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Edmundo González U.: Un catalán universal

Josep Piqué Camps. Cultura de Defensa y Acción Exterior | El camino de los  héroes

Hace pocos días falleció en Madrid Josep Piqué, uno de los dirigentes políticos e intelectuales españoles de mayor trascendencia dentro y fuera de su patria natal. Mantuvo un firme compromiso con la política y una probada vocación europeísta, destacando siempre como dirigente de diálogo, entendimiento, conciliador, persuasivo, afable y respetuoso. Un demócrata cabal con un manejo inteligente de la política nacional y mundial, no reñido con alguna dosis de buen humor.

Fue un incansable servidor público con un real sentido de lo que son y representan las políticas de Estado, como lo demostró durante su actuación como Ministro de Asuntos Exteriores en el gobierno de José María Aznar, del 2000 al 2002, tiempos en los que supo valorar la trascendencia de los cambios geopolíticos que se vislumbraban en el escenario internacional.

Fue en esos dos años que le correspondió desarrollar una política exterior con visión estratégica de España hacia otras regiones del mundo; una nueva visión del relacionamiento con el Mediterráneo; llevar a su país a ocupar un asiento como miembro en el Consejo de Seguridad de la ONU; y un acercamiento estrecho y efectivo con los países latinoamericanos.

Su vocación por los asuntos internacionales le acompañó a lo largo de toda su trayectoria profesional, destacando como promotor de espacios de reflexión y de debate, como lo hizo cuando promovió la creación de un centro de pensamiento de renombre como es el Instituto Real Elcano o como cuando se dedicó con ahínco al trabajo de la Revista Política Exterior, un proyecto editorial de alto prestigio al que se consagró íntegramente desde sus inicios como editor de la misma, dirigiendo sus reuniones que marcaron la línea editorial de dicha publicación.

Destacó también como un hombre muy vinculado al mundo empresarial como presidente, consejero y miembro de las juntas directivas de varios conglomerados españoles importantes en las que marcó su impronta gerencial con visión estratégica.

Su inalterable vocación intelectual la mantuvo hasta pocos días antes de su fallecimiento, cuando se embarcaba en un nuevo proyecto que le había encomendado el Partido Popular de participar en el equipo económico de la nueva Fundación Reformismo 21.

 

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