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España: A la tercera, la vencida

descarga (1)El mismo PP que basó su campaña electoral de las segundas elecciones generales de los últimos siete meses en fomentar el miedo a un gobierno de izquierdas presidido por Podemos ya está dispuesto para lanzarse a una nueva campaña dedicada a sembrar el miedo a esta vez a sus oponentes políticos. En los cuarteles generales de PSOE, Ciudadanos y Podemos son conscientes de que a la tercera, Mariano Rajoy les vencería por goleada.

Tampoco es el escenario ideal para los populares. Lanzar ese mensaje coloca al Gobierno en la contradicción de exigir el apoyo, aunque sea pasivo, de Sánchez y Rivera con el carácter de urgencia que requiere la preparación de los Presupuestos y el apremio de Europa y a la vez dejar claro que si persiste su boicot a Rajoy habrá que esperar a las próximas Navidades para formar el Ejecutivo que afronte, al fin, esas tareas.

La cuestión fundamental de esa amenaza es, sin embargo, la misma por la que ya llevamos dos elecciones generales en tan escaso margen de tiempo: la incapacidad de su oposición para comprender que Rajoy no se va a marchar por mucho que ellos se lo pidan mientras su partido siga siendo el ganador de todas las citas con las urnas que se convoquen. Cada vez con mayor margen, por cierto.

 

Por razones que ni ellos mismos probablemente conocen tanto Sánchez como Rivera llevan meses autoconvenciéndose de que ellos guardan la llave de la permanencia de Rajoy como candidato del PP. El líder del PSOE todavía no ha retirado su acusación de que el presidente en funciones es un hombre deshonesto, aunque haya aflojado el tono de su reproche y el de Ciudadanos se niega a cancelar el veto que le tiene impuesto, sin desaprovechar la ocasión para recordar que si los populares eligen a otro que a él le guste más para aspirar a la investidura, su formación le daría el voto afirmativo en lugar de abstenerse.

Ambos desconocen la capacidad de resistencia de Rajoy, y mira que podrían comprobarla con un somero repaso a la más reciente historia de España. Ninguno de ellos parece haber comprobado que en el PP manda el que manda y que ni en Génova ni en el Ejecutivo queda un solo hombre, una sola mujer que deje de cerrar filas en torno de su líder, especialmente cuando más le cuestionan desde fuera. Y, para colmo, se olvidan de consultar los sondeos de opinión o, más fácil aún, salir a pasear por la calle. A la tercera, ese Rajoy al que desprecian les ganaría por k.o.

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