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Una Bitácora Cubana (XVIII)

1)Comencemos esta bitácora con una de las notas finales de la anterior: la futura visita del Rey Felipe y de Mariano Rajoy a Cuba. Al respecto, Yoani Sánchez publica en 14ymedio una muy interesante nota (“El Rey, el presidente y el dictador”), de la cual extraemos lo siguiente:

“La anunciada visita, “lo antes posible’, de los reyes Felipe y Letizia a Cuba servirá para que las máximas autoridades españolas comprueben que un totalitarismo no se ablanda ni se democratiza, solo cambia de piel (…)

El rey y el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, llegarán al país pocos meses antes de que Raúl Castro abandone el poder. La visita oficial, largamente preparada, tiene todas las trazas de una despedida. Será como el adiós de la Madre Patria a uno de sus descendientes de ultramar. Alguien que comenzó como un revolucionario de izquierdas y terminó siendo parte de una dinastía inmovilista.

Los visitantes llegarán también en medio del “enfriamiento del deshielo” entre Washington y La Habana. Las expectativas que provocó la normalización diplomática anunciada el 17 de diciembre de 2014 se han diluido con el paso de los meses ante la ausencia de resultados tangibles. Han pasado más de dos años y la Isla no es un país más libre ni logra salir del atolladero económico. (…)

Los inversionistas extranjeros tampoco parecen muy entusiasmados por colocar su dinero en la economía de un país que todavía tiene altos índices de centralismo y estatización. El puerto de Mariel, salpicado por los escándalos de la compañía brasileña Odebrecht y con una actividad muy por debajo de sus proyecciones iniciales, parece condenado a convertirse en la última obra faraónica e inútil del castrismo. (…)

Felipe VI y Rajoy tienen a su favor que ya no estarán obligados por el protocolo a hacerse la foto reglamentaria con Fidel Castro en su retiro de convaleciente. El rey declinó en su padre la participación en el homenaje por el fallecimiento del expresidente en noviembre pasado en la Plaza de la Revolución. De esa forma el joven monarca logró que su nombre y el del Comandante en Jefe no se lean juntos en los libros de historia.

Sin embargo, todavía le queda por superar la prueba más difícil. Ese momento en que su visita puede pasar de ser un necesario acercamiento a un país muy familiar culturalmente para transformarse en una concesión de legitimidad a un régimen en decadencia.

Mientras en el Palacio de los Capitanes Generales un trono aguarda por su rey, en la Plaza de la Revolución una silla espera la partida de su dictador.”

 

Una nueva visita de dignatarios extranjeros a la Isla, signada por lo de casi siempre: inmovilismo, dictadura, represión, corrupción. Esperemos sinceramente que las autoridades hispanas den ejemplo a tanto líder mundial – especialmente latinoamericano – que confunde visitar la Isla con la legitimación desvergonzada de la tiranía.

 

2) La boina del Che: último recurso para aumentar la producción: Diario de Cuba

Una nota, publicada en Diario de Cuba, causa real asombro: los practicantes caribeños del materialismo histórico, ateos por convicción e ideología, tuvieron rodando por la Isla –específicamente la provincia de Santa Clara- tres réplicas de la boina del Che Guevara, cual elemento ritual, religioso y milagroso, con el fin de impulsar la mejora de la producción económica; cual chamanes del siglo XXI, o babalaos del materialismo dialéctico, ya no hayan qué hacer o inventar para ocultar sus ya notorias carencias en materia de políticas económicas.

Por lo visto, la tiranía está dispuesta a realizar cualquier ridiculez, a ensayar cualquier sinsentido, en su tozuda negación de la realidad económica. Los bueyes, una vez más, son puestos delante de la carreta.

