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Juan José Monsant Aristimuño: Unidos contra el odio

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     Cayó en mis manos por casualidad, un documento titulado Unidos contra el odio (United Against Hate) firmado por una serie de nombres relacionados con el mundo de la actuación, el canto, el cine, la música en los Estados Unidos; entre ellas las admiradas Julianne Moore, Jane Fonda, Katy Perry, Meryl Streep y el controvertido Michael Moore. Del espectáculo, como diría Mario Vargas Llosa.

   Así que investigué sobre el documento y su origen, para encontrar que es producto de la organización MoveOn.org, cuya tendencia es la lucha contra toda forma de discriminación, peligro potencial al género humano y la defensa de la naturaleza, lo cual incluye la depredación de animales por la acción inconsciente del hombre. En el texto me llamó la atención la siguiente frase: “Algunos de nosotros pertenecemos a los grupos que Trump ha atacado. Otros no. Pero la historia demuestra que es solo una cuestión de tiempo que el “otros”, se convierta en un “yo”. La verdad, me impactó, me recordó la del escritor y expresidente de Checoeslovaquia Vaclav Havel, quien en 1989 cuando cayó el régimen comunista, una poblada asaltó la sede de los servicios secretos y pretendía colgar a los agentes capturados, ante lo cual el Havel se interpuso y le gritó: “Deténganse. Recuerden que no somos ellos” .

         El documento va más allá de la simpatías por un partido o candidato. Se trata del miedo, casi terror, ante la posibilidad que un aventurero de la cosa pública, un candidato exultante de prejuicios raciales, religiosos, económicos y sexuales llegue a dividir la sociedad estadounidense como si fuera un hugo chávez cualquiera, y convierta al país de las libertades con su carga histórica de realidades, en un nuevo proyecto autocrático al estilo de Evo Morales, Benito Mussolini o de un Silvio Berlusconi y su Bunga Bunga, a fuerza de demagogia, populismo epidérmico y su gran dosis de ignorancia e irresponsabilidad, con todo lo que ello significa para el país del poder económico, científico, tecnológico, militar convencional y nuclear como no ha conocido la humanidad hasta el presente.

         Por eso el miedo, porque a pesar de todas las reservas que pudieran tenerse acerca de los Estados Unidos, no es posible pasar por alto que aun cuando en la década de los sesenta la segregación racial era un estigma en su haber, cuarenta años después llega a la presidencia de los EEUU el primer Presidente negro de su historia, y fue reelegido. Y por primera vez una mujer está a las puertas de ejercer ese mismo cargo, como si nos encontráramos en los albores de 1776 en su Declaración de Independencia.

   Cualquier nación, cualquier país, puede llegar a limites insospechables si la radicalización de los conceptos se transforman en hechos sociopolíticos imposibles de contener. ¿Acaso el movimiento Nacional Socialista no fue el resultado de un pueblo con baja autoestima que corrió a entregarse a un ignorante como Hitler, porque le ofreció el paraíso? ¿No hizo lo mismo Benito Mussolini en Italia, no es lo que hace actualmente el Presidente de Turquía Tayyip Erdogan, no fue lo que hizo hugo chávez en Venezuela?.

         Por supuesto que no es la intención “hinchar” por candidato alguno de los que se presentan a elección en los EEUU el próximo mes de noviembre, sino expresar el miedo que nos produce el significado para un conglomerado social determinado, la ausencia de conciencia política, de certeza en los valores que le dan trascendencia y permanencia a la humanidad, causados por el facilismo y relativismo moral en que nos encontramos inmersos en El Salvador, España, Argentina, Panamá, Venezuela, Italia y en la mayoría de los países del mundo occidental. El odio es más que el desamor, es el desconocimiento del otro y la búsqueda de su eliminación. Y esta anomia espiritual hay que detenerla, con el fin de garantizar la evolución y supervivencia de la humanidad.

jjmonsant@gmail.com

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