Democracia y PolíticaRelaciones internacionales

Giorgia Meloni se distancia de la extrema derecha francesa

La primera ministra italiana apoyará a Ursula Von de Leyen a cambio de un comisario europeo

                                                             Marine Le Pen y Giorgia Meloni AFP

 

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, no está en la extrema derecha de Le Pen ni seguirá sus pasos en Europa. Sus diferencias son más que notables y se comprobará en las próximas decisiones que se adopten para elegir la composición de la Comisión Europea.

Si algo irrita a Meloni es que la encasillen en la extrema derecha, porque ella se define sencillamente como «conservadora» de una derecha que combate a «la izquierda que quisiera apropiarse el derecho a establecer qué es el progreso y en qué dirección deben ir los cambios». Se explica así que Giorgia Meloni se mostrara furiosa cuando al término de la cumbre del G-7, en la región de Apulia, supo que Olaf Scholz la colocara sin rodeas «en la extrema derecha del espectro político» y fuera de cualquier alianza para la gobernanza de Europa. Al canciller alemán le replicó públicamente el vicepresidente y ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani: «Son acusaciones fuera de lugar, Scholz debe utilizar un lenguaje apropiado».

En privado, Meloni comentó el ataque de Scholz con rabia y dolida, según sus allegados, porque el canciller alemán lanzara su ataque sin siquiera esperar a regresar a su país: «¿Cómo se permite? Vinieron [en referencia también al presidente francés Macron] a tramar en mi casa, pero Italia, en Bruselas, tendrá lo que se merece».

La agenda de Draghi

Giorgia Meloni está siguiendo la agenda de su antecesor Mario Draghi en política exterior –europeísta, atlantista y apoyo firme a Ucrania contra Putin– y en economía –cierto rigor en las cuentas públicas–. Por ello considera que es injusto e inexacto llamarla ultraderechista, un calificativo que se le aplica por su antigua militancia en un partido posfascista y su conservadurismo en asuntos de derechos civiles.

La primera ministra italiana salió reforzada al ganar las elecciones europeas, caso único entre los principales países europeos. La extrema derecha, que triunfó en Francia, venció en Austria y humilló al socialista Olaf Scholz en Alemania. En Italia estaba representada por la Liga de Matteo Salvini, aliado de Meloni. Pero la Liga no se vio impulsada en absoluto: en los comicios europeos del 9 de junio solo obtuvo un 9% –34% fue lo logrado en las elecciones del 2019–.

A la vista del resultado electoral, el desafío en Europa durante los próximos cinco años no será solo entre derechas e izquierdas, sino entre dos modelos de derecha: las que se distinguen las posiciones de Giorgia Meloni, por un lado, y las de Marine Le Pen y su aliado Matteo Salvini, por otro. Una derecha europeísta y claramente alineada a la OTAN en apoyo a Ucrania (Meloni) y otra nacionalista y en la órbita de los simpatizantes de Putin y de Donald Trump (Le Pen y Salvini).

Italia, tercer país de la ‘eurozona’, es uno de los más endeudados de Europa –la deuda pública equivale al 137,3% del PIB, según Eurostat–. Es, por tanto, uno de los más vulnerables y cuando se vislumbran factores capaces de frenar la integración europea y crear desestabilización, Italia está entre los que más sufren las repercusiones. Se vio recientemente cuando se anunciaron elecciones en Francia con la posible victoria de Le Pen, siendo Italia uno de los países más golpeados por las bajadas de las bolsas y subida en la prima de riesgo.

Por eso, Giorgia Meloni está a favor del mercado único, la defensa común y la integración europea, temas fundamentales que no son contemplados de la misma forma en la agenda de Le Pen.

Las relaciones personales entre Meloni y Le Pen mejoraron en los últimos tiempos. Un triunfo de la Agrupación Nacional en Francia puede ser una oportunidad para la primera ministra italiana, pero también un problema.

 

 

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba