Democracia y Política

Por la paz en Venezuela

A student takes part in a protest against Nicolas Maduro's government in Caracas, Venezuela.El 30 de mayo, los venezolanos se unieron en defensa de la libertad y la justicia. Vestidos de blanco como un símbolo de esperanza para el cambio pacífico, miles de manifestantes se reunieron para rezar y exigir el fin del régimen autoritario que ahoga a nuestra nación. Ese día, la multitud salió a las calles pese a las amenazas de violencia.

En Venezuela vivimos con miedo. Nuestra situación económica ha resultado en escasez de alimentos, medicinas y hasta de papel higiénico. Al perder el control, Nicolás Maduro usa cada vez más métodos represivos. Tenemos hoy 77 presos políticos. Los tribunales ignoran al 97% de las denuncias, dejando a los ciudadanos en un estado de indefensión. El gobierno opera en la absoluta impunidad al no haber independencia del poder judicial.

La masiva convocatoria de la semana pasada fue lanzada por Leopoldo López, quién desde hace un año y tres meses se encuentra ilegalmente preso, a través un video difundido desde su celda de la cárcel de la prisión militar de Ramo Verde. A continuación, comenzó una huelga de hambre para protestar y exigir la liberación de todos los presos políticos y que se fije una fecha para las elecciones parlamentarias de este año. Más presos políticos y estudiantes se sumaron a la huelga, entre ellos Daniel Ceballos, ex alcalde de San Cristóbal, depuesto ilegalmente de su cargo.

Iniciar una huelga de hambre es una decisión drástica. Leopoldo, Daniel, y quienes los acompañan, lo hicieron motivados por la indignación, ante la convicción de que Venezuela está dirigiéndose hacia un colapso humanitario. La semana pasada, Daniel fue removido a la fuerza de su celda en Ramo Verde y trasladado a una prisión remota. Es el castigo del gobierno por haber ganado la candidatura en las elecciones primarias para la Asamblea Nacional. Hoy, el cuerpo de Daniel está empezando a fallarle: tiene constantes mareos y dolor de cabeza, le duele el riñón derecho, se le adormecen sus labios, manos y pies.

El 22 de mayo, Lilian pudo visitar a Leopoldo por primera vez en 35 días. El 31 de mayo, Patricia visitó a Daniel por primera vez desde su traslado ilegal. Como el gobierno suspende las visitas constantemente sin previo aviso, no sabemos cuándo podremos visitarlos nuevamente. Nuestra separación forzosa es la manera que el gobierno nos castiga por nuestro activismo y por el coraje de nuestros maridos, quienes llevan a cabo el acto extremo de una huelga de hambre como un compromiso con los venezolanos que sufren.

Ante esta situación, recurrimos a la comunidad internacional. En primer lugar, para presionar al régimen de Maduro para que finalmente fije una fecha para las elecciones parlamentarias. Una vez que se establezca una fecha, podremos tener observadores electorales calificados de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea (UE) para garantizar la legalidad y la imparcialidad de las elecciones.

En segundo lugar, los líderes mundiales pueden continuar visitando Venezuela para ver nuestra crisis, compartir con el mundo nuestra situación y recordarle a Maduro que está siendo observado y que no habrá impunidad ante sus acciones. Finalmente, ante el encuentro que iba a celebrarse en Roma entre el papa Francisco y Nicolás Maduro [finalmente cancelado], invocamos la ayuda del santo padre para que nuestros maridos no arriesguen sus vidas en vano.

Mientras tanto, nosotras nos hemos convertido en objetivos del régimen de Maduro. Nos han calumniado en los medios de comunicación del Estado y se nos ha acusado de traicionar a nuestro país. Nosotros hablamos en contra del gobierno porque amamos nuestro país y porque creemos en una Venezuela libre y unida que respete los derechos de todos. Nuestros esposos siempre dicen que el que se cansa, pierde. No nos cansaremos porque están en juego sus vidas y las vidas de todos los venezolanos.

Lilian Tintori es la esposa del líder de oposición detenido Leopoldo López. Patricia Ceballos es la alcaldesa de San Cristóbal, Venezuela. Fue elegida después de que su marido Daniel Ceballos fue encarcelado arbitrariamente y despojado de sus cargos de libre elección.

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