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«El comunismo en Cuba está dando sus últimas pataletas»

El joven sacerdote Rubén Orlando Leyva Pupo, que vive en la Isla, pide a la Policía que "se una al pueblo"

Otro sacerdote alza su voz en contra de la represión desatada tras el 11 de julio y, como la mayoría de manifestantes aquel domingo, es muy joven. Se trata de Rubén Orlando Leyva Pupo, informático y apenas ordenado padre vicentino el año pasado.

«Los que ostentan el poder político, militar y económico en Cuba tienen ahora la oportunidad de acabar de enterrar este sistema obsoleto, absurdo y oscuro que es el comunismo y que está dando las últimas pataletas»escribió Leyva Pupo en sus redes sociales el domingo.

En la misma publicación, el religioso añadió que «Cuba está muriendo» y que no se puede cerrar los ojos ante «la crudeza de esta realidad». Al respecto argumentó que la gente está falleciendo en los hospitales y en los centros de aislamiento del covid-19 por falta de medicinas. «El pueblo desnutrido y sin vacunar va enfermando en una población muy vulnerable, por el hambre y la pésima nutrición».

En su alegato insistió en que las fuerzas armadas y policiales tienen la opción de unirse «a quien deben servir y no reprimir»

El joven cura, que sirve en Santiago de las Vegas, a las afueras de La Habana, piensa que «siempre hay una esperanza» y que «toda esta pesadilla pasará, que estos 62 años de silencio y miedo corderil ya han acabado con el pasado 11J» .

Cuba, afirma, tiene ahora la oportunidad de escribir una nueva historia, «de ser valiente y dar un giro en esta ruta tan accidentada» y además tienen la posibilidad «de retomar el camino que nunca debió abandonar, de una República democrática y realmente libre en su participación política, social y económica».

En su alegato insistió en que las fuerzas armadas y policiales tienen la opción de unirse «a quien deben servir y no reprimir: al pueblo», mientras que el Gobierno actual tiene «la oportunidad de procurar un legado y futuro diferente para las generaciones nuevas, que contemplan con claridad y repugnancia la ineficacia de una ideología del odio y la no-libertad, enquistada en el poder».

El padre Rubén solicitó que todos los cubanos sean protagonistas de la nueva patria, «con verdaderos derechos» y libertad de emprendimiento y de economía. «Acaben de reconocer, ustedes que gobiernan en medio del descontento popular, que el marxismo no es querido por los hijos de la patria, que el comunismo es una importación nefasta de los soviéticos, que ni a ellos les resultó», sentenció.

Antes de concluir su escrito, el sacerdote expresó el deseo de un país donde «no reine más la ideología, donde todos quepan, donde las calles sean de todos, donde el poder no oprima ni reprima, ni golpee», «donde nadie tenga que esconderse o bajar la voz para expresar lo que piensa y cree correcto».

Antes de concluir su escrito, el sacerdote expresó el deseo de un país donde «no reine más la ideología, donde todos quepan, donde las calles sean de todos, donde el poder no oprima ni reprima, ni golpee»

Tras las protestas del 11J y la ola de represión que desató el régimen contra los manifestantes, varios religiosos, algunos de los cuales ya habían hecho pública su postura contra el régimen, reiteraron en claro que están al lado del pueblo. La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba expresó «su malestar por el deterioro de la situación económica y social» que vive la Isla.

«No solo vemos que las situaciones se agravan, sino también que se camina hacia una rigidez y endurecimiento de posiciones que pudieran engendrar respuestas negativas, con consecuencias impredecibles que nos dañarían a todos», denunciaron los obispos al insistir que «no se llegará a una solución favorable por imposiciones, ni haciendo un llamado a la confrontación».

Por su parte, la Conferencia Cubana de Religiosos y Religiosas solicitó «la pronta liberación de todos los que han sido apresados injustamente por el solo hecho de ejercer el derecho a manifestarse, a expresar sus reclamos» y además recordó que «es un derecho legítimo y universal de cualquier ciudadano manifestar sus reclamos de manera ordenada y pacífica en el espacio público que no es monopolio y privilegio de ningún grupo ideológico determinado».

Una semana después de las protestas, el papa Francisco expresó su preocupación por la situación que vive Cuba e instó al «diálogo y la solidaridad» en el país.

«Estoy cerca del querido pueblo cubano en estos momentos difíciles, en particular a las familias, que mayormente sufren. Rezo al Señor para que ayude a construir en paz diálogo y solidaridad una sociedad cada vez más justa y fraterna», dijo el pontífice.

 

 

 

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