 

3) ¿Cómo van las relaciones Cuba- EEUU? El 1 de mayo el New York Times publica un editorial sobre Cuba (“Hacia Cuba: presión y atracción”), y la esperada decisión del gobierno Trump al respecto:

 

“En las últimas semanas, mientras la Casa Blanca ha sido consumida por debates ruidosos sobre la salud, los impuestos y el comercio, ha habido otro debate, más tranquilo, que ocurre  discretamente. Las agencias gubernamentales y los legisladores han estado presionando a la administración en dos direcciones, en relación a si se debe continuar el sendero tomado por la administración Obama sobre las relaciones con Cuba.

Un pequeño pero bullicioso grupo de legisladores, entre ellos el senador Marco Rubio, han presionado a la Casa Blanca para que rectifique el proceso de normalización que el presidente Barack Obama puso en marcha en 2014. El gobierno cubano, sostiene dicho grupo, sigue siendo despótico, y debe ser presionado para obligarlo a impulsar reformas, mediante la aplicación estricta de las sanciones existentes, la amonestación pública y el aislamiento diplomático.

Mientras tanto, una gran coalición a favor de la cooperación entre ambos países, que incluye a legisladores de ambos partidos, empresas y jóvenes cubano-americanos, ha pedido a la Casa Blanca que avance en lo logrado, sobre la base del compromiso que heredó. (…)

Las declaraciones públicas de Trump sobre la política hacia Cuba han sido breves e impulsivas. Poco después de ser elegido, el Sr. Trump tuiteó: “Si Cuba no está dispuesta a hacer una oferta mejor para el pueblo cubano, el pueblo cubano / americano y los EE.UU. en su conjunto, yo eliminaré los acuerdos”.

Eso puso a cubanos y estadounidenses sobre aviso de que Trump estaba contemplando revertir la política de Obama con respecto a las sanciones estadounidenses. (…) Si tomase ese tipo de medidas, Trump haría muy feliz a la pequeña coalición pro-embargo en el Capitolio. Pero hacerlo significaría dar marcha atrás en un cambio de política que es muy popular entre los estadounidenses y que cuenta casi con el apoyo universal de los cubanos.”

Al momento de escribir estas líneas, seguimos todos los interesados a la espera de ver cuál será la política hacia la Isla de la administración Trump, enredada ella en estos momentos en el marasmo de escándalos derivados de la llamada “conexión rusa”.

 

Sobre el mismo asunto, 14 y medio publicó un editorial titulado “Trump: cien días en la Casa Blanca y ninguna palabra sobre Cuba”.

“Trump ha tenido posturas contradictorias hacia Cuba como en muchos otros asuntos. En el pasado mostró un tibio apoyo al restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países. En cambio, criticó el embargo comercial de EE UU contra Cuba y, durante la campaña electoral, se dio a conocer que años atrás el magnate trató de saltarse las prohibiciones de negociar con la Isla.

Quienes esperaban que el magnate endureciera el tono contra el Gobierno de Raúl Castro no han oído aún una sola palabra de condena. También se impacientan los cubanos que aguardaban por el restablecimiento de la política de pies secos/pies mojados que Obama derogó en los últimos días de su mandato.

En la calle, la situación económica se tensa por los recortes en la venta de combustible, el desabastecimiento de alimentos y la falta de un calendario para acabar con la dualidad monetaria. (…)

En estos cien días, la Plaza de la Revolución ha optado por la cautela. La prensa oficial mantiene un tono bajo de críticas a Trump y, durante la V Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), Raúl Castro aseguró que «Estados Unidos y Cuba pueden vivir en armonía y bajo el respeto, pero Cuba no realizará concesiones inherentes a su soberanía e independencia». (…)

 

La traducción al español normal es que no se harán cambios de fondo en el régimen, especialmente en el modelo político tiránico y antidemocrático. De hecho, la represión no ha amainado un ápice.

“Al cierre de marzo la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) registró «al menos 432 detenciones arbitrarias de pacíficos disidentes en Cuba«, una «cifra semejante» al promedio mensual del último semestre.”

 

4) Entrando en los asuntos económicos, Zunilda Mata, en 14ymedio, señala que “ni CUP ni CUC, el dólar manda en Cuba”.

