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Raúl Castro y sus diez años de gobierno

17042015_0983_internacionales_raul-castro-3_afp.jpg_1853027552-300x209El general ha iniciado su año 11 con una población decepcionada de sus promesas incumplidas, y temerosa ante la posibilidad de un nuevo Período Especial

LA HABANA, Cuba.- Se cumplen diez años de la ascensión de Raúl Castro a la presidencia del Consejo de Estado cubano. Durante ese tiempo sí ha realizado cambios, lentos, limitados e insuficientes en lo económico; históricos junto a Barack Obama en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, reapertura de las embajadas respectivas, conversaciones y acuerdos para coexistir  Cuba y Estados Unidos como vecinos inevitables. Su legado enfrenta los retos de conferir derechos de opinión y participación ciudadana en la toma de decisiones de la nación, y acelerar los cambios económicos, entre ellos el reconocimiento a la propiedad privada, la legalización de pequeñas y medianas empresas (PYMES) como complemento a la macroeconomía y fuente de empleo,  viabilizar la aplicación de las medidas de Obama y las inversiones extranjeras, honrar los compromisos internacionales, simplificar el entramado de leyes y reglamentos, aprobar una nueva Constitución y leyes complementarias.

El presidente concluyó los 10 años de gobierno el 31 de julio con serias dificultades por el solo un 1% de crecimiento del PIB en el primer semestre de 2016 (planificado en 2%, la mitad del año anterior); sin liquidez y con atrasos en los pagos corrientes a los proveedores extranjeros, anuncio de restricciones del combustible y la electricidad, la concentración de las inversiones en producciones para la exportación y la sustitución de importaciones, el desarrollo del turismo y las infraestructuras. No ha logrado incrementar la producción a pesar de los Lineamientos para la Actualización del Modelo aplicados desde 2011, con bochornosos resultados agrícolas e incumplimientos en el modesto plan de la zafra azucarera 2015-2016, y sin visos de mejorar porque tendrán restricciones de energía e insumos y consecuentemente disminución del empleo y salarios.

Raúl Castro renovó la imagen internacional del gobierno, dañada por la represión de 2003 y el encarcelamiento de 75 prisioneros de conciencia, incorporó a Cuba en los organismos regionales, participó en la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), asistió a la Cumbre de Las Américas en Panamá y la Sesión de la ONU conmemorativa del 70 aniversario en 2015, compartiendo escenarios y entrevistándose con Barack Obama. El acercamiento con Estados Unidos, el canje de Alan Gross y los tres cubanos encarcelados como espías, las condonaciones de deudas, la Ley Migratoria y las negociaciones con la Iglesia Católica, la Unión Europea, Japón y países árabes son sus logros. Sin embargo, la visita del presidente norteamericano en marzo de 2016 resultó un éxito para el adversario, que expresó sus ideas democráticas y explicó las posibilidades para los cubanos, con la anuencia de un Raúl Castro a su lado con criterios retrógrados y campañas de propagada rechazadas por la población.

El general inició su año 11 con una población decepcionada de sus promesas incumplidas, y temerosa ante la posibilidad de un Período Especial agravado como sucedió entre 1991-2000, hasta que comenzó la asistencia de Hugo Chávez. Las dificultades y posibilidades reales de la economía no se conocen porque no se publicó su evolución entre 2011-2015 y el plan para el próximo quinquenio, analizados por el VII Congreso del PCC en abril y la Asamblea Nacional el 8 de julio. Los cubanos se preguntan por qué Raúl Castro ha perdido tanto tiempo a pesar de saber que Venezuela se consumía, y dilapidaba la avalancha de poderosos interesados en realizar negocios e inversiones impulsados por los pasos de Obama, que termina su mandato en enero de 2017. Posiblemente la respuesta esté en el lastre de la mentalidad obsoleta, el miedo a perder el poder absoluto y las precauciones de los subalternos para no pasar la raya de lo posible a decir y hacer. A este escenario habría que sumar las medidas relajantes del embargo, el incremento de las remesas y el turismo, potencialidades de exportación de servicios médicos, las cancelaciones de deuda y posibilidades de créditos.

No obstante, Raúl Castro enfrenta una situación económica, política y social muy compleja, que no se resuelve con el enroque de dirigentes, ni con llamados a trabajar y liberar las fuerzas productivas sin tener en cuenta que el cubano libre y motivado es la fuerza productiva creadora.

Miriam Leiva: Villa Clara, 1947. Periodista independiente desde 1995. Vicepresidenta de Sociedad de Periodistas Manuel Márquez Sterling. Miembro fundadora de Damas de Blanco en marzo de 2003. Diplomática, profesora invitada del Instituto Superior de Relaciones Internacionales. Funcionaria del Ministerio de Relaciones Exteriores, del cual fue expulsada en 1992. Actualmente mantiene el blog Reconciliación Cubana www.reconciliacioncubana.com Traductora y profesora de inglés e-mail: leivachepe@gmail.com  – http://blogs.cope.es/desdecuba/

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