La Academia Sueca estudia no conceder el Nobel de Literatura este año
La Academia Sueca estudia no conceder el Nobel de Literatura este año por el escándalo de filtraciones y supuestos abusos sexuales que ha creado una crisis en la institución con la salida de cinco miembros, según confirmó el presidente de la Fundación Nobel, Carl-Henrik Heldin, a la televisión pública sueca SVT. Varias personas del Comité del Nobel de Literatura y la institución consideran que el premio no debería fallarse este año y que eso serviría para recuperar la confianza y reparar las heridas, según confirmó la radio pública SR, que citó a fuentes anónimas de esa institución.
Una de las propuestas encima de la mesa es otorgar dos premios de Literatura en 2019, uno correspondiente al año anterior, según una idea que apoya, entre otros, Peter Englund, uno de los cinco miembros que ha abandonado la academia estas semanas. «Dada la situación en la que se encuentra la institución, sería mejor posponer el premio un año», declaró.
«Estamos en el medio de una discusión, no voy a decir nada, pero dentro de poco se aclarará qué ocurre con ese punto [la elección del ganador de este año]«, afirmó a SR el secretario permanente de la Academia Sueca, Anders Olsson. Uno de los miembros de la institución, Per Wästberg, dijo a SVT que hasta dentro de un par de semanas no se podrá dar una respuesta definitiva sobre el tema.
Sin embargo, otro miembro del Comité del Nobel, Göran Malmqvist, desmintió a la edición digital del diario Dagens Nyheter que el premio no se vaya a conceder: admitió que ha habido una propuesta en ese sentido pero la dio por descartada y aseguró que sería «horrible» que ocurriera. Otro académico, Göran Malmqvist, se expresó en la misma línea a la agencia TT: negó las discusiones sobre el premio y aseguró que se otorgará normalmente.
La decisión, en todo caso, recaerá en los miembros de la academia, en la que el cargo principal lo desempeña el secretario permanente. Las últimas salidas han dejado a la institución con solo 11 de 18 asientos ocupados, uno menos de los necesarios para elegir nuevos miembros y tomar decisiones: los estatutos actuales imponen la presencia de al menos 12 representantes electos.
El Nobel de Literatura ha sido declarado desierto en una ocasión, en 1935, y no fue concedido, al igual que los otros, en seis ediciones, todas ellas concentradas durante las dos guerras mundiales. Nunca, sin embargo, se ha dejado de entregar por otros motivos.
El escándalo que puede cancelar la convocatoria de 2018 estalló en noviembre, cuando Dagens Nyheter publicó la denuncia anónima de 18 mujeres por abusos y vejaciones sexuales contra el dramaturgo Jean-Claude Arnault, muy vinculado a la academia a través de su club literario y esposo de una de sus miembros, Katarina Frostenson. Los hechos, según las distintas acusaciones, sucedieron entre 1997 y 2007 y las víctimas sostienen que muchos miembros de la élite cultural sueca los conocían o sospechaban. También aseguran que el artista se valió de su posición de poder y sus vínculos con la academia para cometer los abusos.
La institución cortó la relación con Arnault y encargó una auditoría sobre sus relaciones con la institución, pero desacuerdos internos en las medidas a tomar provocaron renuncias, acusaciones y las salidas, entre otros, de la secretaria, Sara Danius, y Frostenson. La Academia Sueca decidió el pasado jueves publicarla y entregarla a las autoridades, además de anunciar reformas. La institución también lamentó “profundamente” haber ignorado una denuncia que recibió hace años.
El informe descarta que Arnault haya influido en decisiones sobre premios y ayudas, aunque el apoyo económico recibido incumple las reglas de imparcialidad al ser su esposa copropietaria de la sociedad que controla el club; la auditoría confirma que el dramaturgo filtró en varias ocasiones el nombre del ganador del Nobel.
A raíz del estallido del escándalo, el rey de Suecia, Carlos XVI Gustavo, protector de la academia, ha anunciado una reforma de los estatutos que permita el abandono real de los miembros de la academia, por deseo propio o tras dos años sin participar activamente, y la posibilidad de que sean reemplazados. Actualmente, las renuncias son simbólicas y solo se traducen en no participar en votaciones y actividades, ya que la pertenencia a la institución es de por vida y solo se eligen nuevos miembros cuando muere alguno.