«La moneda del enemigo» se mantiene como referencia importante en el mercado informal. (…)

El envío de remesas a Cuba alcanzó una cifra récord de 3.354,12 millones de dólares en 2015, según la consultora The Havana Consulting Group (THCG) . El deshielo diplomático entre ambos países y las flexibilizaciones introducidas por la administración de Barack Obama potenciaron los envíos de dinero y con ellos el repunte del mercado informal de divisas.”

 

Marcos Villasmil, en una nota publicada en América 2.1 y en El Venezolano titulada “Castrismo y Economía, o del Che Guevara al Homo Cubanus”, recuerda la realidad del tema económico y el castrismo:

 

“El castrismo no tuvo teoría económica, sino una rudimentaria praxis al servicio del objetivo político esencial: el mantenimiento del poder a todo costo, aplicando en forma cruda y dura las lecciones del estalinismo.

Nadie puede negar el histórico fracaso del esfuerzo económico de un régimen socialista dispuesto y deseoso de crear en tierras caribeñas un hombre nuevo. La realidad es que, comparando números y resultados, la sociedad del hombre viejo pre-castrista derrota con creces todos los esfuerzos revolucionarios, que incluyeron en sus inicios el nombramiento de uno de sus íconos, hoy especialmente convertido en t-shirt por el mundo capitalista, Che Guevara, como presidente del Banco Nacional, director del Departamento de Industrialización del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) y Ministro de Industria. El Che tenía una varita mágica negativa: todo lo que impulsaba en asuntos económicos quedaba destruido en poco tiempo. (…) 

La verdad es que no puede culparse de los entuertos posteriores, de los fracasos económicos del castrismo, al “Homo Cubanus”, cuya capacidad de emprendimiento, su disposición al trabajo y su creatividad en diversos campos se han podido ver en muchos países donde la diáspora cubana se asentó: Venezuela, México, España, son buenos ejemplos, pero sin duda alguna el arquetipo histórico de tales esfuerzos, el modelo del único milagro económico generado por el castrismo, es Miami.

En realidad, el castrismo lo único que ha producido en materia económica es una eterna dependencia: primero de la ayuda soviética (hasta la caída del Muro de Berlín), luego de la venezolana.

Una característica esencial es fácilmente reconocible después de medio siglo de destrucción: la exportación de las excusas. (…)

Con la llegada al poder de Raúl Castro hubo esperanzas que se han visto frustradas; que si vendría el modelo chino, que si el hombre siempre había sido un pragmático. En realidad incluso las promesas y planes hechos una y otra vez nunca se cumplieron en su totalidad. A la mano tendida de Barack Obama el castrismo ya senil en lo biológico –siempre lo fue en lo ideológico- respondió como el cuento del escorpión: creyó que podía mantener el aguijón activo, sacar todo el provecho sin ceder nada a cambio. (…)

La economía nunca les ha importado, más allá de producir un lamentable escenario de subsistencia para los muchos, mientras los pocos bien conectados han vivido de forma groseramente opulenta.  

La conclusión inevitable es que el “Homo Cubanus” isleño merece tener las mismas oportunidades e incentivos que tanto han beneficiado a sus hermanos repartidos en todo el mundo.

 

Siempre en la tónica económica, Pablo de Llano publica en El País “Cuba ante el precipicio venezolano”:

La crisis de Venezuela socava a Cuba. A cuentagotas, los datos dibujan el contorno de un gran boquete en la economía de la isla, auxiliada desde los 2000 por Caracas por la alianza política entre Fidel Castro y Hugo Chávez. Si a finales de 2016 La Habana reconocía que el país estaba en recesión y el pasado abril se ordenó el racionamiento de gasolina de alto octanaje, esta semana trascendió que Cuba, según Naciones Unidas, ganó en 2016 un 97% menos que en 2013, de 500 millones a 15 millones, por la exportación de derivados del petróleo que le subsidia Venezuela, cada vez en menor cantidad: hasta un 40% menos, estiman los analistas, de los más de 100.000 barriles diarios de antaño.

