Cultura y Artes

A quién le importa leer

88db001bf0e8659a4482a1feacc2c62eYo sé que los informes sobre hábitos de lectura pueden ser engañosos, pero las cifras puestas así, de forma cruda y directa, también dan muestra de lo que somos. Es más, a veces ni siquiera es necesario que existan estos estudios para darnos cuenta de lo poco que leen los colombianos. Sencillamente la lectura no hace parte de la vida de muchos, un libro es una rareza, algo que estorba, algo en lo que jamás se invertiría un solo peso.

La más reciente encuesta de Consumo Cultural del DANE reveló que menos de la mitad de los colombianos leen libros y cuando lo hacen, casi siempre es por obligación. Todavía en este país seguimos creyendo que se lee para resolver algo en particular, para realizar un informe en el colegio o en la universidad cuando la verdad es que leer un libro porque sí, porque a uno le dio la gana, es de esos placeres que apenas pueden ser comparados con una bolita de helado de ron con pasas o con contemplar el mar sentado en un tronquito mientras las olas apenas rozan los pies.

Del 48,4 % que dice haber leído, más de una cuarta parte apenas leyó completo un libro en 12 meses. ¡Un solo libro! Como quien dice, si un libro tuviera 365 páginas, que son cada día más excepcionales porque ahora el promedio son 200 páginas, se leyó una página por día. Una página que fácilmente podría leerse en un minuto o en dos si se quiere releer algo. ¿Qué harán entonces con los otros 1.439 minutos del día?

Ahora, solo un 5,5 % dice haber leído cinco libros, una cifra también muy baja en un porcentaje casi insignificante. Lo interesante del estudio, es que del 51,6 % de la población que dice no haber leído libros en el último año, el 55,9 % lo atribuye a falta de interés o gusto por la lectura y solo un 5,8 % a carencias económicas. Al menos ya vamos descartando esos factores ridículos de la asequibilidad y le damos rostro a la pereza, que es lo que caracteriza la ignorancia de este pobre país.

Estas cifras no me aterran, pero sí dan mucho qué pensar. Si los colombianos leyéramos más, tendríamos medios de comunicación distintos, políticos distintos, universidades distintas, empresarios distintos, jefes distintos, obreros distintos, ciudadanos distintos, indignaciones distintas, en fin; pero qué le vamos a hacer, eso es lo que hay y por eso nos va como nos va.

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