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Aveledo: Béisbol, como la vida

Así como nos divide, porque si cada quien es de su equipo con pasión libre, gratuita y unilateral, también nos ofrece un espacio de encuentro en la diversión

Beisbol Negrito

 

Lo comprendo, pero no puedo evitarlo. Para unos octubre es mes dichoso, para otros un suplicio. Es mes esperado por los fanáticos del béisbol, ese deporte que forma parte del ADN nacional. Es la post-temporada de Grandes Ligas, donde esta vez participó docena y pico de compatriotas y el play ball de nuestra Liga. En estos días hay béisbol por todas partes, los canales de televisión, la radio, las redes y las conversaciones. Entramos en el casi cuatrimestre del chalequeo y de ese espacio de encuentro socio-cultural de todos, desde el gerente hasta el motorizado.

El juego de béisbol es una invención americana que llegó a Venezuela con el cambio de siglo, en 1895 lo sitúan Daniel Gutiérrez padre e hijo y Efraím Alvarez. El cómo tiene varias teorías. La hazaña de los héroes de 1941 le puso gasolina de avión al arraigo popular, como la elección democrática de la Reina del Mundial del cuarenta y cuatro o el nacimiento de rivalidades. Para acortar un cuento largo resumamos en la caraqueña nacionalizada de magallaneros y caraquistas que se remonta a la de aquellos con los “royones” y luego con los “cerveceros”. Gavilaneros y pastoreños en Maracaibo o americanos y japoneses en Barquisimeto, mientras en Carora la querella era entre Torrellas y Liceo, hasta que Buenos Aires y Cardenales complicaron más la cosa.

La relación entre béisbol y cultura, bien reflejada en el museo y salón de la fama en Naguanagua, Carabobo, no es nueva ni exclusivamente beisbolera o típicamente criolla. Literatura, pintura, escultura, música, aportan testimonios abundantes aquí y en todas partes. El arte imita a la vida y viceversa. En Venezuela hay libros muy buenos de historia, recuerdos nostálgicos, estadísticas. Pero puesto a escoger, opto por esos que relacionan la pelota con nuestra cultura nacional, con nuestro modo de ser. El Beisbol en Venezuela de Javier González, estudioso historiador de uña en el rabo de león es un pequeño tomo que releo con disfrute y recién, la amabilidad de su autor ha puesto en mis manos La Vida es como el Béisbol de Óscar Morales Rodríguez, venezolano residente en Viña del Mar, Chile.

Morales recoge frases del béisbol que usamos en nuestra cotidianidad como “estar en tres y dos” y otras que por su significado deberían estarlo, como “Lo difícil no es llegar, sino mantenerse”, para a partir de ellas, inspirarnos a hacerlo bien y hacer el bien porque, al final, nos hace bien. Le estoy muy agradecido. Sólo le comento que un índice ayudaría mucho a su bien editado trabajo.

Otra paradoja buena del béisbol, además de exigir planificación estratégica y aceptar lo inesperado, es que así como nos divide, porque si cada quien es de su equipo con pasión libre, gratuita y unilateral, también nos ofrece un espacio de encuentro en la diversión, la seguridad que nos da el respeto a reglas que se cumplen, la pedagogía positiva del trabajo en equipo y el aprendizaje del fracaso. Aparte de saber que siempre habrá otra oportunidad porque “El juego no se termina hasta que se acaba”.

 

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