Es evidente que al régimen le angustia la grave situación que atraviesa la dictadura venezolana, que busca sobrevivir frente al cada día mayor empuje de sus ciudadanos a favor de la libertad. Concluye la nota:

“No están solos”, proclamó Raúl Castro, de 85 años, en marzo en Caracas en una mesa presidida por Maduro. “Compañeras y compañeros, en Venezuela se libra hoy la batalla decisiva por la soberanía, la emancipación, la integración y el desarrollo de Nuestra América”. El reto del Palacio de Miraflores es el reto del Palacio de la Revolución.”

Y esto es un dato que nadie niega: la caída de Maduro sería un durísimo golpe no solo económico, sino moral, para el castrismo y su lucha por sobrevivir.

 

5) Por último, Yoani Sánchez, en 14ymedio (¡felicitaciones, por cierto, en su tercer aniversario!), discurre sobre la manipulación informativa del régimen cubano y los acosos a los medios no gubernamentales, colocando como ejemplo los acontecimientos en Venezuela: “Manipulación y silencio, la política informativa sobre Venezuela:

Una manipulación periodística que se repite –una y otra vez– siempre que un aliado del Gobierno cubano enfrenta protestas populares o comete alguna pifia política. La historia reciente está plagada de ejemplos en que los periódicos nacionales han querido ajustar la realidad a su línea editorial para al final tragarse la amarga evidencia de que la vida va por otro cauce. (…)

La lista de mentiras u omisiones se prolonga en el tiempo y alcanza al silencio que rodeó en la Isla la llegada del hombre a la luna y las falsedades alrededor de la caída del muro de Berlín, hasta llegar al incalificable olvido periodístico de no precisar la causa de la muerte del expresidente Fidel Castro. 

Ahora le ha tocado el turno a Venezuela. Es el tiempo de “dorar la píldora” de lo que ocurre en ese país y llenar las planas de los diarios de noticias que se acomoden a los deseos de Miraflores y no a la verdad. La tinta de los elogios hacia Nicolás Maduro correrá, los manifestantes serán tildados de enemigos de la patria y las imágenes de la represión serán censuradas.

Sin embargo, nada detendrá a la realidad. En las calles venezolanas hay ciudadanos reclamando un cambio y ni siquiera los expertos en manipulación editorial pueden convertir sus gritos en aplausos.

 

Siempre en ese mismo punto, la Coordinadora de la Comisión de Atención a Periodistas de la Asociación Pro Libertad de Prensa (APLP), Miriam Herrera, participó en una reunión de expertos de la Comisión de Interamericana de Derechos Humanos realizada este 26 de abril en la sede de la OEA en Washington.

La reunión tuvo como objetivo intercambiar información e ideas sobre la actual situación de la libertad de expresión en Cuba. APLP afirma que

“A 24 años de la proclamación por la Asamblea General de las Naciones Unidas del tres de mayo como Día Mundial de la Libertad de Prensa, hecho que tiene como fin reconocer que una prensa libre, pluralista e independiente es un componente esencial de toda sociedad democrática, en nuestro país el derecho a tener una prensa libre, continúa siendo un empeño ineludible.”

 

Finalizamos esta Bitácora expresando nuestra más firme solidaridad con la revista Convivencia, acosada y enfrentando una dura represión del régimen. Valientemente, su equipo de trabajo declaró que no se van de Cuba.

«Continúa de esta forma el hostigamiento al Centro de Estudios Convivencia que ha aumentado notablemente desde septiembre de 2016», señaló el equipo que dirige Dagoberto Valdés.

«El Centro de Estudios Convivencia continúa firme en su opción de permanecer en Cuba y no considera que su función fundamental que es la producción de pensamiento y propuestas para Cuba y la edición de la revista sociocultural Convivencia, merezcan tal hostigamiento», concluyó.

Marcelino Miyares, Miami, 23 de mayo de 2017

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