and that anxiety about the election was spurring more people to sign up. “The community is very anxious and afraid about our security with all the rhetoric that we hear,” Ms. Salam said.

In cases where potential voters are reluctant to register, Reema Ahmad, a community organizer in Chicago, reminds them what is at stake this year. She regularly stands outside mosques to recruit new voters and sometimes will wonder aloud as prayer goers whisk by if they really want Mr. Trump to be president. It tends to stop them in their tracks.

“It’s one of the main tactics I employ,” Ms. Ahmad says, noting the importance of this election for Muslims. “If you’re not at the dinner table, you’re on the menu.”

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