Oswaldo Álvarez Paz / Desde el puente: Edmundo González, presente y futuro
La historia de Venezuela tiene un nuevo 19 de abril, el de 2024. Esta jornada es de importancia fundamental. Por primera vez en mucho tiempo los factores más serios de la oposición democrática se pusieron de acuerdo en la escogencia de un único candidato presidencial. El simple hecho de la coincidencia para este objetivo de María Corina Machado, de su representante Corina Yoris y del gobernador del Estado Zulia Manuel Rosales transmite fuerza a la esperanza y abre una nueva etapa en la prolongada lucha por el poder. No por el poder mismo, si no como una vía instrumental para poner punto final al régimen que ha destruido al país en veinticinco años de gestión.
La candidatura del amigo Edmundo González Urrutia es una invitación a la unidad, la cual puede ser dinámica y diferenciada, pero verdadera en lo fundamental. No hay por donde atacarlo. Su vida pública y privada ha sido la de un ciudadano correcto en todos los aspectos, convirtiéndose en candidato presidencial sin buscarlo, poniendo a la orden su nombre para lo que se considerara útil y conveniente. Algunos dicen que Edmundo no es muy conocido por el país, lo cual es cierto. Pero eso puede ser su gran ventaja en la hora actual. La campaña que se avecina ofrece todas las oportunidades para llenar ese supuesto vacío frente a un oficialismo encabezado por alguien que por ser superconocido goza del rechazo de más del ochenta por ciento de la población electoral del país.
Todas las unidades políticas de oposición, las organizativas, las programáticas y los partidos y movimientos que lo respaldan ya están en funcionamiento. Maduro en su desesperación, puede caer en la tentación de profundizar su ya conocida tendencia al uso de la violencia institucional y física, de la represión abierta y encubierta para sembrar miedo y, de esta manera, detener al adversario que puede derrotarlo. Serán “patadas de ahogado”.
El país nacional por una parte y la comunidad internacional por la otra, reconocen el valor demostrado por María Corina Machado. Ella continúa ejerciendo el liderazgo de un pueblo decidido a ser dueño de su propio destino. A su lado estaremos como lo hemos hecho hasta ahora. Su presencia respaldando a Edmundo González es muy importante. Los venezolanos la consagrarán como una de las grandes forjadoras de la vida en democracia y libertad.
Debemos estar alertas y preparados para cualquier cosa que pueda presentarse. Esta nueva etapa apenas está comenzando. La primera escala será el día de las elecciones presidenciales de julio cuando todos seremos puestos a prueba. Con el liderazgo de María Corina y la candidatura exitosa de Edmundo, triunfaremos. El despertar de Venezuela es de gran importancia en el mundo entero. Sobre todo para el vecindario latinoamericano.